Capítulo 23: Confusión.

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Hacía tiempo que Harry  había dejado en el pasado lo sucedido con James o mejor dicho el príncipe Liam, los recuerdos que conservaba del Alfa eran hermosos pero falsos, él le había mentido con descaro, no negaba que un día había sido todo su mundo, pero ahora era un mundo en dónde habitaba alguien más y no parecía un buen lugar para residir, agradecía haber sido desterrado.

No negaba que el Alfa era audaz con las palabras y si se lo proponía podía lograr ser encantador, pero ha comparación del Duque, Harry jamás podría ceder a algo tan bajo como ser un querido de la realeza, ya suficiente vergüenza le había causado a su casa como para atribuirle tal calamidad, además de que aún le quedaba un poco de dignidad.

Por lo que esa parte del sueño no le era complicada de imaginar y manejar, sin en cambio lo que le preocupaba era la inherente presencia de alguien más, aquellos ojos azules eran incomparables y su voz era perturbadora mente única, además de que la escena había sido muy parecida a la que protagonizaron ambos en el invernadero justo unos meses atrás, aquello había sido un terrible error y ese loco sueño había sido su más espantosa pesadilla.

Una pesadilla que se había sentido demasiada real, le causaba escalofríos cada vez que la recordaba, había veces que podía sentir las caricias o los besos esparcidos por su piel y le congelaban la sangre, aquello no fue un sueño ordinario y no podía sacarlo de su cabeza por más que lo intentaba, necesitaba superarlo con urgencia, no era el momento para revivir aquello que creyó sentir por el Duque Tomlinson, ya había aceptado que no era algo que pudiera ser real y no necesita enfrascarse de nuevo en una fantasía amorosa con un hombre tan desagradable como lo era ese Alfa.

Estaba seguro que podía escapar de la oscura maraña de pensamientos que se desataban en su cabeza, ya lo había hecho antes y podía hacerlo de nuevo, eso tan solo era algo pasajero, su omega solía tener esos pensamientos extraños cuando su celo se acercaba y por lo tanto él era el culpable de tan incoherente pensar, estaba siendo infantil con sus ideas y formas de actuar, su estabilidad mental estaba en riesgo y su pequeño lobo se estaba saliendo de control.

En cuánto amaneció sé levantó con pereza, el dolor de cabeza ya tenía días siendo parte de su rutina, las molestias de un resfriado eran evidentes, pero deseaba que no fuera así.

 El sol aun no salía del todo, las molestas lluvias y vientos fríos continuaban acechando, con menos intensidad, pero seguían ahí.

Se miró al espejo inspeccionando su vestido, le agradaban los colores y la forma en que caía hasta sus pies, se colocó el abrigo y se puso algunos adornos en el cabello, intentando mejorar su aspecto.

En realidad, ya se veía mucho mejor, había recuperado algunos kilos en las últimas semanas y se lo debía a la manera tan exagerada en que estaba comiendo, ya no le interesaba verse bien solo disfrutaba de lo delicioso que Niall cocinaba, además de que los moretones eran historia, en realidad su piel se veía bastante bien con las mascarillas que Niall le preparaba, lo único que no le agradaba era que ahora estaba más pálido de lo usual.

Un ruido llamo su atención y camino hasta la ventana, como todos los días tenía una vista exacta de los entrenamientos de la guardia real y era fácil perderse entre tantos músculos y apuestos rostros, los olores a Alfa eran sobrehumanos en ese rincón del castillo, los acompañantes del capitán Malik eran en su mayoría jóvenes y bastante coquetos, Harry solía sentarse en la ventana de su habitación a leer o eso es lo que siempre le decía a Niall, su omega estaba con las hormonas en las nubes y aunque el intentaba frenarlo no era capaz de lograrlo.

El ser un omega era complicado sobre todo con tantas feromonas de lobos acechando a su alrededor, era incluso peor que estar en temporada, la manera más fácil de escapar era ocultando su olor, pero algo en sus instintos estaba fallando, no lograba negarse a sonreír cuando un Alfa lo miraba o a liberar parte de su olor cuando alguien le coqueteaba, era como si su lobo se negara a ser racional, nunca le había pasado antes, aunque había muchas cosas que estaba experimentando por primera vez.

Juramento De SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora