Capitulo 7

837 46 17
                                        

Cada vez faltaba menos para el viaje y siempre que entraba en consciencia sobre ello mis nervios aumentaban.  Suspiré pensando en que estaría a solas con Nicholas, lo que más me preocupaba era que se generen momentos incomodos, realmente lo que más odiaba en el mundo era eso, las situaciones o silencios incomodos entre las personas, pero dudaba que realmente suceda eso con él ya que siempre que estamos juntos no cierra la boca nunca.

Hice una mueca involuntariamente y baje la mano para acariciar a mi perro.

—¿Qué dices Chest? ¿Quieres acompañarme al viaje en vez de que venga el idiota?

Vi como mi me devolvía la mirada desde el sofá, debe pensar que estoy loca, ni siquiera entiende lo que digo.

Ya era de noche y a esta hora siempre nos recostábamos a ver la televisión mientras el apoyaba su cabeza en mis piernas y yo me dedicaba a acariciarlo sobre las cicatrices que le habían quedado por su dueño anterior pero paré al escuchar mi celular sonando, era mi madre llamándome por videoconferencia.

Hola mamá—sonreí. La extrañaba muchísimo y hablar con ella era darme un respiro de hablar constantemente inglés.

Hola Mai ¿como estás?

En ese momento me di cuenta que no le había contado la noticia sobre mi viaje por eso mismo aprovecharía el momento para comentarle ya que ella sabía que siempre había querido conocer Montecarlo.

¿Irás con ese chico al que odias?—vi como subía y bajaba las cejas sucesivamente—¿Es lindo?

Mamá, no seas degenerada por favor.

Luego, como ahora ya se me había pasado el susto le conté como pensé que me despedirían cuándo Donato me llamó a la oficina y sobre la razón por la cuál pensaba aquello.

Sinceramente ya me parecía algo gracioso, aunque claramente para ella no lo fue.

Siempre haces lo mismo—puso los ojos en blanco mientras negaba—No es la primera vez se te va la lengua ¿acaso nunca aprendiste del pasado? Tenes que ser como Félix, ya te lo dijimos muchas veces, y ¡él también! Que tenemos que ser reservados con lo que pensamos.

Ya comenzaban las comparaciones con mi hermano, grave error haber contado lo que me sucedió.

Escuché como mi papá le preguntaba de fondo que había sucedido y ella se lo contaba.

¡Mamá! ¡Te lo conté a vos! No era para que se lo cuentes a él.

Ella se lo buscó, me alegra que no la hayan despedido pero si lo hubieran hecho no estarían equivocados por hacerlo, nadie la manda a ser tan bocona. Que se aguante las consecuencias de sus acciones, es su culpa lo que pasó.

Sentí como el conocido nudo que se me formaba cuándo recibía algún comentario de mi familia hacia aparición. Mi padre siempre hacía lo mismo, cualquier cosa que sucediera era mi culpa. Este no era el único caso, una vez hace muchos años cuándo una chica pensó que la había bloqueado solamente porque mi foto de perfil no le apareció en la sección de mensajes (porque la había eliminado para cambiarla por otra foto) ella comenzó a insultarme, y claro no tuve mejor idea que contarle a ellos lo sucedido ¿y cuál fue la respuesta de mi papá? "Es tu culpa, aguántate, ¿Por qué sacaste la foto de perfil?"

—¿Saben qué? Esto me hace acordar que el querer prosperar no fue la única razón por la que me fui de casa.

—Siempre haciéndote la victima.

No

Esa frase la odiaba con mi vida, la habían usado demasiadas veces a lo largo de mi vida, en especial mi papá.

AmbiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora