Juramento De Sangre

Capítulo 21 : Ataque.

(una noche antes)

El comportamiento del Duque era estrafalario, el capitán no lograba comprender por qué al comandante le era tan complicado aceptar que todo lo que estaba haciendo era solo una excusa para sacar provecho de la situación, su actitud comenzaba a ser infantil y poco convencional.

Durante el tiempo que llevaba a su lado jamás lo había visto actuar de tal manera, mucho menos por algo tan absurdo, ambos sabían que la princesa no era sincera, si el plan de los lobos era estar juntos esa no era la mejor manera, todos sabían que Helena no era de fiar y que sin pensarlo rompería el trato con el príncipe, más aún al notar la fortuna que ofrecían por el niño, además de que las cosas no cuadraban, para que eso fuera al menos probable debieron estar de acuerdo con la Duquesa, lo que era aún más improbable.

El Alfa estaba completamente seguro de que todo eso era una farsa, el logro ver al omega en el albergue y no se veía feliz con su estadía en ese lugar, de hecho era todo lo contrario, la princesa era astuta pero no lo suficiente y el capitán estaba seguro que el Duque no era tan ciego para creer en sus incongruentes palabras.

El Duque tan solo estaba usando la mentira a su favor, lo que para él tenía más sentido, había estado buscando una excusa hacía días y la princesa sin darse cuenta le había dado lo que necesitaba para arrastrar al Omega de regreso a él.

En cuanto se adentró a la mansión ya todo era un completo desastre, las cosas se estaban saliendo de control y su prioridad debía ser el omega, el Duque estaba demasiado metido en su papel para recapacitar en sus acciones y era posible que actuara de una manera no adecuada, su cometido era encontrarlo y mantenerlo a salvo hasta el amanecer, si fallaba su esposo lo mataría, el omega había sido claro, si Harry no salía ileso el pagaría las consecuencias y conociendo a su pequeño no se arriesgaría a eso

La mansión era uno de los lugares más seguros en el reino, el Duque se había encargado de eso años atrás, sobre todos por el hecho de encontrarse tan cerca del bosque oscuro, habían muchos peligros que debía mantener controlados, sobre todo a los salvajes que en repetidas ocasiones se adentraban en busca de comida o refugio, nadie conocía mejor la casa que él y era una ventaja que la omega no predijo, para ese momento el escapar ya no era una opción, podía identificar a cada lobo acechando entre los árboles, si al menos lo intentaba la harían pedazos sin consideración alguna, sus habilidades eran buenas pero no lo suficiente para luchar contra una menada de entrenados y fieles lobos,

La fidelidad que los guardias le tenían al Alfa era peligrosa, por lo que no tenía oportunidad de salir viva de aquella fortaleza, aunque abandonar la mansión tampoco estaba en sus planes.

Años atrás había considerado una ventaja la seguridad que le brindaba el comandante, no había quien se atreviera a intervenir en sus negocios, el temor al Duque era un arma a su favor de la que podía sacar ventaja, pero ahora era todo lo contrario, el Duque se había atrevido a entrar en su mansión y atacar a sus invitados y protegidos, le estaba declarando la guerra por un simple omega sin ninguna cualidad en especial, aunque esta era la mejor manera de comprobar que el Duque había perdido los estribos por el niño de ojos verdes que se encontraba en una de las habitaciones más seguras de la mansión, posiblemente dormido con el elixir que se encontraba en su bebida.

Cuando la reina le comunico los planes le parecido absurdo pensar que el Duque realmente tenía una debilidad más allá de sus hermanas y el mismo, llegó a consideras que era una pérdida de tiempo, el Alfa no solía distraerse con nada relacionado con el corazón, los sentimientos eran solo un obstáculo para su imperio de terror, si alguien descubría que el Alfa tenia intereses sentimentales lo usarían en su contra, era por eso que ni siquiera cuando estaba interesado por la hermana del omega actúo de tal manera, sin en cambio ahora parecía no importarle que los demás lo supieran, solo actuaba por instinto y no por estrategia.