8

83 1 0
                                    

Aidé...


Al despertar estaba Antonio frente a mi, me acerco para pasar su brazo alrededor de mi, me apegue a su pecho, oí como suspiro para luego despertar.


-¿Qué pasa, princesa?- hablo con su voz ronca.


-Nada, nada, solo quiero estar cerca de ti...- cerré mis ojos, abrazándolo.


-¿Tienes frío?- pregunto abrazándome con fuerza.


-Mucho- dije pegada a su pecho.


El me abrazo con fuerza, tomo una de las cobijas para taparnos a ambos, comenzó a darme besos sobre la frente, yo solo sonreí a su gesto. Le llene la barbilla de besos, el agacho la cabeza. Yo le toque la nariz, el me mordió el dedo, me queje como una niña pequeña, el comenzó a sonreír con esa sonrisa que me encanta. Subió su pierna sobre mi cadera, yo me queje por su peso, en ese momento se abrió la puerta, era Rebeca, quien se sonrojo al vernos a ambos en la cama.


-¿Puedes venir a la sala? necesitamos hablar...- dijo mirando el suelo.


-Por supuesto dame un minuto- le guiñe el ojo.


-Yo ya... no pensaba irme pero ahora me voy- dijo debajo de las cobijas.


Aquella chica rodeo los ojos para luego cerrar la puerta, le mire a Antonio quien se rió, ambos salimos de la cama, íbamos a la puerta cuando le tome la espalda, lo abrace por detrás, tome su playera del suelo dándosela.


-Quería lucirme pero has arruinado la sorpresa- apretó los labios.


-Si, sirve ven el rasguño que tienes en la espalda- le guiñe el ojo para luego reprimir mi sonrisa.


-No hay que esconder la verdad- me guiño el ojo para ponerse la playera.


-Ya vete- le golpee en el hombro.


Ambos reímos para salir por la puerta, al salir, Antonio se regreso para darme un beso en la mejilla, saludo con un ademan a mis amigas, ellas alzaron la mano, para escanearlo hasta que salio por la puerta, me gire con ellas, estaban todas sentadas sobre la sala, todas teníamos nuestras pijamas.


-¿Te cuidaste?- pregunto Carolina.


-Vomite- admití.


-Que lindo niñero- dijo Katia.


-¿Entonces también tomaron la clase de anatomía?- pregunto Rebeca.


-No paso nada- admití, sentándome sobre el sillón sin antes hacer una mueca de dolor.


-Tenemos que hablar- menciono Rebeca.


-Si- dijimos todas al unisono.



Es hora de ser sinceras...



Una regla/One rule. [Suspendida]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora