37. Código Azul.

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Sarah.

La sala de emergencia estaba vuelta de cabeza, los enfermeros y los médicos corrían de un lado a otro.

Por radio habían avisado de un accidente automovilístico. Dos heridos, un posible traumatismo.

Esperaban la llegada de la ambulancia en menos de cinco minutos. Dennis y yo recién habíamos bajado, casi perdiendonos del llamado de la ambulancia próxima a llegar. No eramos necesarios para esa tarea, ya que el equipo de traumatología estaba preparado para atender a la emergencia.

El ruido de las puertas y los gritos de las enfermeras y los médicos se escuchaban en el lugar, me dedicaba a llenar una nota de enfermería recargada en el mostrador. De un segundo a otro comencé a escuchar mi nombre en un grito, una voz conocida, demasiado conocida para ser verdad, y en una segunda ocasión, haciéndome voltear y ver a Richard casi cayendo al suelo.

-Richard- grité mientras corría para observar como se desvanecía, me arrodillé de forma inmediata para tomar su cabeza entre mis manos.

-Él, Robert- dice agitado señalandome por el pasillo por el cúal había ingresado. Volteo a ver rápido y veo a alguien en la camilla, con los médicos y enfermeras de trauma.

-¿Robert?- repitó mientras siento mi corazón acelerarse, sentía mis latidos, fuertes, uno tras otro- ¿donde está?- digo observando a Richard.

El sólo me señaló a donde yo sospechaba y luego siento cuerpo desvanecerse.

-Richard- lo muevo bruscamente- Richard- no obtengo respuesta.

Tomó la lámpara de mi bolsillo y la paso por sus pupilas, observando que una estaba más grande y la otra más pequeña.

-Pupilas anisocoricas, puede ser un TCE- grité y las enfermeras del mostrador dejaron lo que hacían para correr a ayudarme a valorar a Richard.- Dennis, una camilla- gritó hacia él observandolo correr a un cubículo y tomar la primer camilla que ve. La acerca hacía nosotras corriendo y nos ayuda junto con otro enfermero a colocarlo en la camilla.- A trauma- grité y veo a Dennis caminando rápido con otras tres enfermeras.

Volteo a ver sobre el pasillo y camino por impulso, hacía donde estaba el movimiento de personal, y me detengo frente a la camilla, él estaba ahí, cubierto de sangre, electrodos en su tórax y abdomen, las puntilla de oxígeno y el monitor a su dedo índice y ante brazo.

-Robert- digo sin poder respirar. Sentía como me quemaba el pecho y la voz me salía en un hilo.

Me acerqué a él y lo observé mejor, me dolía, me destrozaba verlo así.

-¡Robert!- grité llena de pánico- ¡Robert!.

-Enfermera Anderson, ¿lo conoces?- dice el doctor Maguire, quien lo está atendiendo. Atareado, preocupado, inquieto.

Estaba en shock, no podía siquiera responder.

-Doctor la presión se desploma, noventa sobre sesenta.- grita una enfermera supervisando el monitor.

-¿Que dice el eco?- grita el médico al doctor.

-La frecuencia respiratoria decae, catorce por minuto.- el monitor de la sala comenzaba a chillar de forma eufórica, sonidos que son sensibles para el oído.

-Parece que está teniendo un infarto- grita el médico Henry, que atiende en mi área- ¡Código Azul!

Y de pronto pierdo la cordura, me acerco a Robert y lo tomo de su mano llamándole repetidas veces y pidiéndole que despierte. Escucho mi nombre muy nulo y me siento impotente por no poder hacerlo despertar.

Fuiste un Error   |Tom Hiddleston| [EN EDICIÓN] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora