A la mañana siguiente, Evangeline fue a visitar al ingeniero Valbuena, todo había comenzado bien, una plática tranquila y amena, solo fue que llegara Miranda y todo se vino abajo o a la mierda como diría Evangeline.
—Esta Psicópata me ha agarrado a golpes ayer —se quejó Miranda con el ingeniero—, mire mi rostro, me lo ha destrozado.
Miranda era muy dramática, ni tenía tantos golpes, nada más un ojo morado, el labio y ambas cejas rotas, el pómulo rasguñado y la nariz fracturada, pero nada más, no es como que le haya cortado el rostro en dos y le haya dado la mitad a Chuchú, la mascota de la Facultad, un dóberman entrenado para respaldar a los estudiantes de cualquier peligro.
—¡Basta! —vociferó Valbuena haciendo que Miranda guarde silencio—. He recibido muchas quejas de ti, Miranda, no puedes seguir siendo parte del grupo orientadores, eres el peligro que queremos evitar para los novatos —habló el ingeniero.
—Desde este momento quedas fuera del grupo —dictaminó Valbuena firmando una hoja con el nombre de Miranda de encabezado—, firma aquí —señaló.
Miranda se soltó a llorar rogando por una oportunidad más, afirmando que ya no sería igual que antes y que trataría de cambiar para hacer mejor su trabajo, pero para Valbuena no había marcha atrás, Miranda ya no formaba parte del sistema orientador de la Facultad.
—No quiero tus lloriqueos Miranda, fui muy claro contigo la última vez, no tienes la capacidad ni la tolerancia para permanecer aquí, firma de una vez y vete por favor —pidió el mayor como último aviso.
Miranda resignada firmó la hoja y salió de la sala del ingeniero, iba echando humo por las orejas de lo molesta que estaba, molesta no, estaba furiosa, violenta y colérica.
—Irene, espera un momento, no he terminado —habló el mayor cuando Evangeline trató de despedirse.
—Lamento decirte que tú también estás fuera —comentó Valbuena con pesar—. Agrediste a una de tus compañeras dejándole heridas de segundo grado y eso es un acto que no se puede pasar por alto y lo sabes, ¿verdad?
—Si, ingeniero —respondió la azabache sin dejar caer su postura.
—Firma, por favor —dictaminó Valbuena.
Evangeline se acercó y obedientemente firmó la hoja, despidiéndose y retirándose cuando le fue permitido.
🥀
Segundo día de reuniones, los estudiantes yacían todos esperando por sus superiores, formados en filas y sentados de forma india.
Unos cinco minutos después llegaron los orientadores de forma ordenada y en fila, posicionándose como el día anterior frente a ellos, postura derecha, manos atrás y en silencio, pero faltaba una.
—El día de hoy yo seré su guía para las actividades a realizar —habló Harold sin ningún toque de amabilidad.
Antes de que alguno pudiera seguir hablando, una estudiante levantó su mano algo temblorosa, llamando la atención de Harold y los demás supervisores.
—De pie —ordenó Harold.
La chica se puso de pie para después presentarse.
—Anna Isabella Connor, número de estudiante 0084, permiso para hablar —pidió la joven.
—Habla —ordenó nuevamente Harold.
—Ayer, había dos superiores más y el día de hoy hacen falta, queríamos saber, ¿dónde están ellas? —preguntó con cierto temor la chica.
Harold volvió a ver a sus amigos y compañeros, sin saber exactamente qué decir por primera vez en su vida.
—Ellas estarán ausentes por un tiempo —fue todo lo que articuló Harold para continuar con el tema principal de la reunión.
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My Ideal Boy
RomantikEl amor lo puedes encontrar de la manera menos esperada y en el momento menos esperado... Inicio: 23 de octubre de 2022 Final: 21 de abril de 2023