9. Mi Lindo Tulipán.

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Robert decidió llevarme a casa, le traté de convencer de mil y un formas que yo podía tomar el autobús y volver a casa, pero entre el y Richard no pude tener éxito.

Seríamos muy cuidadosos, iríamos por calles alternas a las avenidas principales y le pedí que me dejara a una cuadra, seria mejor así.

Ni el ni yo nos ponemos en riesgo.

Al final, fui la ganadora, dejando en segundo lugar a Richard y por último Robert. Eran pasadas las ocho y ya estaba de camino a casa. Realmente pudimos seguir más tiempo en el boliche, pero Robert recibió una llamada de su manager informándole que tenía llamado a las cinco de la mañana para reponer el tiempo que se había tomado hoy. Así que, para qué ambos tengamos un buen descanso decidimos irnos.

Me pidieron que pensara en algún lugar donde podamos ir de noche, y que ellos arreglaran todo para que nadie nos reconociera.

Así que pensaría y daría una propuesta mañana.

-Aquí está bien Richard- le decía mientras quitaba el cinturón de seguridad.

Para una mejor movilidad, decidimos ir enfrente Richard y yo, por si alguien nos interceptara nos pudieran ver a nosotros y no a Robert. Y él iba en el asiento de atrás, para poder esconderse de ser necesario.

-Sarah, ya lo discutimos, por favor, dejanos llevarte hasta tu edificio- protestaba Robert por décima vez.

-Y yo ya di mis argumentos, por favor, es peligroso.

-Tal vez tenga razón amigo, podemos ver perfectamente desde aquí si Sarah entra a su departamento o no.- decía Richard mirando a lo lejos mi edificio.

-Sarah, no me voy a quedar tranquilo, por favor.

-Esta bien, pero será muy rápido, así que no esperen a que me despida- sentencié con una risa.

-Pudiste haber vuelto tu sólo en tu auto Robert, pero no, querías que alguien más lo llevara de vuelta al hotel. Lo siento Sarah, es terco como no te imaginas.

-Ni me lo digas, lo sabré yo- reí un poco mientra veía la mirada de Robert.

Avanzó un poco más el auto y se detuvo al llegar a mi edificio. Tomé mi bolso, las flores con fuerza y voltee rápido hacia ellos.

-Muchas gracias, será mejor que ya se vayan- pause- Fue una gran tarde.- les dedique una sonrisa y abrí la puerta del auto para cerrarla seguido de ello, y caminar de prisa hasta la puerta de mi edificio y entrar al departamento.

No mire hacia atrás para evitar que alguien vea mi acción y escuche como el auto arranco seguido de cerrar la reja tras de mi.

Al llegar a mi departamento abrí la puerta y la cerré seguido de entrar, encendiendo la luz de mi pequeño lugar.

Deje en la pecera mis llaves y arroje al sillón mi bolso para ir directamente a la cocina. Abrí la puerta del mueble alto buscando un jarrón para colocar las flores.

Lo baje con cuidado y comencé a llenar con agua del grifo. Deshaciéndome del lazo que sujetaba el papel.

El timbre sonó, levante mi cabeza confundida, no esperaba visitas, y no era una hora en la que alguien acostumbrará a buscarme. Cerré el grifo y camine hasta la puerta, abriéndola de un sólo intento. Y vi la gran figura de Robert frente a mi.

No dude ni un segundo en tomarlo del saco y meterlo de una sola intensión a mi departamento. Cerrando la puerta seguido de ello.

-¿Estás loco?- dije mirándolo.

-Quizá- dijo riendo.

-No puedes estar aquí, es muy peligroso para ti, alguien puede verte Robert.

Fuiste un Error   |Tom Hiddleston| [EN EDICIÓN] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora