Capítulo 18 : subasta.

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La subasta realizada por las heteras eran conocidas por tener un gran impacto en el reino, en los burdeles cercanos se podían encontrar innumerables bellezas pero ninguna como aquellas que las omegas ofrecían, sobre todo ahora que su gran trofeo era el diamante de la casa de mariposa, el niño que fue admirado y deseado por muchos pero inalcanzable para todos, incluso para el mismísimo Duque de la casa del dragón, las otras mansiones deseaban adquirir tal encantadora joya sin en cambio ninguna tenía la fortuna de contar con ese privilegio.

En el momento en que Harry entro a la mansión fue considerado como un Omega libre, pero libre de ser adquirido por el mejor postor, fue puesto en la subasta casi enseguida, las ofertas abundaban y su pureza estaba teniendo un impacto incalculable, había pasado un mes de que el niño fue mencionado y los números seguían subiendo, muchos ya se habían rendido al notar los tan altos números puestos para adquirir la primera noche con tan resplandeciente diamante.

En cuanto la última oferta fuera puesta sobre la mesa, el omega sería entregado como el más caro trofeo, las heteras eran conscientes que su valor decaería después de eso, pero aun así estaban seguros que pagarían una gran cantidad por su compañía.

El niño había permanecía encerrado en su habitación para evitar conflictos con los otros integrantes de la casa y a diferencia de todos los demás a él no se le enseñaría nada, el omega llegaría sin conocimientos a manos del adquisidor para lograr una experiencia más real de un niño noble.

A simple vista se podía notar que sus conocimientos sobre el lugar donde estaba eran nulos y aún más sobre lo que le esperaba, Helena la hetera mayor aprovecharía lo que tenía al máximo.

— han llegado los últimos embarques y ya fueron resguardados en las bodegas.

— hay que llevar los víveres al albergue, procura que cuenten con ropa y mantas limpias, revisa que los alrededores sean seguros.

— necesitamos más apoyo, los guardias vigilan, pero no son buenos para tratar a los afectados.

— por ahora no contamos con mucha ayuda.

— Helena se ofreció como voluntaria — el comandante lo miro en seguida — algunos de sus seguidores podrían ir al albergue y ayudar.

— ¿qué quiere a cambio?

— ha pedido 100 barriles de tu vino — el Alfa respiro profundo.

— se le darán, pero quiero al menos 20 omegas y betas en el albergue, no quiero reclutamiento o insinuaciones.

— se lo informare.

— ve ahora, serán útiles si llevan hoy las provisiones, asegúrate que se comporten.

— claro.

— ¿cómo se encuentra? — pregunto.

— mejor.

— si necesitas estar con él, dale la orden a alguien más y quédate a su lado

— gracias, pero ya está mejor, la mordida fue de gran ayuda, está más tranquilo.

— perfecto, si necesitas algo solo avísame.

— siente un profundo odio por tu persona — comento el capitán recolectando sus papeles

— me lo ha hecho saber en distintas ocasiones — sonrío, el pequeño rubio aún tenía problemas con la lejanía de su amigo y la paciencia de Zayn era admirable, tal vez así se veía el amor, el Duque tenia ciertas dudas si el omega estaba en sus cabales, se lo había encontrado en distintas ocasiones y el descaro con el que se comportaba era irracional, lo culpaba por la situación del niño y después de todo no estaba tan equivocado.

Juramento De SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora