Honestamente pensaría que el beso pudo haber dado pie a empezar algo más, ir más allá. Pero no. No fue así.
Una ola de sentimientos diferentes a la que teníamos nos inundó en ese momento, si, se sentía lleno de amor, pero también lleno de deseo y ansias por no separarnos en un rato más. No más.
Pero las cosas tienen un porque, y nosotros no decidimos buscarla, simplemente nos regalamos unas sonrisas cómplices el uno por el otro y salimos de la habitación hacia el estacionamiento para subir el auto. Ni siquiera me cambie el vestido, así que con este atuendo llegaría a casa.
Robert abrió la puerta del auto para mi y subí sin mucho protestar, escuchando como cerraba la puerta del auto y colocandome el cinturón de seguridad para esperar a que el ingresará al vehículo. Encendió el motor con un botón, este auto era incluso más moderno y bonito que el de Richard, tenía cámaras por casi todas partes así que tenía una mejor visibilidad.
Arrancamos para salir del estacionamiento, le pedí permiso a Robert para colocar un poco de música mientras nos dirigíamos a mi casa, porque sí, nuevamente se negaba a dejarme cerca de mi departamento, y sólo se sentiría cómodo si me dejaba en la puerta de mi departamento. Ajá.
Me recargue en el asiento mientras miraba por la ventana, las luces inundaban la ciudad y se podía ver a algunas personas caminando por las banquetas y en los establecimientos abiertos. Tampoco era tan tarde, minutos antes de las once de la noche.
No había estrellas, el cielo estaba nublado y amenazaba con llover, pero no sentía preocupaciones, no sintiéndome tan segura como lo estaba ahora.
-Aunque nunca es bueno estar tan segura y confiada, te pueden llegar a sorprender-
Cerré los ojos tratando de calmar mis pensamientos y sentí la mano de Robert tomar la mía suavemente, haciéndome voltear hacia él. Regalandome una linda sonrisa, y correspondiendo a ella.
-¿Te gustó la obra?- preguntó rompiendo el silencio.
-Si, realmente la he visto dos veces más, pero desde el lugar que la pudimos apreciar, es algo completamente diferente.
-Yo también la había visto algunas veces más, pero dicen que algo se disfruta más con la compañía de quien más quieres- dijo acercándose a mi mejilla y depositando un beso rápido antes de que cambiará el semáforo a siga.- ¿Tienes algún plan para mañana?- pregunto mirando hacia el camino.
-En realidad no, sólo trabajar- dije soltando una pequeña risa.
-Estaba pensando si quieres ir a cenar conmigo, conozco un restaurante donde son muy discretos y es privado para nuestra seguridad.
-¿Cómo lo sabes?- pregunté ingenua.
-He ido ya, algunas, muchas veces- dijo mirándome de forma fugaz mientras seguía viendo el camino.
-¿Ahí es donde llevas a todas tus conquistas?- Solté de forma burlona.
-¿Lo dijimos o lo pensamos?, creo que lo dijimos, y en voz alta, muy en voz alta, seguro pensara que estamos loca y que probablemente fue un comentario lleno de celos. Tonta, tonta, tonta.
Robert soltó una risa ronca y movió su cabeza negando.
-No, ninguna conquista- dijo aún riendo- He ido en solitario algunas veces, ya sabes, cuando quieres pensar o pasar un rato sólo, voy a ese lugar. El personal es de confianza y nunca me han delatado con la prensa, por eso voy ahí tan seguido.
-Lo siento, creo que no tuve que haber dicho ese comentario- dije riendo nerviosa.
-Sabía que lo habías dicho de broma- soltó una risa pequeña- ¿o no?- cambiando su semblante a uno asustado.
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Fuiste un Error |Tom Hiddleston| [EN EDICIÓN]
أدب المراهقينSarah Anderson es una mucama de 26 años, que trabaja en el mejor hotel, el hotel Baglioni, el mejor de todo Londres, Inglaterra. Por un favor debe trabajar como mucama particular de la habitación Deluxe, en donde el huesped que ocupará esta habitaci...