11. Sentimientos Incontrolables.

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Honestamente pensaría que el beso pudo haber dado pie a empezar algo más, ir más allá. Pero no. No fue así.

Una ola de sentimientos diferentes a la que teníamos nos inundó en ese momento, si, se sentía lleno de amor, pero también lleno de deseo y ansias por no separarnos en un rato más. No más.

Pero las cosas tienen un porque, y nosotros no decidimos buscarla, simplemente nos regalamos unas sonrisas cómplices el uno por el otro y salimos de la habitación hacia el estacionamiento para subir el auto. Ni siquiera me cambie el vestido, así que con este atuendo llegaría a casa.

Robert abrió la puerta del auto para mi y subí sin mucho protestar, escuchando como cerraba la puerta del auto y colocandome el cinturón de seguridad para esperar a que el ingresará al vehículo. Encendió el motor con un botón, este auto era incluso más moderno y bonito que el de Richard, tenía cámaras por casi todas partes así que tenía una mejor visibilidad.

Arrancamos para salir del estacionamiento, le pedí permiso a Robert para colocar un poco de música mientras nos dirigíamos a mi casa, porque sí, nuevamente se negaba a dejarme cerca de mi departamento, y sólo se sentiría cómodo si me dejaba en la puerta de mi departamento. Ajá.

Me recargue en el asiento mientras miraba por la ventana, las luces inundaban la ciudad y se podía ver a algunas personas caminando por las banquetas y en los establecimientos abiertos. Tampoco era tan tarde, minutos antes de las once de la noche.

No había estrellas, el cielo estaba nublado y amenazaba con llover, pero no sentía preocupaciones, no sintiéndome tan segura como lo estaba ahora.

-Aunque nunca es bueno estar tan segura y confiada, te pueden llegar a sorprender-

Cerré los ojos tratando de calmar mis pensamientos y sentí la mano de Robert tomar la mía suavemente, haciéndome voltear hacia él. Regalandome una linda sonrisa, y correspondiendo a ella.

-¿Te gustó la obra?- preguntó rompiendo el silencio.

-Si, realmente la he visto dos veces más, pero desde el lugar que la pudimos apreciar, es algo completamente diferente.

-Yo también la había visto algunas veces más, pero dicen que algo se disfruta más con la compañía de quien más quieres- dijo acercándose a mi mejilla y depositando un beso rápido antes de que cambiará el semáforo a siga.- ¿Tienes algún plan para mañana?- pregunto mirando hacia el camino.

-En realidad no, sólo trabajar- dije soltando una pequeña risa.

-Estaba pensando si quieres ir a cenar conmigo, conozco un restaurante donde son muy discretos y es privado para nuestra seguridad.

-¿Cómo lo sabes?- pregunté ingenua.

-He ido ya, algunas, muchas veces- dijo mirándome de forma fugaz mientras seguía viendo el camino.

-¿Ahí es donde llevas a todas tus conquistas?- Solté de forma burlona.

-¿Lo dijimos o lo pensamos?, creo que lo dijimos, y en voz alta, muy en voz alta, seguro pensara que estamos loca y que probablemente fue un comentario lleno de celos. Tonta, tonta, tonta.

Robert soltó una risa ronca y movió su cabeza negando.

-No, ninguna conquista- dijo aún riendo- He ido en solitario algunas veces, ya sabes, cuando quieres pensar o pasar un rato sólo, voy a ese lugar. El personal es de confianza y nunca me han delatado con la prensa, por eso voy ahí tan seguido.

-Lo siento, creo que no tuve que haber dicho ese comentario- dije riendo nerviosa.

-Sabía que lo habías dicho de broma- soltó una risa pequeña- ¿o no?- cambiando su semblante a uno asustado.

Fuiste un Error   |Tom Hiddleston| [EN EDICIÓN] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora