TAMAGOCHI

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Fuimos a las Vegas, pero no, no nos casamos porque con una reciente habíamos tenido bastante, sin embargo, hicimos la promesa de volver en 10 años, y hacerlo. Señal de que todo seguía como estaba empezando; en paz.

MIMI: (caminando agarrada a mis hombros) Ingrid, prométeme que en 10 años volvemos y nos casamos vestidas de Elvis o de Marilyn, de lo que sea, pero aquí.

INGRID: (Cruzando los dedos de mi mano libre) ¡Prometido! ¡Lo que tú quieras! Además a mí me hace gracia como segundo "rito", y quizás podamos venir con más gente...

MIMI: (Levantando la ceja y apoyando su cabeza de lado sobre la mía) ¿Más gente?

INGRID:(un poco avergonzada) ¡Bueno, en una ocasión ,cuando íbamos a volar a Argentina me dijiste que sería buena madre, y no es un plan que descarte contigo... si tú quieres... (paramos de andar y nos soltamos para mirarnos a la cara) Además, con 40 y 42 quizás ya es momento de ser mamás, ¿no? (pregunto roja y tímida)

MIMI: (agarrando mi cara con sus manos) ¿Me lo estás diciendo en serio? ¡Ingrid, no sé! Cuando te lo dije pusiste cara de sorpresa, y yo no era un plan que tuviera olvidado, simplemente pensé que llegaría el momento de hablarlo... y... ( me besa) ¡Ay! ¡Me hace inmensamente feliz que te plantees esa opción! (beso)¡Cariño, yo sí quiero un enano, o enana o ambos! Siempre he querido ser mamá (beso) y no puedo concebir esa idea ahora si no es contigo (me abraza).

INGRID: ( llorando de emoción) ¡Ay Mimi! No sabes lo feliz que me hace todo, no sé, estoy en una nube continua, y tengo mucho vértigo aquí (me señalo la tripa) es del bueno, pero nunca creía que esa sensación existiera...

MIMI: (me toca la tripilla) Pues no ocupes ese espacio mucho tiempo, que ahí tiene que ir nuestro chiquitillo o chiquitilla, aunque... (me mira...) Quizás prefieres que sea yo... no sé... Hay tanto de qué hablar y tenemos todo el tiempo del mundo.

INGRID: (pongo mis manos sobre las suyas) Cariño, yo también quiero ser madre, y voy a ser igual de madre si lo tienes tú que si lo tengo yo, pero, es cierto, que la bailarina aquí eres tú, y la que vives de tu "cuerpo" también . No hablo de esto como un proyecto a corto plazo, podemos esperar un par de años. Pero si tú quieres, o te apetece.. puedo tenerlo yo, al menos, el primero...  ( y río)

Me mira sonriente, se acerca a mi nariz, la roza y me besa; y lo hace tan jodidamente bien, que si ese mismo momento se acabara el mundo, me iría plena.

MIMI:(Acabando el beso) ¡Te quiero! ¡Te quiero mucho! Y me encanta que pienses así y que de algún modo lo hagas en bien común. ¡Tienes razón, rubia! Tenemos un par de años para realizarnos profesionalmente y después, no más de los 35...(me señala) ¿lo intentamos?

INGRID: ( Agarro de nuevo su mano que me había tendido) ¡Lo intentamos! Ahora... ¿Me llevas a recorrer los casinos señora de Etexeberria?

El viaje pasó en un suspiro, un suspiro de 15 días, mil fotos, y millones de momentos atesorados en esa pequeña caja fuerte que creamos los seres humanos como mecanismo de nostalgia llamada recuerdos.

Nos encantó poder dedicarnos ese tiempo juntas, hablar de nuestros planes de futuro, dirimir qué y cómo nos gustaría que fuera nuestra vida marital, y poner en común nuestros miedos para que si atacan podamos intentar dominarlos.

Hubo alguna que otra riña, pero Mimi y yo habíamos conseguido un punto maravilloso entre el enfado y la reconciliación que hacía menos serio las veces que nos íbamos a dormir y no sentíamos el peso de otro cuerpo en la espalda.

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El primer año de casadas no nos enteramos mucho, la cosa vino; por suerte, cargada de proyectos.
Ella con giras, festivales y grabaciones para TV, a las puertas de nuevo disco, y con una energía arrolladora. Cada vez estaba más guapa, claro; ¡yo qué iba a decir!
Por mi parte, estaba estudiando imagen y sonido para completar la fotografía, me estaba gustando el mundo de la producción artística, y los videoclips. Poco a poco seguía abriéndome paso.
Aquel Diciembre, estaba de vuelta a casa; había comprado cena. Mañana era 8 y aunque nos conocimos y casamos en Julio; oficiales fuimos desde Diciembre y aquella casa rural.
Me fui a casa; preparé la cena y por sorpresas me iría al AVE a buscarla; venia de rodaje en Barcelona, y había pasado fuera 2 días, además viajaba sola porque las niñas, habían tenido workshop en Valencia, y se quedaban allí. 

(Llamada entrante MIMI)

INGRID: (sonriendo) ¡Hola! ¿Qué tal cariño?
¿Ya estás en el AVE?

MIMI: Hola mi amor; sí, acabo de sentarme ahora mismo, llegaré a las 21:30h, más o menos y en nada aparezco en casa.

INGRID: (suspirando) Bueno, ya no te queda nada, intenta ir relajada escuchando música, o leyendo. ¿Qué tal todo por Barcelona?

MIMI: Sí; estoy "cansá". Ha sido muy productivo, además ya te dije que coincidí con Miriam, hemos estado comiendo juntas, de hecho, y mira, al menos hemos dejado cosas organizadas.

INGRID: ¡Qué bien! ¿Cómo está? Bueno, igual luego me cuentas, que ahí te escucha todo el mundo. En un par de horitas te veo, bombón.

MIMI:(se la oye suspirar) Te juro que tengo unas ganas enormes, de casita, peli, cena y mi mujer conmigo. ¿Tú bien? ¿Todo bien?

INGRID: y yo, yo también quiero eso, así que aquí te espero. Todo bien, cielo. Nada nuevo. Descansa, que en nada estás en casa.

MIMI: Si; un besito. Te quiero rubita.

INGRID: y yo, guapita. ¡Mucho, mucho!

Después de hacer la cena, preparar la mesa. Y dejar el baño listo, con unas velas y unas bombas aromáticas listas para ser usadas cuando viniéramos, me dispuse a coger el coche y adentrarme en la maraña de tráfico madrileño, con el objetivo de ir a buscar a mi persona favorita a la estación y ver esa cara de sorpresa, que espero, pondría.
Justa llegué al andén; y ahí acababa de estacionar el AVE.

INGRID:(acercándome a ella por la espalda) Déjeme que la ayude con su equipaje, señorita (sonrío)

MIMI:(girando sorprendida) ¡Cariño! ¡Qué sorpresa! (Beso) (sonriente me abraza) ¡Qué ganas de verte tenía! (Beso)

INGRID: (rio) ¡Sorpresa!(beso) ¡Cómo no iba a venir a buscar a la chica más guapa de España!

MIMI: (agarrándose a mi cintura y juntando su cabeza con la mía) ¡Vamos a casa! ¡Ya! (Beso)

Nos demoramos un poco en salir se la estación; pues es normal que alguien la reconociera, más bien, que nos reconocieran.
A veces tímidamente aceptaba salir en las fotos, otras; me mantenía al margen, y con el tiempo aprendí a ser menos aprensiva con los móviles indiscretos cuando estábamos en sitios públicos.
De camino a casa, nos pusimos al día, pues era muy probable que cuando viera la sorpresa, habláramos en otro idioma, o al menos, esa era la intención.

MIMI:(buscando en la riñonera cruzada) Cariño, ¿puedes abrir? Creo que tengo las llaves por aquí, lo juro, pero no doy con ellas.

INGRID:(levantando mi llavero) Lo raro es que encuentres algo ahí dentro (digo riendo).

Al pasar al recibidor; descalzarnos y dejar los abrigos, todo parecía normal, pero cuando entró en el salón y vio la mesa preparada con copas, una tarjeta y los entrantes fríos giró sobre sus tobillos, y sin tiempo de reacción me agarró de la cintura para aterrizar con su lengua en mi boca.

MIMI: Te has adelantado, y me encanta. ¡Feliz Aniversario! (Beso) yo, he traído una sorpresita de Barcelona. No se me ha olvidado la fecha rubia (beso) Te quiero.

INGRID: (soltando su agarre) Aún hay algo más... pero no sé si esperar a ver tu sorpresa, ahora tengo curiosidad.

MIMI: (levanta las cejas) ¡Claro que hay más! (empezando quitarse la sudadera) y si no,ya hago yo que... ( la beso y agarro su mano tirando de ella hasta el baño) anda... ven ( mientras intentaba seguir hablando)

INGRID: (pongo el dedo índice en mi boca) ¡Shh! Lo podemos empezar a celebrar aquí (beso) seguir allí (señalo el salón) y acabar ahí (beso y señalo él dormitorio). Todo eso... si no estás muy cansada, claro (guiño un ojo)

MIMI: (con la mirada encendida) ¡Rubia! Estoy perdiendo tiempo ya en desnudarte (tirando de mi camiseta) Esto fuera (beso) y esto... (sorpresivamente desabrocha mis vaqueros y con las palmas pegadas a los muslos tira hacía abajo) también.

Mientras se llenaba la bañera y las bombas aromáticas hacían su efecto, nos regalamos los desnudos, y los besos que nos gustaban. Plenas y cansadas acabamos en la cama, como muchas noches ya, abrazadas y respirando el olor que más reconfortante nos parecía; el de la otra.

TRENDYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora