🥀 23: Dora la exploradora

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—¡Que no está ahí! ¡¿Cuándo lo vas a entender, niña estúpida?! —vociferó Evangeline a la pantalla de la TV que tenían en la sala de estar.

—Esa boca, Evangeline —advirtió Emiliano jalando su oreja para después dejar un tazón con fruta picada para la azabache.

—Es que no es posible que no pueda- ¡Ah! ¡Está justo detrás de ti! —exclamó señalando una sección de la pantalla.

—¿Dónde? —se escuchó por medio del audio al programa.

—¡Detrás de ti! —chilló Evangeline pataleando.

—¿Dónde? —repitió la voz del programa.

—¡Ahí está! ¡Solo voltea! ¡Mira detrás de ti! —gritó Evangeline arrodillándose en el sofá, mientras Emiliano la veía con una cara de decepción.

—¿Por qué gritas tanto? —se escuchó a Samira luego de abrir la puerta de entrada—. Tus gritos se escuchan hasta el otro lado de la calle —espetó.

—Evangeline está viendo Dora la exploradora y al parecer todavía no ha entendido que el dibujito ese no puede escucharla y lleva gritando toda la tarde: ¡zorro no te lo lleves! —respondió Emiliano ya cansado de lo infantil que podría llegar a ser su hermana.

—Este programa hace que los niños sean más tontos de lo que ya son, ahora entiendo porque los padres no los quieren en casa y los envían a una guardería desde temprana edad —gruñó Evangeline con molestia.

—Entiende que es un programa de entretenimiento —menciona Emiliano tomando un trozo de manzana.

—Si tan solo Dora no fuese tan tonta no estaría así —explica la azabache tomando el tazón para colocarlo sobre sus piernas y comenzar a comer.

—Evangeline, ya estás lo suficientemente grande, como para ponerte a gritar por estas ridiculeces —regañó Samira tomando asiento al lado de Emiliano.

—¿Ridiculeces dices? —exclamó—. Éste programa es el que está en el ranking número uno de los mejores programas infantiles —expresó la joven siguiendo con su vista los movimientos de la caricatura de cabello corto.

—Tú misma lo has dicho, programas infantiles, tú ya tienes diecisiete casi dieciocho —regañó la de cabello castaño.

—Todos llevamos un niño en nuestro interior —remarcó Evangeline llevando una mano a su pecho.

—Le diré a Max que todavía miras estos programas —amenazó Emiliano sabiendo que Evangeline posiblemente se enoje mucho por eso.

—No te atreverías —señaló la chica con su dedo índice a su hermano mayor.

—No me pongas a prueba, porque puede que... este vídeo llegue a manos de tu querido Max —sonrió Emiliano sacando su móvil para mostrarle el video en donde salía ella discutiendo con la televisión y gritando cuando Dora pregunta algo.

—Emiliano, borra eso —advierte Evangeline acercándose lentamente hasta él—. Deshazte de ese video, right now.

[En este momento]

—No lo haré —sonrió el peligris guardando su móvil en el bolsillo de su pantalón.

—¡Emiliano! —chilló Evangeline lanzándose sobre él para quitarle el móvil—. ¡Dame eso!

—¡No!

—¡Dámelo!

—¡Que no!

—¡Adrián Emiliano Lorenzo! —verbalizó Evangeline.

—¡Virginia Irene Evangeline! —respondió Emiliano de la misma manera.

—¡Borra eso!

—¡He dicho que no!

My Ideal BoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora