[Alfas] - Bakugo y tú

Quincuagésimo noveno capítulo

[En el pasado.]

Estaba frente al apartamento de Shinso, Bakugo me había hecho el favor de traerme y antes de irse con los chicos, me dijo que le avisara cuando terminará para venirme a buscar, a lo cual yo solo asentí. Quería tocar la puerta, pero al mismo tiempo me sentía nerviosa, no sabía cómo él reaccionaría al verme después de un mes y par de semanas. Caminé hasta la puerta y di tres toques para luego esperar a que él abriera. No hubo respuesta, todo era silencio. Decidí volver a tocar y oí a lo lejos pasos acercándose.

— ¡Quien sea que esté allá afuera, lárguese! —gritó.

Sentía sus feromonas atravesar la puerta y era más que obvio que no estaba de humor para hablar con nadie, pero...

No había venido para acá en vano.

— Shinso, soy t/n —dije, alzando un poco mi voz.

En cuestión de segundos él ya había abierto la puerta y se abalanzó contra mí, abrazándome.

— T/n... —murmuró, sin creer que estaba ahí con él.

Me quedé callada por unos minutos, ambos necesitábamos este abrazo después de tanto tiempo sin vernos. Metí mi nariz por su cabello, tratando de percibir su olor natural, pero me encontré con...

Nada.

No sentía nada, el aroma a café con leche no se hacía notar en ningún sentido. Apreté mis labios aún en el abrazo. Él tomó algo de distancia y clavó sus ojos en los míos.

— ¿Donde estabas? ¿Por qué desapareciste así de repente? —preguntaba.

Parecía inquieto o mas bien ansioso. Sostuve su rostro con ambas manos y traté de sonreír.

— Cálmate —pedí— te contaré todo, ¿podemos entrar? —pregunté.

Él asintió y me llevó adentro de la casa, cerrando la puerta al final. Caminamos a la sala y nos sentamos en el sofá. Yo con disimulo seguí olfateando tratando encontrar la esencia de Shinso, pero al parecer, no valía la pena siquiera intentarlo.

— Estaba muy preocupado por ti —Shinso retomo la palabra— el rumor de que le habían disparado a Kirishima en una fiesta se esparció por la academia y yo no sabía que pensar. Cuando desapareciste supuse lo peor —explicaba.

Sostuve una de sus manos con la mía y con solo ese gesto le di a entender que se tranquilizara, algo que él captó enseguida.

— Lo de Kirishima es cierto —admití— estábamos en una fiesta y frente a todos le dispararon... —fui interrumpida por Shinso.

— ¡¿Estabas ahí?! —preguntó, exaltado.

Lo mire sorprendida y acaricie con suavidad su cabello, era extraño verlo de esa manera.

— Sí, pero a mí no me hicieron nada... —suspiré— escucha, todo es muy complejo y mientras menos personas sepan esto mejor, no quiero involucrarte. Solo quiero que sepas que por ahora estamos bien todos y la razón por la que me desaparecí fue porque... —pausé, desviando la mirada— estaba en rehabilitación —informé.

Shinso pareció quedarse sin aire por la noticia y sin pensarlo mucho me volvió a abrazar.

— T/n... —frotaba mi espalda con delicadeza.

Escondí mi rostro en su cuello y acepté esa muestra de cariño.

— ¿Como... fue todo allá adentro? —indagó.