Pasaron algunos minutos después de que terminé la conversación con Tri, esperando a calmar mi respiración y que bajara la rojés de mis ojos, nariz y boca. Inhalaba y exhalaba para que fuera más rápido, mirando al patio trasero desde el lugar donde había permanecido desde hace ya un rato.
Las manos me temblaban y respiraba como un niño cuando su madre le regaña y hace un berrinche, algo parecido a un espasmo del sollozo, pero sin la coloración azul y sin dejar de respirar. Me dolía la cabeza y sentía pesado los hombros.
Subí a la habitación de Trina y entré a su baño, lavé mi rostro para entrar en sí, más rápido y coloqué un poco de crema hidratante, para después acomodar mi cabello y salir al patio trasero donde había dejado a Harry hace ya un buen rato.
Antes de cruzar la puerta inhalé fuertemente y exhalé sacudiendo mis manos, haciendo como si soltara lo que había adquirido adentro.
Salí y Tri salió tras de mi, tomo mi hombro y me lanzó un beso, devolviéndole una sonrisa.
Me acerqué a la mesa donde estaba Harry terminando su cerveza de hace un rato y se puso de pie para abrir la silla por mi y dejarme sentar.
-Lo siento- me reí- Trina tampoco sabía que renuncié al hotel y estábamos conversando un poco sobre el nuevo trabajo.
-No hay problema Saah, estuve charlando con ese sujeto, se llama David, es nutriológo- dijo riendo.
-Por lo menos no te aburriste- dije sonriendo débil- Amh, Trina me propuso quedarme esta noche aquí en su casa, así que no te preocupes por mi, cuando te vayas puedes bajar mi maleta del auto y mañana vuelvo a casa, quizá por la tarde para aprovechar el tiempo con ellos.
-Puedo venir por ti mañana si quieres, y vamos a comer- dijo tomando mi mano.
-Quizá si- dije embozando una leve sonrisa.
La fiesta de Richard siguió con normalidad, rompieron la piñata, cortaron el pastel y abrieron los regalos. Los invitados se comenzaron a ir al rededor de las nueve de la noche y entre ellos Harry.
Caminé hasta la entrada con él y lo acompañé al auto para que me pudiera entregar mi maleta. Era una noche fría, así que abrigué mis brazos con mis manos.
Él al verme, quitó su chaqueta y me la entregó a mi, negandome pero insistiendome en dos ocasiones más.
-Gracias Harry- dije colocándola. Me entrego mi maleta y se acercó a mi, dando un beso en mi mejilla.
-Descansa Saah- sonrio- Si necesitas que te recoja antes, llamame, y vendré por ti- asentí y sonreí.
Lo observé subirse a su auto y arrancar en dirección a su camino. Di media vuelta y camine en dirección a casa de Tri. Adentrandome y subiendo mi maleta a su habitación. Bajé para ayudar a limpiar el jardín, recoger las sillas, y quitar las tiras de globos que decoraban el lugar. Metí el resto del pastel a la cocina y los dulces que habían sobrado, dejando toda la basura lista en los botes para su recolección mañana por la mañana.
-Sarah- dijo Isabella.
-Hola preciosa- dije dándole una vuelta para ver los olanes de su vestido girar.- ¿Te divertite hoy?
-Si, fue una fiesta genial, mamá me dijo que quizá haga una así de grande para mi cumpleaños número siete- dijo mostrándome siete de sus dedos.
-Vaya, yo convenceré a mamá de que así sea- roce nuestras narices.- Ve a ponerte el pijama, ahora va mamá- sonreí lanzando un beso.
-Gracias por ayudarme- dijo Tri soltando un suspiro de cansancio mientras se sentaba en una banca.- Estoy exhausta.
-¿Mañana trabajas en el hotel?- asintió
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Fuiste un Error |Tom Hiddleston| [EN EDICIÓN]
Novela JuvenilSarah Anderson es una mucama de 26 años, que trabaja en el mejor hotel, el hotel Baglioni, el mejor de todo Londres, Inglaterra. Por un favor debe trabajar como mucama particular de la habitación Deluxe, en donde el huesped que ocupará esta habitaci...