[Alfas] - Bakugo y tú

Sexagésimo sexto capítulo

[Juro que lo haré.]

Hora actual: 4:10 de la tarde.

Pov Bakugo

En estos instantes entendía que ya el control no lo tenía yo, puede que...

Nunca lo haya tenido.

Pero, mierda, quería engañarme, necesitaba sentir que no éramos mocosos en peligro. Quería fingir que estábamos al mismo nivel, pero ahora... me daba cuenta de que no, no estábamos a partes iguales.

Nunca fue así.

Ellos siempre nos tuvieron en las palmas de sus manos y ahora nos habían aplastado. Estábamos jodidos y mi cabeza no funcionaba, ni siquiera podía pensar.

¿Que voy hacer?

Miraba al suelo mientras estaba sentado en el sofá, las voces de los demás no eran de importancia para mí ahora mismo. Ni siquiera podía escucharlas. Repasaba todo lo que había pasado en estas ultimas cinco horas. Todo estaba normal, no parecía haber algo extraño o una amenaza, entonces...

¿Cómo pudo pasar?

Solo minutos bastaron para que actuaran y saliera todo a la perfección para ellos, y ahora nosotros estábamos en blanco. La frustración crece cada vez más en mí, junto a otras muchas malditas emociones, y una de esas, aunque no lo quiera aceptar, es...

Miedo.

¿Donde estás?

«Si puedes escucharme, dime que estás bien.»

Tal vez era estúpido intentar llegar a ella por nuestros alfas, pero... tenía que tratar.

Tengo que hacerlo...

— ¡Bakugo! —Mina me movió bruscamente por los hombros y buscaba con desesperación que yo despertara y volviera a la vida real— ¡no te quedes ahí sentado, haz algo! —estaba llorando.

Sero la alejó y yo no sabía que hacer, no tenía reacción, aún no lo procesaba.

— Pongamos las cosas en orden y pensemos, había un amigo de t/n con esa manada, ¿cierto? —preguntó, Kirishima.

Yo asentí, lento y sin pestañear.

— Bien, tenemos que buscar la manera de contactarnos con él o ir con ese tal Hawks, hay que movernos, ya no hay tiempo para planear nada —él fingía mantener la calma.

— Aunque supiéramos en donde está no podemos llegar ahí sin un plan... —murmuré.

Kirishima frunció sus cejas y Mina estuvo a punto de gritar algo, pero él se adelantó.

— Bakugo, t/n está, ¡secuestrada! —se acercó a mí y agarró el cuello de mi camisa con ira— ¡ahora muévete, porque no tenemos tiempo que perder! Recuerda que esto lo alimentaste tú, ahora hazte cargo —me soltó brusco y resopló con fuerza.

Denki se acercó a él para tranquilizarlo, pero su respiración descontrolada se notaba.

"T/n esta secuestrada"

Esa era la realidad.

La maldita verdad. Pasó tan rápido y ni siquiera pudimos verlo, habían aprovechado el momento en el que ella estaba sola para llevársela y ahora no teníamos idea de donde mierda estaba. Nos habíamos enterado hace unos minutos por una llamada que me dio su mejor amigo, preguntando si t/n estaba con nosotros, ya que aún no había llegado a su casa como habían quedado esa misma tarde. Al decirle que no estaba conmigo, no era necesario estar frente a él para saber que había palidecido. Justo después de eso, él me dijo: