Robert.
Salimos de la fiesta minutos después, nos habíamos hospedado en el mismo hotel, así que organizados saldríamos por la mañana rumbo a Londres. Hice mi maleta nuevamente y me acosté sólo a relajar el cuerpo, no podía dormir por la emoción que sentía. Pero sabía perfectamente que debía dormir o podía sufrir un accidente rumbo a donde vería a mi hermosa Sarah.
No supe nada de Margaret esa noche, sentía paz y los hombros menos pesados que horas antes. Así que en cuanto sonó la alarma me adentré al baño y tomé una ducha. Me puse ropa limpia, ligeramente deportiva. Tomamos un desayuno antes de irnos y Richard se marchó junto conmigo en mi auto.
El camino era largo, tres horas y estaríamos en el hospital casi a medio día. La emoción corría por mis venas.
-No puedo creer que Sarah sea enfermera- digo mirando el camino.
-Lo sé, lo mismo le dije yo, ella sólo me respondió que no hubo tiempo de explicar sus dotes profesionales.
-Por cierto, ¿como diste con ella?- pregunte frunciendo el ceño.
-En realidad si fue una coincidencia, la tarde y noche anterior había bebido demasiado, no soportaba el dolor de cabeza y la luz, así que me llevaron al hospital, al hospital St Thomas.
-¿Ese es el hospital donde trabaja ella?- asintió.
-Es el mejor de todo Londres, costoso, si, privado, si, vale la pena, completamente.- ambos reímos- Llegue a la sala de emergencias, un médico me reviso y me dijo "Ahora viene una enfermera a atenderle, nuestras enfermeras están ocupadas y llegará una de otra área". Entonces días después comprendí que Sarah no está es sala de emergencias, si no en otra área.
-¿Quien diría que Sarah me sorprendería así? Yo ni siquiera estaba enterado de ello, cuando la conocí me dijo que era universitaria, y sólo trabajaba en el hotel porque aún no tenía un empleo de su profesión. Creo que debí de prestarle más atención a lo que decía, saber cada de talle de ella.
-Eso es de psicópatas Robert.- ambos comenzamos a reír.
-Lo sé, lo sé. ¿Crees que lo tome bien?
-No lo sé, ella estaba molesta porque dijo que no podíamos llegar a su vida de nuevo así, después de que pasó por mucho.
-Amigo, Sarah me va a odiar- miró al camino fijamente.
-Algo que si tienes que saber es que no es la Sarah que conocimos hace un año.
-Catorce meses- corregí.
Richard volteo a verme y su semblante cambió a uno lleno de pánico.
-Estás, ¿estás contando los meses?- dijo abriendo sus ojos.
-Si, también los días, pero eso es ya punto y aparte. Lo hice no con intensiones de molestarme a mi mismo o sentirme miserable, mi propia cabeza juega conmigo Richard. La veo sonriente, feliz, carismática, sus ojos, su sonrisa, sus expresiones y cuando más me estoy embobando, llega el recuerdo de ella triste, destruida, sin poder siquiera decir una sola palabra, y me hace sentir una basura, mi propia mente me ha tenido en karma todos estos meses.
-Vaya, la has pasado mucho peor de lo que imaginé. Pero, ¿porqué le dijiste todas esas cosas? ¿Que fue lo que afecto así para decirle eso? ¿Porque no le dijiste la verdad?
-Margaret.
Richard negó de forma desesperada con su cabeza y se tomó del rostro para seguir negando.- Ay no- dijo mirando a la ventana.
-Digamos que me amenazó, me dijo que si no terminaba todo con Sarah ella la iba a destruir, destruir su carrera y a mi con ella.
-¿Cómo lo supo? ¿Bernard los vio juntos?- negué.
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Fuiste un Error |Tom Hiddleston| [EN EDICIÓN]
Teen FictionSarah Anderson es una mucama de 26 años, que trabaja en el mejor hotel, el hotel Baglioni, el mejor de todo Londres, Inglaterra. Por un favor debe trabajar como mucama particular de la habitación Deluxe, en donde el huesped que ocupará esta habitaci...