Sarah.
La sala de emergencia estaba vuelta de cabeza, los enfermeros y los médicos corrían de un lado a otro.
Por radio habían avisado de un accidente automovilístico. Dos heridos, un posible traumatismo.
Esperaban la llegada de la ambulancia en menos de cinco minutos. Dennis y yo recién habíamos bajado, casi perdiendonos del llamado de la ambulancia próxima a llegar. No eramos necesarios para esa tarea, ya que el equipo de traumatología estaba preparado para atender a la emergencia.
El ruido de las puertas y los gritos de las enfermeras y los médicos se escuchaban en el lugar, me dedicaba a llenar una nota de enfermería recargada en el mostrador. De un segundo a otro comencé a escuchar mi nombre en un grito, una voz conocida, demasiado conocida para ser verdad, y en una segunda ocasión, haciéndome voltear y ver a Richard casi cayendo al suelo.
-Richard- grité mientras corría para observar como se desvanecía, me arrodillé de forma inmediata para tomar su cabeza entre mis manos.
-Él, Robert- dice agitado señalandome por el pasillo por el cúal había ingresado. Volteo a ver rápido y veo a alguien en la camilla, con los médicos y enfermeras de trauma.
-¿Robert?- repitó mientras siento mi corazón acelerarse, sentía mis latidos, fuertes, uno tras otro- ¿donde está?- digo observando a Richard.
El sólo me señaló a donde yo sospechaba y luego siento cuerpo desvanecerse.
-Richard- lo muevo bruscamente- Richard- no obtengo respuesta.
Tomó la lámpara de mi bolsillo y la paso por sus pupilas, observando que una estaba más grande y la otra más pequeña.
-Pupilas anisocoricas, puede ser un TCE- grité y las enfermeras del mostrador dejaron lo que hacían para correr a ayudarme a valorar a Richard.- Dennis, una camilla- gritó hacia él observandolo correr a un cubículo y tomar la primer camilla que ve. La acerca hacía nosotras corriendo y nos ayuda junto con otro enfermero a colocarlo en la camilla.- A trauma- grité y veo a Dennis caminando rápido con otras tres enfermeras.
Volteo a ver sobre el pasillo y camino por impulso, hacía donde estaba el movimiento de personal, y me detengo frente a la camilla, él estaba ahí, cubierto de sangre, electrodos en su tórax y abdomen, las puntilla de oxígeno y el monitor a su dedo índice y ante brazo.
-Robert- digo sin poder respirar. Sentía como me quemaba el pecho y la voz me salía en un hilo.
Me acerqué a él y lo observé mejor, me dolía, me destrozaba verlo así.
-¡Robert!- grité llena de pánico- ¡Robert!.
-Enfermera Anderson, ¿lo conoces?- dice el doctor Maguire, quien lo está atendiendo. Atareado, preocupado, inquieto.
Estaba en shock, no podía siquiera responder.
-Doctor la presión se desploma, noventa sobre sesenta.- grita una enfermera supervisando el monitor.
-¿Que dice el eco?- grita el médico al doctor.
-La frecuencia respiratoria decae, catorce por minuto.- el monitor de la sala comenzaba a chillar de forma eufórica, sonidos que son sensibles para el oído.
-Parece que está teniendo un infarto- grita el médico Henry, que atiende en mi área- ¡Código Azul!
Y de pronto pierdo la cordura, me acerco a Robert y lo tomo de su mano llamándole repetidas veces y pidiéndole que despierte. Escucho mi nombre muy nulo y me siento impotente por no poder hacerlo despertar.
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Fuiste un Error |Tom Hiddleston| [EN EDICIÓN]
Ficção AdolescenteSarah Anderson es una mucama de 26 años, que trabaja en el mejor hotel, el hotel Baglioni, el mejor de todo Londres, Inglaterra. Por un favor debe trabajar como mucama particular de la habitación Deluxe, en donde el huesped que ocupará esta habitaci...