My Ideal Boy

🥀 21: A nadie asesinan por ser bueno

—Así como tú también lo has creído, ¿no? —preguntó con sorna.

—¿Qué?

—La única diferencia que existe entre tú y yo es que Max me ha prometido amor y cariño —sonríe—. Contigo fue solo sexo nada más, nunca podrás compararte ni mucho menos estar a mi nivel, yo soy su novia tú fuiste únicamente su muñeca sexual —aquellas palabras habían llegado a los más profundo de la peli marrón, su ego estaba siendo pisoteado como si fuese una hormiga y ni hablar de su autoestima que ahora, yacía hecha pedazos.

—Por supuesto que tú y yo jamás estaremos en el mismo nivel, aunque lo niegues sabes perfectamente que Max me quiere a mi y que tú nada más eres la zorra con la que pasa el rato —habló Emily sintiendo el tic en el ojo que le estaba causando toda esta escena.

—Te equivocas —interrumpió Max, el pelinegro estaba muy, muy molesto, su sangre quemaba en su organismo, las venas en su cuello se marcaban y su apretada mandíbula demostraba que no sería fácil para él continuar hablando—. Evangeline lo ha dicho, tu y yo nunca fuimos nada, simplemente sexo y nada más —afirmó el más alto acercándose hasta donde estaba su azabache, tomando sus manos para entrelazar sus dedos.

—¿Por qué no aceptas que perdiste el juego? —preguntó burlona la azabache—. Max me quiere a mí y eso ni tú ni nadie podrá cambiarlo.

—Tal vez cambies de opinión cuando sepas la verdad, cuando te des cuenta que tu preciado y adorado Max no es más que un farsante que hace cualquier cosa para conseguir lo que quiere —espetó Emily tomando su bolsa que estaba en el sofá que tenía enfrente de ella—. Cuando quieras conocer quién es el realidad Max Alexander Grey, me avisas, estaré disponible para-

Evangeline no dejó que terminará y safándose del agarre del pelinegro abofeteó el rostro de Emily sin piedad y con fuerza, hacía mucho que quería hacerlo, desde el primer momento en que quiso armar un show en la entrada del edificio.

—Te advertí que no me provocarás —susurró Evangeline—. Quizás con esto aprenderás a no meterte en las relaciones ajenas y para que veas lo amable y educada que soy te acompañaré a la salida.

Seguido, tomó un manojo de cabellos de la peli marrón y a rastras las llevó al ascensor en donde todo el tramo hasta el primer piso no hizo más que apretar su agarre y darle jalones para que estuviese quieta.

Las puertas se abren y todo el personal que iba cruzando por el edificio presenció la escena mejor que una película de acción 4K, estaban en shock por lo que sus ojos veían, era poco prudente que se quedarán ahí pero tampoco querían perderse el momento exacto en el que Evangeline aventó a Emily afuera y esta cayó al piso siendo observadas más de cerca por los guardias que estaban cerca.

—Recuerden bien su rostro, porque no volverá a entrar en esta empresa —asegura Evangeline para regresar sobre sus pasos y subir hasta la oficina de Max, mismo que la esperaba de pie en el centro de su oficina.

—Tenemos que hablar —dijo la azabache acercándose lentamente hasta el mayor, Max asintió y señaló los sofás.

—Responderé todas tus preguntas y dudas, solo... no me odies —pidió el pelinegro en una súplica, temía por la reacción de Evangeline, sabía que con la nueva información que le brindará podría tener dos resultados negativos.

1. Que le pidiera jamás verse.
2. Que lo odiara.

Y no quería ninguna de las dos, por supuesto que no, había esperado tanto tiempo para esto y no quería arruinarlo por no haberle dicho toda la verdad desde un principio, sabía que en este momento estaban en la cuerda floja y con el menor movimiento brusco podría caer y estaba seguro que no podría levantarse.