28. Decisiones Confusas.

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Estaba llena de miedo. El pánico me comía a cada minuto y a cada respiración que inhalaba y exhalaba.

Estaba lo suficientemente agradecida con el destino o la vida porque a Harry le pidieran quedarse un turno extra y no pudiera llevarme a casa, no quería verle, aunque no era culpa siquiera de él, no quería verlo porque sentía mucha pena de mi misma. No fui lo suficientemente inteligente para cuidarme de forma responsable.

Pero todo daba vueltas en mi cabeza, incluso la posibilidad de que no fuera mi culpa de cierta forma. Robert también tenía responsabilidad en ese gran aspecto, como usar un preservativo o comprar él, una pastilla de emergencia. Y sé que yo tampoco lo hice, pero debía entrar a trabajar al hotel en mi horario, y él fue a dejarme al antiguo departamento por la noche, así que no pensé en comprar la pastilla de camino, hasta el día siguiente, antes de entrar al hotel, pasé a una farmacia de forma exprés a comprarla y tomarla antes de subir a limpiar la habitación de Richard.

¿Pero como no te diste cuenta que no había llegado tu periodo?

En realidad, ocupé de más mi mente, los días después de lo que pasó con Robert ni siquiera fui consciente de cuidarme a mi misma. Luego, la siguiente semana que se suponía tenía que llegarme el periodo estuve en Toronto. La primer semana de retraso, estuve pendiente de la mudanza, el papeleo de las escrituras de mi departamento, que todo estuviera en orden para cuando entrará al hospital y para coronar, la cereza del pastel fue la primer semana de ingreso al hospital, donde estuve más al tanto de mis responsabilidades y realizar los procedimientos de forma adecuada y sin importarme los factores externos, como las dos semanas de retraso en mi estúpido periodo.

Y si no hubiera sido por el comentario de Kim, ni siquiera me hubiera percatado de este retraso, pero ¿hasta cuando?.

Había tomado el autobús y en treinta minutos estaba en el departamento, me adentré y cerré la puerta recargandome y dejándome caer.

-Otra vez y por la misma jodida persona.-

Las lágrimas comenzaron a salir, resbalando por mi mejilla, el mentón, el cuello, y desapareciendo cerca de la clavícula por la tela de la ropa que la absorbía.

Pedí los análisis al laboratorio con el nombre de una paciente imaginaria para que en menos de dos horas estuvieran listo y los pudiera tener en mi acceso.

Revisé los resultados en el Ipad que me habían dado para monitorizar a los pacientes y que ahí me llegarían los resultados de los laboratorios, rayos x y los ultrasonidos, dejándome ver en la pantalla el dictamen de los clínicos.

Análisis de laboratorio médico-clínico HCG.

Prueba en sangre cuantitativa y de embarazo.

Resultados según al valor correspondiente de HCG en sangre, superior a 25,0 mUI/ml. Positivo.

Beta HCG cuantitativa 40,0-100,2 mUI/ml: 6-7 semanas de embarazo.

Desde el momento en que leí los resultados el escalofrío no me ha abandonado, algunas veces más fuerte y prolongado y otras sólo haciéndome estremecer.

Tenía tantas emociones en mí, tanto en mi cuerpo como en mi cabeza. El cuerpo me temblaba y la ansiedad me estaba consumiendo con el nivel de taquicardias que sentía.

Realizaba mis ejercicios de respiración y se disminuían un poco, pero regresaban con mayor intensidad.

Me levanté como pude del suelo, apoyándome de los muebles, caminando hacía la cocina. No podía ser inconsciente, no sólo por mi, y por mi estado físico después de la decisión que sea que tomé ñ, si no por lo que yacían dentro de mi.

Fuiste un Error   |Tom Hiddleston| [EN EDICIÓN] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora