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Minho movía nerviosamente sus dedos por debajo de la mesa, mientras sentía las miradas furtivas de Jisung sobre su rostro. No sabía si trataba de brindarle apoyo o pedirle ayuda, quizá fueran las dos, no tenía la mente lo suficientemente clara para llegar a alguna conclusión.

Minho solo sabía una cosa: aquello era incómodo, realmente incómodo. Toda esa situación, desde ellos sentados lado a lado a la mesa del comedor, quietos y silenciosos como troncos pesados temiendo empeorar la situación, hasta el padre de Jisung haciendo sepa Dios qué mierda en la cocina como si aquel fuera un día y ocasión perfectamente natural. No estaba seguro si aquello lo tranquilizaba o lo ponía aún mas alerta.

—¿Quieren té, chicos, de manzana? — ambos negaron, con los cuellos tan tensos que casi los escucharon rechinar —. ¿Agua? Es importante mantenerse hidratado. — Volvieron a negar.

Jisung quizá conocía a su papá, que odiaba las charlas profundas, y cuando en su niñez le preguntaba cosas sobre sexualidad, se sonrojaba y huía de la manera en que pudiera. Minho, en cambio, había crecido con una cantidad inexplicable de charlas largas y profundas con su madre sobre cualquier cosa que quisiera saber o que ella quisiera decirle, a pesar de que al crecer hubieron muchas cosas en las que no estuvo de acuerdo. Sabía que su madre lo habría llevado de la oreja hasta el infiero, y habría empezado ella misma a cuestionar cosas en voz alta mientras alternaba frases melodramáticas sobre su viejo corazón. La tranquilidad de Han Siu ciertamente lo confundió.

Sintió una mano rozar la suya por debajo de la mesa. Sin querer comprometer su situación aún más, pensó instintivamente en apartarla, pero en cambió dejó que su calidez le envolviera, calmando la amarga sensación que bajaba de su garganta, le miró con una disimulada media sonrisa.

—Hace frío estos días, debería poner la televisión para echarle un vistazo al parte meteorológico...

—Papá —. El hombre no tuvo otra opción que girarse hacia su hijo —. Por favor, deja de alargar esto. — Siu suspiró.

—No voy a regañarte, Jisung, si es lo que estás pensando. — El mencionado miró a Minho con ojos confundidos pero sombra de aliviados, le apretó la mano más fuerte, alimentándose de la calidez de su piel para tranquilizarse —. Sé que no voy a conseguir nada con eso... En cambio, tengo algunas preguntas — A Minho se le ocurrió que podría vomitar el almuerzo, pero se contuvo, reteniendo una vergonzosa risa —. ¿Qué relación... hay entre ustedes dos? Esto es raro.

Jisung tosió con relativa fuerza, Minho desvió su mirada lentamente hacia la ventana, hacia cualquier lugar en donde no tuviera que mirar Jisung ni a su padre. No tenían idea, y para ser sinceros, hasta el momento tampoco les interesaba. No todo necesita un nombre.

—A-amigos.

—No creo que estén esperando a que me ría — dijo Siu, de forma claramente sarcástica. Ambos adolescentes permanecieron silenciosos como piedras, suspiró —. Está bien, ¿me imagino que están en camino a una relación?, ¿o es un tipo de término modero que no puedo entender?

Minho y Jisung se miraron por un momento, probablemente sin darse cuenta del brillo que relucía en sus miradas en el momento en que sus ojos se encontraron, con las mejillas rojas y miradas de confidencialidad.

—Dios, papá, ¿por qué es eso lo que te preocupa, de todas las cosas?

—¿A qué te refieres? Es la más importante aquí — dijo, inclinándose sobre la mesa mientras echaba hacia atrás su cabeza para beber un sorbo de su té.

—Y-yo, señor Han, lo siento mucho — dijo Minho, de forma repentina, tenía su cabeza muy baja enseguida dijo esto. Probablemente estaría haciendo una reverencia si la mesa no le obstruyera el camino, pensó en levantarse para realizarla, pero era aún mas incómodo por alguna razón.

Gatito ✨ HanknowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora