🥀 17: John

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—¿M-Max? —titubeó la joven.

—Ahah.

—¿Qué... qué sucede con él? —cuestionó temerosa.

—¿Te gusta? —lanzó el peligris la primera pregunta sin ningún tipo de discreción.

—¿E-eh?

—Deja de titubear y responde, ¿te gusta sí o no? —cuestionó Emiliano con seriedad.

—No sé si me gusta, tiene todas las características que quiero pero no estoy segura si me gusta o no —se sinceró la muchacha bajando la mirada.

—¿Quieres conocerlo? ¿Estar cerca de él? —preguntó Emiliano tomando la mano de su novia como apoyo para lo que aquellas preguntas traerían de respuesta.

—Si, quiero saber cómo es él, me agrada su apariencia y su sentido al decir las cosas —murmura Evangeline mientras jugueteaba con sus manos por sobre su regazo.

—En ese caso, tienes mi permiso —culminó Emiliano con un rostro gélido y frío—. Pero que no se te vaya a olvidar que POR NINGÚN motivo, puedes ir a bares o ese tipo de lugares —advirtió.

—¿Qué quieres decir? —preguntó Evangeline sin entender a qué se refería el peligris.

—Quiere decir que tienes permiso para salir con Max sin necesidad de que quieras ocultarte —respondió Samira viendo la cara de felicidad y asombro que tenía la azabache dibujada en su lindo y tierno rostro.

Evangeline sonrió en grande y sin esperar más se lanzó a los brazos de su hermano, agradeciendo y gritando de felicidad, si eso no era estar enamorada, yo no sé qué sea, la felicidad no llega sin saber si esa persona te gusta o no.

—あなたは全世界で最高の兄弟です!—chilló Evangeline dejando un beso en la cabeza de Emiliano mientras pasaba a abrazar a su mejor amiga y cuñada.

[¡Eres el mejor hermano del mundo entero!]

—¿Cuándo aprendiste a hablar japonés? —cuestionó Emiliano quitando el Rolex que llevaba en la mano izquierda.

—Anoche —sonrió Evangeline, viendo de reojo como Samira rodaba los ojos, ella sabía cómo es que había aprendido a hablar japonés.

Claro que lo sabía, la madrugada de ese mismo día, cuando espero a Evangeline para meterse a la casa, la hizo confesar todas las cosas de las que hablaron e hicieron, tenía que estar segura de que cosas podía preguntar en ciertos momentos cuando Emiliano estuviera presente, y aunque Evangeline omitió casi todo donde estuvieron a nada de hacer... otras cosas, le detalló todo, hasta cómo fue que se hizo amiga de Algodón, y ahora era un tierno y juguetón Tigre de bengala.

🥀

—¿Cómo lograste que Emiliano aceptara que saliera con Max? —cuestionó Evangeline.

Hacía una media hora que tanto Evangeline como Samira habían subido a la habitación de la azabache, esa noche, Samira se quedaría a dormir en la casa de los Castillo Galán porque a la mañana siguiente tendría que salir muy temprano con Emiliano a un lugar que ni la propia Samira conocía, lo único que el peligris le comentó es que sería un lugar en donde tendrían su vigésima tercer cita, que era un lugar que le gustaría mucho y eso fue todo, y aunque la castaña se haya quedado con la duda no preguntó nada, porque por primera vez en su vida no se sentía ansiosa o nerviosa por una sorpresa, porque sabía que Emiliano no jugaría con ella y la sorprendería con cualquier detalle por más mínimo que sea.

—No hice más que decirle que le diera una oportunidad —respondió simple la castaña, como si fuera lo más normal del día.

—¿Eso fue todo? —preguntó con debida sorpresa la chica.

My Ideal BoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora