Alba despertó exaltada y llena de sudor pero en su cama. Revisó el cuarto y todo parecía normal, un completo desorden de habitación en resumen.
Se levantó para abrir la cortina y dejar pasar un poco de sol, de esa forma sentía que todo tomaba un poco de vida.
Agradeció que todo hubiera sido un sueño, no habría podido procesar lo que le sucedía de otra forma, ella era una mujer de ciencia y tener que creer que un par de dioses y un ángel habían hablado con ella no era algo que pudiera concebir.
Salió de la habitación para encontrarse con más desorden aún y con su sala, cocina y comedor claro. Tenía que prepararse un buen café antes de ir a... ¿Trabajar? ¿A dónde debía ir? El dolor de cabeza la inmovilizó por unos segundos.
Pero, si no podía recordar algo tan sencillo eso significaba que.
— Te despiertas muy temprano ¿Esta es tu vida? No creas que me adaptaré a ella. —Esa era la voz de Hela, estaba segura pero no quería darse la vuelta para confirmarlo. —Y por el amor de los dioses, date una ducha, solo mira cómo estás ahora justo después de despertar.
— Esto no es real.
— Claro que es ¿Qué no me escuchas?
— Solo tengo que dormir un poco más.
— Te lo dije, es como si estuvieras atrapada en un muy mal libro, supéralo rápido y sigamos con esto.
Una gran nube de plumas rozó con su hombro he involuntariamente la tomó entre sus dedos palpando la suavidad de esta.
— E-esto, yo, tu... —Tartamudeo, no podía darle coherencia a todos los pensamientos que tenía en ese momento.
— Por cierto, no creas que te perdonaré por estás estúpidas alas y lo que le hiciste a mi estilo, juro que encontraré alguna forma de vengarme.
— Pensar en venganza no es bueno. —Alba se arrepintió de haber pedido ese cambio de apariencia, debió hacer caso a sus instintos, la venganza no había sido su mejor idea.
— Oh, no te preocupes, a mí no me interesa lo que es bueno o no. — Sacando valor de cada rincón de su cuerpo dio la media vuelta, Hela tomaba un café mientras la miraba esperando algún tipo de reacción. — ¿Y que no piensas apresurarte para ir al trabajo?
— ¿En qué trabajo?
Hela volvió a esa actitud despreocupada con la que se presentó, sin pensar en responderle comenzó a flotar con sus piernas en posición de loto, todo esto sin usar las alas para volar, parecían ser más un adorno estorboso que algo útil.
— Esta mierda será más difícil de lo que pensé, solo usa tus notas, tienes la dirección anotada en algún lugar.
— ¿Por qué carajo si sabes todo sobre mi no puedes solo decírmelo?
— ¿Qué no prestaste atención sobre todo lo que dije acerca de la venganza? — Suspiró. — Eres un dolor de cabeza.
Sería un día muy largo.
Aún más largo cuando bajó al estacionamiento de su edificio, por el contrario de lo que creía reconoció su auto de inmediato, ni siquiera dudo, su memoria estaba desecha.
Las calles le resultaban conocidas más no podía decir con exactitud donde estaba, solo eran edificios tras edificios que sentía como si los hubiera visto en sueños. Observó con detenimiento sus calles en cada semáforo esperando reconocer algo y que eso evocara algún pensamiento que le fuera útil pero se encontraba atrapada entre el concreto y el incesante ruido de una ciudad. No sabía exactamente en qué país estaba, mucho menos la ciudad pero al menos esta parecía ser enorme y llena de cultura por la cantidad de gente que veía.
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El Castigo.
Romansa¿Me escuchas? El sonido resonaba por toda las paredes de la cabeza de... ¿Quién era ella? Despertar de esa manera debería de ser la más aterradora que se pueda imaginar cualquiera pues ese es el momento en el que te des cuenta que tu vida está a pu...