En la casa de la señora Lee todos tenían un vaso correspondiente. El de ella misma era de cristal rosado, y el de su pareja, el señor Han, era idéntico, pero anaranjado. En cuanto a los de los niños de la casa, entre ellos tampoco había una gran diferencia. El de Minho era un vaso de plástico azul con sus iniciales en la parte superior: «LMH»; el de Jisung era idéntico, solo que en lugar de azul, amarillo, y en lugar de «LMH», «HJS»; y en el caso de la pequeña Jennie, el de ella era violeta y rezaba: «LJN». Una medida higiénica sinceramente innecesaria pero a la que todos en la casa estaban acostumbrados. Resultaba más fácil que cada uno tuviera su vaso, y así, la limpieza meticulosa de estos se hacía menos necesaria. Minho llevaba tomando agua en el mismo viejo y desgastado vaso de plástico desde que tenía nueve años y podía jurar considerarlo parte de la familia.
Dentro de aquel mismo vaso suyo, de plástico antiguo e infantil, Minho se escabulló en el desván de la casa con su mejor amigo Changbin para tomar algo de cerveza de su papá a escondidas de sus padres. No demasiada, porque no deseaba ser descubierto, y mientras tanto, charlaban de temas irrelevantes y familiares.
—¿Haz pensado en que la razón por la cual no disfrutas el sexo es porque no sabes qué te gusta?
—Oh, sí, espera, ¿ChangBin? — cuestionó Minho, apartando la vista de su celular —. Sinceramente...cuando te saltan esos temas así de repente...me estresas.
Minho no admitiría que su intento de desinterés era una táctica evasiva para no hablar de aquel tema. Odiaba sentirse como un niño de trece años enojado porque no sabe como llegar al orgasmo. Odiaba haberle contado sus problemas a ChangBin, porque odiaba ese sentido protector que tenía su amigo que lo impulsaba a ayudarlo con sus dudas. A Minho no le gustaba sentirse inexperto incluso si lo era.
—Da igual, Min. Me he puesto a pensar y he llegado a la conclusión de que si no sabes que te gusta, no sabrás lo que buscas en una pareja, ni lo que quieres que haga contigo, ni lo que quieres hacer con ella. Como resultado, el sexo es menos placentero.
—No estoy teniendo esta plática contigo.
—Hablo enserio, Lee Minho — dijo el de cabellera castaña, pateando el pie de su amigo —. Estoy tratando de ayudarte~
—Pues no ayudas, Bin — dijo volviendo la vista a su celular —. ¿Por qué no puedes ser un adolescente normal, hablar de vaginas y no tomarme tan en serio?
—Porque eres mi amigo y te quiero — fastidió Bin, apretujando la mejilla de Minho.
Pero Minho pensó más en las palabras de Changbin de lo que tenía previsto pensar en ellas-osea nada- y terminó cobrando sentido.
Se dió cuenta de que quizá necesitaba tener algo que desear. Llevaba todo aquel tiempo pensando que había algún problema con su cuerpo o mente que no le permitía disfrutar del sexo pero ahora sonaba realmente estúpido. No había demostrado algún defecto que le impidiera solo por serlo dar y recibir placer, ni física ni mentalmente. Más bien, algo estaba mal con la manera en la que había hecho las cosas y debería descubrir el qué.
Si con Dahyun al menos se había corrido y con Lia no, eso era una señal, ¿no?
Al final del día lo único que se le ocurrió fue preguntarle a su hermanastro.
—Hey, Jisung.
—¿Sí, hyung? — respondió.
Acababan de llegar de la escuela tan solo quizá hace media hora. Ese día ambos habían tenido turno en la tarde así que debían de ser al menos las cinco.
—¿Cómo puedo saber que es lo qué me gusta?
—¿Mhm?
—Sexualmente.
—Ouh. — Bueno, Jisung seguía sin saber como su hyung era tan desvergonzado con esos temas —. Pues...hyung, lo que más te excita es lo que más te gusta. No hay mucha ciencia en eso.
—Tampoco sé que es lo que más me excita, tonto. — Minho se recostó en su cama, mirando a Jisung de reojo con las mejillas algo coloradas —. Te estoy contando esto y más vale no se lo comentes ni a tu sombra porque vas a perder tus dientes.
—Ya...hyung, no se ponga agresivo — dijo, acostándose junto a Minho. De repente tuvo el impulso de acariciar su mejilla y lo hizo, ganándose una mirada fugaz de Minho antes de que este mismo decidiera desviarla —. Me da ternura, hyung, ¿me está pidiendo ayuda?
Las mejillas de Minho se encendieron automáticamente ante la pregunta, y Jisung tuvo un ataque repentino de risa debido a la ternura que le causaba la vista que tenía en frente suyo. Siendo sinceros, su hyung parecía y era una pequeña bola de pan; además de probablemente un chico muy inocente. Esto lo hacía sentir de repente un arrebato de cariño y apego hacia la nueva faceta que estaba viendo de él.
—¿Puedo abrazarlo, hyung?
—¿De qué estas...?
Antes de que siquiera pudiera terminar la frase, los brazos de Jisung se envolvieron lentamente al rededor de su cintura, y su nariz chocó contra esa parte del cuello tan malditamente cerca de su mandíbula. Jisung estaba abrazándolo, y el cuerpo de Minho se encontraba irremediablemente tenso. Su respiración repentinamente se descontroló, y escucho a su hermanastro soltar una pequeña y agradable risita contra su cuello.
—Hyung, relájese, es solo un abrazo — y aunque la voz de Jisung no podía expresar sino más que cariño y júbilo, la voz grave tan cerca de su piel erizó sus bellos.
Quizo decir algo, pero no pudo, solo se quedó callado, haciéndose pequeño contra el cuerpo de Jisung-que si le preguntaban, no debería de estar tan cálido-. Jisung solo seguía sonriendo, sintiendo que abrazaba a un gatito.
—Hyung, usted me recuerda a un gatito.
—¿U-un gatito?
—¿Sabe que pienso? Que debería dejar de preocuparse tanto por eso — habló, entrecerrando sus ojos —. Quizá simplemente no es el momento, hyung.
—¿A qué te refieres, Sung?
—Me refiero a que está pequeño y no tiene que preocuparse por esas cosas todavía.
Minho enrrojeció completamente, apartándo a su donsaeng bruscamente de su cuerpo con un empujón. La mirada seria que le dirigió fue, pensó Jisung, digna de fotografía, a la vez que recogía sus extremidades y envolvía sus rodillas con sus manos. Jisung rápidamente se destornilló de la risa mientras escuchaba a su hyung gritar «¡Soy mayor que tú, idiota!».
Probablemente Han lo había dicho con ánimo de alivianar la situación; es decir, con intención de bromear. No obstante, le molestó que Jisung lo llamara "pequeño" tanto como le molestó que Changbin lo tratara como un niño. ¿Acaso el hecho de que fuera inexperto en el sexo, apenas saliera de su casa y se concentrara en temas de la escuela lo convertía directamente en un inmaduro?
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Gatito ✨ Hanknow
FanfictionHan Jisung tenía dieciséis años y creía que su hyung Lee Minho parecía un gatito. ✨Contenido +18 explícito. Se recomienda discreción.