—No lo sé —responde Max.
Evangeline no dijo nada más y dejó que Max hiciera lo que sea que estaba haciendo, no es como que pudiera contradecir o dirigirlo en algo, porque no es como ella sepa algo de cocina, así que mejor se quedó en silencio, esperando a que el mayor terminará.
—¿A ti te gusta cocinar? —cuestionó Max volteando la pechuga de pollo que estaba en la sartén.
—Gustar si me gusta, pero no puedo hacerlo —respondió avergonzada—, no puedo ni siquiera freír un huevo... —susurró.
—No tiene nada de malo que no sepas cocinar, todos aprendemos así, si quieres yo te puedo enseñar —habló el pelinegro dejando un fugaz beso en sus labios para alejarse y continuar preparando la comida.
—¿De verdad? —inquirió emocionada la azabache bajando de la silla en donde estaba para correr a abrazar al mayor desde atrás.
—Por supuesto, tú sólo dime cuándo y yo te enseño —sonrió Max, dando media vuelta para aceptar bien aquel cálido abrazo.
—Mi hermano no ha querido enseñarme —murmura Evangeline contra el fornido pecho de Max, que aún sin mirarla sabía que estaba haciendo un tierno mohín—, bueno, no es como que él sepa cocinar pero hace el intento.
Max soltó una gutural carcajada por las ocurrencias de la azabache, últimamente se le estaba haciendo costumbre ser feliz cuando estaba con ella, le sacaba sus más sinceras sonrisas y palabras y le gustaba, sinceramente si le gustaba.
Le agradaba su compañía y su presencia, con eso era feliz y creía que no ocuparía nada más si estaba con ella.
—¿Alguna vez has intentado cocinar? —preguntó Max separándose del abrazo.
—Una vez —responde mientras se subía a la isla de la cocina—. Pero fue un desastre total, casi incendio mi casa, así que desde ese día no me permiten entrar a la cocina y mucho menos intentar encender el infiernillo, así que... —concluyó alzando sus brazos con desinterés.
—No me lo tomes a mal, pero me estoy imaginando esa escena de una manera muy cómica —se carcajeó Max sintiendo la amenazadora y pesada mirada sobre su espalda, Evangeline lo veía de una forma no muy amable que digamos, sobre todo porque a ella no le gustaba que se rían de sus defectos por decirlo así o de sus errores, no porque se molestará bueno sí y no, es porque la hacen sentir que nunca podrá hacer nada y eso le bajaba de más los ánimos.
🥀
—¡Esto está de pu- —se interrumpió a sí misma cuando se percató de la mirada molesta de Max—, ¡delicioso!
Max alzó una de sus cejas y asintió complacido, le agradaba que su chica fuese tan expresiva cuando estaba con él, le hacía sentir que tenían una mutua confianza sin temor de ser juzgados.
—Tienes una bonita sonrisa —adula el pelinegro acariciando la oscura cabellera de la menor.
—G-gracias —tartamudea Evangeline sintiendo su rostro arder.
—He llegado a la conclusión —dijo Evangeline después de un rato en silencio—, que no sé nada sobre ti.
—Pregunta lo que quieras —permitió Max tomando su copa con vino mientras la llevaba a sus labios para degustar el exquisito sabor.
—¿Cuál es tu color favorito? —preguntó Evangeline.
—Negro y blanco —responde Max dejando la copa en su lugar.
—¿Comida favorita?
—Cualquier cosa está bien —contesta luego de cruzar una de sus piernas.
—Que aburrido —comentó Evangeline observando atenta la sonrisa que Max tenía pintada en el rostro—. Bueno, ¿bebida favorita?
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My Ideal Boy
RomanceEl amor lo puedes encontrar de la manera menos esperada y en el momento menos esperado... Inicio: 23 de octubre de 2022 Final: 21 de abril de 2023