Capítulo sorpresa bbs. Sin corregir.
—¿Te volverías pez por un día por 10 millones de dólares?—pregunté seriamente mirándolo.
Nicholas pestañeó una vez. Luego otra. Y luego otra.
Abrió la boca para hablar, la cerró y luego apretó los labios. Pude ver como comenzó a morderse el interior de la mejilla mientras me observaba fijamente. Quería reírse. Logró contenerse.Había pasado a buscarme por mi departamento para ir a la casa de sus padres, donde hablaríamos con Donato y cenaríamos también junto con su madre. Yo misma me había negado a que me llevara y trajera pero cuándo algo se le mete en la cabeza a Nick, era difícil convencerlo de lo contrario.
—No necesito ser un pez para tener ese dinero—sonrió divertido
No pude evitar poner los ojos en blanco.
—¿Y si no tuvieras todo tu dinero? ¿Lo harías?
—Tendría que ver en el momento.
—Eso respuesta no cuenta—lo contradije.
—¿Por qué no?—me hizo una seña para que me colocara el cinturón de seguridad y aceleró una vez que le hice caso.
Pronto tomó velocidad y se movía con una fluidez desconcertante en el tráfico de Nueva York. Las luces de los semáforos y el de los autos acompañan la iluminación de las publicidades que brillaban en las calles.—¡Porque no cuenta! Solo tienes la posibilidad de responder si, lo haría o no, no lo haría ¿Que es eso de "tendría que ver en el momento"? —hice unas comillas con mis dedos en el momento.
—No veo por qué no es una rspsuesta válida ¿solo porque tú lo dices?—me miró un segundo, arqueando la ceja.
—Ajam.
—No puedes poner las reglas que quieras ¿por qué no puedo elegir yo que responder?
—Porque no.
Negó con la cabeza sonriendo y yo me crucé de brazos, esperando su respuesta.
—Son 10 millones de dólares Nick—insistí, mirándolo inquisitiva.
—Si, supongo que si me convertiría en un pez—se encogió de hombros.
Abrí la boca indignada.
—Pero...¡Que insensato!
En ese momento tuvimos que parar en un semáforo en rojo y me miró como si no pudiera creer lo que acaba de decir.
—A ver ¿y que elegirías tu, Maia—dijo mi nombre con ese tono humedecedor de ropa interior (así le había puesto yo a su acento) y entrecerrando los ojos
—Y tendría que ver según cómo esté mi situación económica—respondí encogiéndome de hombros.
Su rostro cambió a uno de indignación.
—¡A mi no me dejaste responder eso!—volvió a acelerar.
—Es mi juego, yo pongo las reglas—dije simplemente, y él soltó una risotada.
Puso mis manos sobre mi pierna mientras conducía con la otra y yo apoyé la mía encima de la de el.
Tuve que ignorar todo lo que generaba su tacto, si es que quería llegar pronto a la casa de los padres de Nick, sin tener que hacer una parada para satisfacer ciertas...necesidades.
El viaje que un poco más largo de lo normal debido al tráfico y durante todo el trayecto estuvimos hablando sobre libros.
Los míos eran más literatura contemporánea y los de Nick eran todos—literalmente— lectura clásica, filosófica (sin ignorar que me había citado algunas frases de Macbeth y Julio César en el cual tuve que fingir que entendía a que se refería, aunque a decir verdad, tampoco me creyó porque de vuelta estaba conteniendo una risa.)
Decir que era una persona culta era palabra perfecta, porque podía hablar de cualquier tema que se presentara entre nosotros, hasta incluso me preguntó por mis libros favoritos y de que trataban, aunque más de una vez tuve que preguntarle si no le aburría que se lo explicara.
No pareció desinteresado ni una sola vez.
Mientras hablaba, mis ojos bajaban constantemente al dedo que trazaba círculos distraídamente en mi pierna. Nuevamente tuve que ignorar la emoción que se generaba en mi interior.
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Ambición
RomanceMaia siempre había sido una chica muy ambiciosa, siempre fue criada para hacer lo que le gustara, pero también para hacer todo lo posible para tener un futuro exitoso, por eso mismo decidió irse a sus 26 años a vivir a Manhattan por un importante pu...