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Jisung tiró de sus dedos hacia atrás, retirándolos de su interior, y al Minho sentir el frío vacío dentro de su cuerpo, cerró ambas de sus piernas de golpe; como en un último intento por que atrapar sus dedos dentro de él. Su menor le dedicó una mirada divertida, y Minho le arrugó la nariz, volviéndolas a abrir avergonzado.

La visión de su pequeño agujero mojado y brillando fue una vista sumamente satisfactoria para Jisung, tuvo que acercar su dedo a acariciar otra vez, Minho suspiró.

—¿Q-qué haces? ¿Por qué paraste?

Jisung no respondió, separo sus rodillas con ambas de sus manos, apoyándose para bajar su cabeza y meterla entre sus piernas. Minho saltó cuando sintió la lengua de Jisung contra su agujero, gimió sorprendido.

—Tienes un bonito lugar aquí abajo, cariño — dijo Jisung, como drogado. Minho se agarró de sus cabellos con su mano libre, queriendo de alguna manera descargar la inquietud en su cuerpo. Gimió fuertemente cuando Jisung volvió a lamer allí.

—Uhgh — gimió, medio ronco, sus piernas temblaban cuando Jisung comenzó a adentrar su lengua —Hyung... — dijo, Jisung utilizo sus dientes para morderlo de forma ligera.

Agarró sus rodillas y las levantó, ubicándolas sobre sus hombros. Las rodillas y el pene de Minho cayeron sobre su estómago, y sintió golpearle el extremecedor frío de la habitación, Jisung tenía perfecto acceso s toda la zona. Soltó un gemido derrotado, rebuscando en toda su cabeza el lugar ideal para poner sus manos, suspendidas encima de su pecho aburridas y con ganas de hacerle quedar mal. Su pene se sacudió con los besos agitados de Jisung, que metía la lengua en su culo como en un cono de helado. Inconcientemente intentó bajar sus piernas, pero Jisung sostuvo ambos de sus muslos y los levantó, manteniéndolos allí bajo el agarre de sus manos.

La respiración de Minho no pudo haber sido más agitada, o eso pensó hasta que Jisung palmeó su nalga izquierda de forma casi desinteresada, con la boca aún engullendo su culo. Sus muslos comenzaron a temblar, casi sentía el orgasmo comenzar a formarse en su estómago.

¿Le desagradaban los tratos rudos sobre él? Diablos, definitivamente no, no si era Jisung, al menos, pero no tenía a nadie más con quien compararle.

Quizá ese único idiota con el que compartió veinte incómodos minutos de besuqueo. En su defensa, hasta los maltratos de Jisung eran mas dedicados que eso. Minho pensó entonces que no se equivocaba.

Jisung podría matarlo, a Minho no le importaría, mierda.

Estuvo seguro de ello mientras gemía, completamente perdido en el extraordinario beso negro que Jisung le practicaba. No estaba muy lejos del orgasmo cuando Jisung se detuvo.

—No... — dijo, casi en tono suplicante-probablemente luego se arrepentiría- —. Déjame correrme.

Observó a Jisung agarrarse entre los dientes su labio inferior. Agarró una de sus nalgas con su mano, observando la piel que se estrujaba debajo de sus dedos, cuando la soltó tenía dedos rojos marcados sobre ella, y se desvanecieron en segundos. Lo hizo de nuevo porque fue algo adictivo, y cuando los volvió a retirar, la marca no se fue por completo.

Ups.

Suspiró, acariciando entonces su entrada. Minho se removió ansioso sobre el colchón.

—No te vas a correr hasta que esté dentro de ti.

La promesa sobreestimuló los sentidos de Minho, subió sus manos para acariciar su rostro. Jisung volvió a estirarse a rebuscar en su mesita de noche, y sacó del cajón un paquete de condones de color violeta. Se veía increíblemente sexy mientras lo abría, el rostro severo concentrado razgando el papel impacientemente, luego le dirigió la mirada.

Gatito ✨ HanknowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora