Los primeros tres meses de embarazo no se notaban y eso facilitó las escasas visitas que teníamos con nuestras familias. No queríamos decir nada, y esquivábamos las preguntas diciendo que era pronto y que volveríamos a intentarlo, esperábamos hacerlo el quinto mes cuando además supiéramos el sexo del bebé.
Mi actividad y reposo facultativo dio lugar a largas temporadas en el estudio "casero" y alguna que otra visita a la oficina, y Mimi rebajó su agenda a la mitad para poder pasar el mayor tiempo posible en casa, aunque eso no evitaba que algunos fines de semana estuviera de "bolo" o tuviera viajes improvisados de promoción.
Las mañanas solían ser un tormento, y era frecuente verme agarrada al váter como si fuera un bote salvavidas. Las náuseas se repetían, y de pronto, deje de ver atractivos esos desayunos mañaneros de café y aguacate.
INGRID: ( arrodillada en el baño) ¡Si no tengo nada en el estómago!
MIMI: (Agarrándome la cabeza) ¡Venga rubia, ya sabes que este peque viene dando guerra! Tranquila cariño...
INGRID: (volviendo a vomitar) Me duele hasta la punta del pie, encima vomito mal..
MIMI: (Ayudándome a levantar) Mi niña... ¡Ven aquí! (me arropa entre sus brazos) ¿Te parece si en lo que te lavas los dientes preparo un zumito, a ver si este bebé quiere dejarte meter vitaminas?
INGRID (haciendo un puchero) Sí, mientras no prepares café que huele toda la casa y se revela este pequeño alíen, lo que tú quieras. Gracias cielo.
MIMI: (Acariciando mi abdomen) Ey, bebé. Deja a mami tranquila un rato, ¿vale? Voy a prepararos un desayuno de vitaminas para que salgas fuerte.
No tenía queja, se desvivía por nosotros. Y yo, entre los chupinazos de hormonas que tenía y la ternura que me daba, estaba todo el día "alterada"; Mimi parecía estar encantada con esa situación, pues nunca le venía mal el sexo en el baño, la cocina, el salón, el coche, el estudio... ¡Benditas hormonas, bendito embarazo! eran sus palabras.
INGRID: (acercándome por detrás) ¿Te he dicho ya lo sexy que estás cuando exprimes así las naranjas?
MIMI: (sonríe de medio lado) No, rubia. Pero no tengo inconveniente en que me detalles cómo de sexy crees que estoy...
INGRID: (mordiendo su oreja) Mimi, me has puesto mala, no se puede bajar en camiseta y lencería a la cocina y pretender que tu mujer embarazada de cuatro meses y cachonda como una mona (empiezo a tocar su culo por encima de la lencería de encaje) no quiera hacerte el amor encima de esa mesa....( sigo besando su cuello)
MIMI: (suspira) Mi mujer ahora mismo tiene vía libre ( girándose para mi) (beso) para follarme dónde y cómo quiera. Porque me ha puesto más cachonda a mí de lo que está ella (beso) te lo aseguro (sentándome despacio en la mesa y besándome)
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Antes de que nos diéramos cuenta estábamos en la consulta de nuestra ginecóloga, había llegado el día de la ecografía del quinto mes y, si teníamos suerte, descubriríamos el sexo del bebé, hasta ahora, sólo nos referíamos a el así, pues no queríamos tener ningún nombre hasta que no supiéramos la realidad.
DOCTORA: ( poniendo el gel en mi ya incipiente tripa) ¡Chicas! ¿Listas? ( ambas asentimos) Vamos a ver si se deja descubrir, de momento lo que veo son unos parámetros normales, y el latido regular (sonríe) bebé sano a bordo.
MIMI:( Agarrando mi mano) ¡Dios, es la mejor nota musical que he escuchado hasta ahora! (emocionándose)
DOCTORA: Viniendo de ti esos es un piropazo, ¿eh,Ingrid?
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TRENDY
FanfictionHistoria, absolutamente ficticia, de un buen día y la imaginación. ¿Qué harías si después de un concierto, un "accidente" te hiciera conocer a tu ídolo? ¿Y si de ahí resultara una noche? ¿y una posible relación? No es Nothing Hill, pero, podría pare...