34. No Más.

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Robert.

Salimos de la fiesta minutos después, nos habíamos hospedado en el mismo hotel, así que organizados saldríamos por la mañana rumbo a Londres. Hice mi maleta nuevamente y me acosté sólo a relajar el cuerpo, no podía dormir por la emoción que sentía. Pero sabía perfectamente que debía dormir o podía sufrir un accidente rumbo a donde vería a mi hermosa Sarah. 

No supe nada de Margaret esa noche, sentía paz y los hombros menos pesados que horas antes. Así que en cuanto sonó la alarma me adentré al baño y tomé una ducha. Me puse ropa limpia, ligeramente deportiva. Tomamos un desayuno antes de irnos y Richard se marchó junto conmigo en mi auto. 

El camino era largo, tres horas y estaríamos en el hospital casi a medio día. La emoción corría por mis venas. 

-No puedo creer que Sarah sea enfermera- digo mirando el camino.

-Lo sé, lo mismo le dije yo, ella sólo me respondió que no hubo tiempo de explicar sus dotes profesionales. 

-Por cierto, ¿como diste con ella?- pregunte frunciendo el ceño.

-En realidad si fue una coincidencia, la tarde y noche anterior había bebido demasiado, no soportaba el dolor de cabeza y la luz, así que me llevaron al hospital, al hospital St Thomas.

-¿Ese es el hospital donde trabaja ella?- asintió.

-Es el mejor de todo Londres, costoso, si, privado, si, vale la pena, completamente.- ambos reímos- Llegue a la sala de emergencias, un médico me reviso y me dijo "Ahora viene una enfermera a atenderle, nuestras enfermeras están ocupadas y llegará una de otra área". Entonces días después comprendí que Sarah no está es sala de emergencias, si no en otra área.

-¿Quien diría que Sarah me sorprendería así? Yo ni siquiera estaba enterado de ello, cuando la conocí me dijo que era universitaria, y sólo trabajaba en el hotel porque aún no tenía un empleo de su profesión. Creo que debí de prestarle más atención a lo que decía, saber cada de talle de ella. 

-Eso es de psicópatas Robert.- ambos comenzamos a reír. 

-Lo sé, lo sé. ¿Crees que lo tome bien?

-No lo sé, ella estaba molesta porque dijo que no podíamos llegar a su vida de nuevo así, después de que pasó por mucho.

-Amigo, Sarah me va a odiar- miró al camino fijamente. 

-Algo que si tienes que saber es que no es la Sarah que conocimos hace un año.

-Catorce meses- corregí. 

Richard volteo a verme y su semblante cambió a uno lleno de pánico.

-Estás, ¿estás contando los meses?- dijo abriendo sus ojos. 

-Si, también los días, pero eso es ya punto y aparte. Lo hice no con intensiones de molestarme a mi mismo o sentirme miserable, mi propia cabeza juega conmigo Richard. La veo sonriente, feliz, carismática, sus ojos, su sonrisa, sus expresiones y cuando más me estoy embobando, llega el recuerdo de ella triste, destruida, sin poder siquiera decir una sola palabra, y me hace sentir una basura, mi propia mente me ha tenido en karma todos estos meses.

-Vaya, la has pasado mucho peor de lo que imaginé. Pero, ¿porqué le dijiste todas esas cosas? ¿Que fue lo que afecto así para decirle eso? ¿Porque no le dijiste la verdad?

-Margaret.

Richard negó de forma desesperada con su cabeza y se tomó del rostro para seguir negando.- Ay no- dijo mirando a la ventana.

-Digamos que me amenazó, me dijo que si no terminaba todo con Sarah ella la iba a destruir, destruir su carrera y a mi con ella.

-¿Cómo lo supo? ¿Bernard los vio juntos?- negué.

Fuiste un Error   |Tom Hiddleston| [EN EDICIÓN] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora