🥀 13: Que sucia eres, Evangeline

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🥀 [Escena sacada de la serie Boys Love, Sotus: The Series (cierta parte)] 🥀

Habían pasado tres semanas, seis días desde que Evangeline regresó como líder al grupo de veteranos, su carácter con los novatos seguía siendo cada vez más estricto, severo, inflexible y disciplinado como nunca antes.

—¡¿No os enseñaron a trabajar en equipo?! ¡¿Saben siquiera lo que es la unidad?! —gritó Alex.

Claro que se los enseñaron. Para haber llegado a la universidad y no conocer una palabra tan simple, era imposible.

Pero los novatos, a quienes Evangeline les ordenó reunirse a las cuatro de la tarde en el estadio, parecían tan capaces de realizar dicha tarea al igual que niños del jardín de infantes.

—¡Nosotros organizamos la reunión para tener un grupo ordenado! ¡Mientras ustedes se alinean así de lento nos dan a entender que están listos para recibir un castigo porque, aparentemente, no tienen idea de lo que es la unidad! ¿O es qué acaso no saben lo que significa? —preguntó Evangeline—. ¡¿No tienen suficiente mentalidad para comprenderlo?! —gritó la líder de las novatadas de forma desenfrenada.

Ese día, los novatos estaban vestidos con camisetas estampadas con el logo de la universidad de ingeniería y pantalones de entrenamiento, por ello, adivinaron que las actividades realmente difíciles estaban por comenzar.

—Bien les recordaré lo siguiente, esta es una advertencia que no repetiré: si uno de ustedes cree que no es capaz de aguantar, y no sea responsable de manejarlo, ¡quien quiera irse es libre de hacerlo!

Habitualmente la práctica se dividía entre los alumnos del grupo general y un grupo especial de alumnos propensos a problemas de salud, porque no todos podían aguantar las tareas dadas por el equipo de bienvenida, que difería sólo un poco del entrenamiento para ser un cadete en la escuela militar.

Pero muchos novatos optaban por fingir para entrar en el grupo especial para evitar las tareas más severas, por lo que tuvieron que abandonar esa idea.

Algunos consideraron la opción de irse, pero después de las siguientes palabras de Evangeline, se arrepintieron.

—Pero si se van, no olviden que serán sus colegas quienes aprenderán lo que es la unidad, no sólo por ellos, sino también por ustedes —aclaró.

¿Y con esa amenaza, cómo alguien se atrevería a irse?

¿Quién desertaría sabiendo que el castigo por su partida haría sufrir a los novatos restantes? Ninguno de los estudiantes del primer año quería parecer egoísta.

Evangeline miró entre de las filas y no vio las manos levantadas, por lo que, con aprobación comenzó a decir:

—Debo elogiar vuestro espíritu de equipo, al fin veo un poco de unidad, pero eso no es suficiente, miren a sus espaldas, vean a mis compañeros en aquel lugar del otro lado del estadio, tienen que correr y alinearse de aquel lado del estadio en tres minutos —espetó—. ¡Háganlo ya, no hay tiempo que perder! ¡Serán castigados por cada segundo de retraso! ¡¿Entendido?!

—¡Entendido!

Los novatos escucharon la orden y sus rostros se pusieron pálidos. El estadio de la universidad tenía un área igual al de un campo de fútbol completo, y no era posible atravesarlo en solamente tres minutos.

Evangeline continuó con voz demandante:

—Bien, si entendieron, entonces vayan, ya comenzó a avanzar el tiempo —habló—. ¡A correr! —ordenó.

La carrera debía realizarse formados en filas, mientras iban tomados de la mano, y aquello sólo complicaba la tarea. Algunos de los chicos rápidamente se cansaron, el sudor comenzaba a escurrir de sus rostros, y sus respiraciones se volvieron aceleradas.

My Ideal BoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora