LA NIÑA DE LA ESCUELA

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No creo que alguien esté preparado para la fama repentina, ni tampoco creo en los golpes de suerte. Yo, no estaba preparada para que la gente me parara por la calle, o supieran mi nombre. Ella tampoco.
Cuando vemos a un artista, pensamos que siempre es como se proyecta en el escenario, y es un error.
Son seres humanos con sus vicios y virtudes, con la diferencia de que hagan lo que hagan estarán juzgados.
Yo, lo descubrí con ella. En nuestra estancia en Ibiza, con tiempo para nosotras, tuvimos oportunidad de preguntarnos cosas que después de año y medio casi no habíamos hablado.

Tumbadas en nuestras hamacas, con la piscina privada y el sol de tarde a punto de desaparecer, empezamos un juego de preguntas y respuestas que no nos dejarían indiferentes.

INGRID: ( sentándome en su hamaca con las piernas abiertas) ¡venga, acepto! Tú preguntas y yo respondo y luego la misma pregunta al revés, ¿es así?

MIMI: ( haciéndome cosquillas en las piernas) Sí, y no... podemos preguntar libremente, no tiene por qué ser la misma pregunta contestada por ambas.

INGRID: (asiento) vale; pues... empieza.

MIMI: ( pensando) um...¿Cómo era tu infancia?

INGRID:(levanto la ceja) tanto misterio pa eso... ( me da un manotazo en la pierna) Pues, me crie entre abuelos y mis padres, los veranos en la costa, ya lo sabes, y los inviernos en la ciudad que te enseñé, aburrida y monótona. ¿Y tú niña de barrio?

MIMI:( suspira) "pos igual" los abuelos ayudaban a mami, y bueno, en Graná aunque sea Madrileña, ya ves la vida que luego me ha devuelto... pero la recuerdo con ternura en el ambiente familiar, con mami siempre.

INGRID: ¿y la niña de la escuela?¿Como eras en el colegio?

MIMI: ( sonríe con ternura mientras saca el móvil) Mira... esta foto es la típica que se ponía en las fichas, ¿sabes lo que te digo? (asiento) pues esta niña, era un poco incomprendida, supongo pero me portaba regular, me gustaba armar, y estudiar no tanto, aunque de adolescente fue peor y la etapa de 12-17 años fue un dolor de cabeza para mis padres. Pase por todas las tribus urbanas.

INGRID:( ampliando la foto) pero ya bailabas en esa edad ¿no? O antes, me dijiste.

MIMI: Claro, aprendí a bailar casi antes que andar, me gustaba mucho en general montar mis shows a los abuelos, les hacía una "performance" cada sábado ( sonríe). ¿Y tú?

INGRID: ( agacho la cabeza y empiezo a juguetear con su mano) pues yo... bueno, en el colegio era un poco la "rara", me gustaba mucho el deporte, incluso jugaba al fútbol con los chicos cuando me dejaban, y evidentemente, tarde en encontrar mi sitio, los chavales me interesaron como hombres propiamente tarde, y nunca fui la niña bonita de la escuela, la que más ligaba.  Como estudiante, era buena, me gustaba ( me puso una mueca de sorpresa) pero no todas las asignaturas, claro... los números... ¡Regulinchi!.

MIMI:( sacando la lengua) ¡Mi empolloncilla! ( me besa)

INGRID: Bueno, no tanto. Normalita...

MIMI: (riendo) Ahora entiendo tanto libro por la casa. ¡Me toca! A ver... ¿Cuál es la peor fechoría que hiciste en tu adolescencia?

INGRID: ( riendo y haciéndola cosquillas) ¡Yo no hago fechorías! Ni ahora, ni antes... No, en serio, pues no sé eso tendrás qué preguntárselo a mi madre, pero creo que no hice ninguna gorda, de hecho, como sabes, ni una borrachera tonta... No sé... es difícil esa.

MIMI: ( recostándose para atrás en la hamaca y haciendo que me tumbara encima) ¡Mu buenita tú! Pero no me lo creo, ya preguntaré yo a Ainhoa, que algo seguro que saco.

INGRID: ( mientras juego con su pelo) Pregunta, pregunta... Sin embargo, me da miedo que contestes tú eso... A ver... ¿qué hiciste?

MIMI: ( me da un beso en el pelo) Irme a China, ¿Te parece poca fechoría? Mu joven (puntualiza). Pero en cuanto a trastada...Supongo que escaparme de la casa una noche, irme a casa de mi rollete del pueblo y no aparecer a la mañana siguiente porque me quedé dormida... Claro, mi madre me dejó en la cama, imagínate tú el susto cuando eran las 11 de la mañana y la niña no está en la casa...

TRENDYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora