SPICE GIRLS

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Había conocido a las chicas el primer día, pero al resto de ellas tuve la oportunidad de conocerlas en Madrid, lejos de escenarios y actuaciones. Las pude ver ensayar, charlar y relacionarse entre ellas y entendí por qué se querían tanto, cómo habían encajado en esa particular familia que yo observaba y me dejaba maravillada.

Cuesta tanto tener una buena amistad, que cuando la encuentras no debes dejarla escapar y ella en eso era una "genia". Siempre preocupada, siempre presente en las decisiones y momentos vitales de su equipo.  Su coreógrafo era amigo de toda la vida, como Axel era para mí. Un encanto de persona, por cierto.  Me gustó conocer esa parte, además, hice buenas migas con Claudia y Mónica, y esta vez las necesitaba para darle una sorpresa.

Durante el resto de meses de fin de gira, eventos, ensayos y estudio... había tenido poco tiempo para poder viajar a su casa, sé que no era fácil con tanta agenda cuadrar un momento de distensión, por eso, Claudia y Mónica me avisaron de fechas o posibles fechas libres, y cuadramos todos, el puente de diciembre en una casa rural a la falda de la Alhambra para poder disfrutar un ratito de todos antes de que cada uno fuera a su casa por navidad.

Así que creamos el típico grupo de WhatsApp, juntamos a todos los integrantes; incluido Axel que era un bailarín más y me encargué de preparar minuciosamente la escapada.

A estas alturas no sólo Axel conocía la "situación" si no, que evidentemente, su equipo también. La gente mas cercana ya estaba acostumbrada a que yo merodeara en algún concierto, algún fin de semana libre... o incluso, se hablara de la dirección fotográfica del siguiente tema. Seguíamos fluyendo con la vida, la verdad, estábamos a gusto, para qué poner un nombre, si, de momento, nadie lo pedía.

Para que el plan no fallara, las chicas tenían qué convencerla de que se fuera a casa ese fin de semana, que ellas estarían en las suyas o con sus familiares, y yo tenía qué hacer lo propio con mi trabajo y obligaciones, unas fotos, trabajo atrasado, la familia...

Todo parecía cuadrar, esa noche, mientras hacíamos una videollamada puse en marcha el plan. Sólo quedaba una semana y tenía qué quedar muy convincente.

( videollamada entrante MIMI)

INGRID: (sonriendo) ¿Qué dice mi cantante favorita hoy?

MIMI: ( sonriendo también) Pos "nah" que estoy un poco tristilla... Ya ves tú. Supongo que estoy en un día rarino.

INGRID: ¿Ha pasado algo? ( dije con una mueca triste) ¿Qué te pasa? Es raro verte de mal humor.

MIMI: (suspirando) Pues que se me hace un poquejo de bola a veces, tanta red social, tanto comentario, habladurías...

INGRID: Mimi, corazón, eso tú lo defines muy bien, es parte de "trabajo" sabes que a veces el "click bait" está, y que la gente tiene el escudo perfecto a través de una pantalla. Pero eso no tiene que amargarte.

MIMI: Ya si lo sé, pero a veces me da rabia, me agobio. No quiero que te asustes, pero hoy he comido con unos colegas, y bueno, al parecer hay unas fotos rolando por la red, no se ve nada, las he buscado, pero sales tú. Se nos ve de espaldas, que puedo ser yo o cualquier otra española media de mi edad, y luego unas en la discoteca que estábamos vacilando con estos ahí simplemente se ve que estamos juntas, pero no hay ninguna posición "rara".

INGRID: ( me tapo la cara con la mano, suspiro)

MIMI: ( muy nerviosa y angustiada) Lo siento, INGRID. De verdad, por eso estoy así no quiero que...

INGRID: ( Me retiré la mano y sonreí) Ey, ey, ey... Somos adultas, esto podía pasar, y a mí me importa poco o muy poco lo que puedan decir, de hecho, no tengo ni "twitter" y mi perfil de "Instagram" es privado.  ¡Ay mi pobre qué mal rato estas pasando! ¡Tranquila! ¿Vale? ( le tiré un beso y puse el dedo como acariciando la cámara)

TRENDYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora