Capítulo 3: Diamante

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XXX

(Un año después)

Llegó el día, el inicio de la temporada daba comienzo con fuegos artificiales y el sonido de las campanas provenientes del castillo de diamante, las aves cantaban en lo alto, el sol salía por las montañas iluminando las hermosas flores de esa estación, sería un año lleno de nuevas sorpresas y grandes especímenes.

Después de su práctica al aire libre sobre modales y del desayuno con sus padres, Harry miró por la ventana de sus aposentos, el día había llegado, sería presentado ante el Rey y la sociedad, comenzarían con presentar los tan esperados malabares para sorprender a la Reina, a Harry le parecía innecesario y desagradable tener que ser exhibido frente a una mujer sin escrúpulos, ¿cuál era el designio de eso?

Harry tenía un conflicto con las acciones de esa pauta, no podía solo aceptar que se les tratara como un objeto sin valor, todos serían mostrados a los alfas como un inservible pedazo de carne que podía ser adquiridos por el mejor postor y sobre eso sus familias pagarían un dote al adquisidor, como si el hecho de ser llevados fuera una carga, no podía imaginar tener que vivir con una persona que no valorara lo que él era o representaba, el omega había comprendido que a ellos los trataban como un objeto de satisfacción para los alfas y como un reproductor de bebés que podían ser remplazados en cualquier momento.

Camino al espejo y se miró, se sentía ridículo con ese despreciable y exagerado vestuario que su madre eligió para él, sentía un intenso disgusto por el color rosa.

- estás listo amor - su madre abrió la puerta.

- sí, madre.

- será un gran día, irás del brazo de tu padre, darás el tan mágico recorrido hasta sus majestades y esperemos tener otro brillante diamante este año.

-¿y si no lo logró? - la miro a través del espejo.

- no eres Gemma pero esperamos conseguirte a alguien bueno que acepte tu mano - sonrió con alegría acomodando los rizos del omega - tu puedes hacerlo, solo trata de no caerte y avergonzar a la familia como lo haces siempre - salió de ahí con esa extraña manera de caminar, a Harry Siempre le pareció que daba leves brincos para resaltar su horrendo vestido y ese devastador peinado, a diferencia de ellas y de varios omegas él tenía el cabello corto dejando su cuello y clavículas más libres, su piel era más pálida que el año anterior y nadie lo había visto después de la gran boda de su hermana, su madre se había encargado de esconder a el hijo problema, tenía que llegar sin ningún inconveniente a su presentación y así tal vez tendría una oportunidad con los alfas del reino, suspiro con cansancio, no podía esperar para ver los resultados.

Termino de acomodar aquella pesada corona de flores sobre sus rizos rebeldes, colocó el collar que adornaría su cuello por poco tiempo y planchó el vestido con sus manos, esperaba enserio no caerse, tomó aire y salió de la habitación, su hermano mayor ya lo esperaba afuera, en cuanto el alfa lo vio sonrió disimuladamente intentando no ser descubierto por su madre, él estaba consciente de cuánto odiaba el omega vestir de esa manera y sobre todo, cuánto aborrecía la opción de encontrar a un alfa.

Harry esperaba que esto terminará pronto, por más que odiara la idea tenía un cometido, debía conseguir a alguien con quien casarse esta temporada o sus padres lo harían y sería un anciano rico y asqueroso, ya tenían un pretendiente en puerta, un vizconde de 76 años, su esposa había muerto por un infarto y estaba en busca de un omega que le diera más hijos, no se conformaba con 12, estaba consciente de que su hermano lo cuidaba pero no era suficiente, además su familia tenía una buena posición sabía que el día de los compromisos al no ver movimiento, cualquiera se levantaría para reclamar su dote y no podría hacer nada contra eso.

Juramento De SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora