36. Estúpido Destino.

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Richard.

Dos meses después.

El tiempo, una magnitud física con la que se mide la duración o separación de acontecimientos. El tiempo permite ordenar los sucesos en secuencias, estableciendo un pasado, un futuro y un tercer conjunto de eventos ni pasados ni futuros respecto a otro.

El destino, se dice ser una fuerza sobrenatural que actúa sobre los seres humanos y los sucesos que éstos enfrentan a lo largo de su vida. El destino sería una sucesión inevitable de acontecimientos de la que ninguna persona puede escapar.

Uno pensaría que es dueño y amo total de estos dos conceptos, y la vida te hace ver descaradamente que es falso, que no eres dueño, ni amo, y ni siquiera podrías escapar de ellos.

Todo ha cambiado drásticamente, las personas, los lugares, los sentimientos.

Han pasado dos meses, dos llenos de emociones diversas, subidas y bajones de energía y de posibilidades nulas. El invierno se fue hace unos días, pero aún no llega la primavera, sólo cedió la nieve. Las calles ya no están de blanco y regresan a su colorido normal, dándote otra perspectiva de donde estás ahora.

He sido fiel testigo de ver como Robert ha caído en una perdición, en un agujero negro dentro de su propia casa, un agujero que él no buscó para si mismo, si no, que llegó a él de forma tan abrupta y no tan predecible como hubiésemos querido. Y como Sarah, dejó de ser esa mujer que conocimos en Baglioni, y se convirtió en alguien completamente diferente, y quizá esta bien. Pero quizá no.

Quedé con Robert de ir a comer a un restaurante cerca de Londres, teníamos asuntos que conversar y analizar los próximos tiempos de él para la filmación de una película. Después de que se fue Margaret sólo supimos en dos ocasiones de ella, una, en donde le decía a Robert que ya no trabajaría Bernad para él, lo cual nos tenía despreocupados completamente y otra, donde dijo que su papá se arreglaría con Robert de forma legal.

Así que tomó mi chaqueta y salgo a la cochera por mi auto y conduzco minutos después hasta llegar al set donde Rob estaba terminando de revisar la película en donde actuó hace unos meses para su próximo estreno. Lo veo de pie fuera del lugar con su móvil en mano.

Me detengo frente de él y observó como se introduce en el auto de forma lenta, como si le doliera alguna parte del cuerpo y le costará trabajo hacer esfuerzo.

-¿Te sientes bien?- preguntó por milésima vez en el mes.

-Estoy cansado, es todo.

-Rob, enserio, te vez jodidamente mal, pareces un fantasma pálido, parece que no duermes por las noches y que ni siquiera comes, te ves cada vez más delgado y débil. No puedes estar así, en la próxima filmación necesitar estar al ciento por ciento, haces escenas de riesgo, o si no- me interrumpe.

-Rich, ya, por una jodida vez, pareces mi padre regañandome cada que puedes, ya sé que no estoy tan bien como me gustaría, pero ni siquiera sé yo mismo que es. Me he sentido bien de salud pero mal anímicamente, pero eso no es sorpresa para nadie, ambos sabemos porque me siento así y quisiera con todas mis fuerzas que fuera diferente, pero ella ya, tomó su decisión.

-Dennis te había dicho que no hay nada seguro, quizá no tenga valor para buscarte, pero ha detenido los planes de su boda, esa puede ser una señal Rob.

Robert negaba con su cabeza y miraba la punta de su zapatos.

-No ella, si algo me gustó de ella desde la primers vez que la vi, es lo decidida que es, quizá la pueda hacer dudar, pero si ya ha tomado una decisión, no puedo entrometerme para hacerla cambiar de opinión. Después de todo, lo esperaba, ella, sufrió, ambos lo hicimos, pero yo sabía la verdad, ella no, las explicaciones nunca llegaron y cuando estuve dispuesto a hacerlo, simplemente ya no las necesitaba.

Fuiste un Error   |Tom Hiddleston| [EN EDICIÓN] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora