Final

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Rebeca... 

Al mirarlo a los ojos me di cuenta que no, no era lo que quería, creo que aun soy muy joven para estas cosas. 

-No- dije en seco para quitarlo sobres de mi.

El desde luego quedo pasmado, se quedo sobre el sillón. Al despertar note que el siquiera estaba, no tenia pantuflas algunas. Me levante con frío y dolor en mis piernas, busque sobre la cocina y esta estaba inmaculada, subí por las escaleras sin permiso, al subir el estaba sobre su cama, con un libro sobre el pecho, claramente aquí no me necesitan.

Katia...

Una vez estando recostado sobre aquel cálido pecho, de pronto note caricias inseguras, al mirarlo el miraba a la nada. Le tome la mano pero el inmediatamente, se soltó de mi amarre. Me senté recta para mirarle.

-¿Ocurre algo?- pregunto tratando de buscar sus ojos.

-Creo que si- dice sereno.

-¿Crees?- pregunto sintiendo ese nudo sobre mi estomago.

-¿Te puedo pedir algo?- pregunta con una mirada de tristeza.

-Adelante- digo con nervios.

-Te quiero pero, no creo que esto se vaya a resolver, no puedes ayudarme y no quiero que me ayuden- dice nuevamente sin mirarme.

-¿Es todo?- pregunto poniéndome de pie.

-Un gusto Katia- dice para marcharse al cuarto

Y quedo mal al estar en medio de la habitación...


Carolina... 

Salimos a dar un paseo en el coche. Muy pasivamente Rafael se gira hacia mi, para luego decir:

-Necesito confesar algo...- dice apretando el volante.

-Dime- digo sin importancia.

-Voy a regresar a Europa- dice sin mirarme.

-¿Cuando te vas?- digo interesada.

-Esta misma madrugada...- dice pero esta vez noto como traga duro.

-¿Y cuando pensabas decirme?- pregunto sentándome sobre el asiento del auto.

-Pensaba irme pero.. debido a las circunstancias...-  no prosiguio hasta que lo interrumpí.

-A eso pensabas venir llevarte lo unico bueno e irte, ¿asi nada más?- pregunte enojada.

-No te enojes... por favor...- dijo sin afrontar mi mirada.

Golpee el tablero del auto, en media avenida con el semaforo en rojo me baje del auto hecha un manojo de ira, camine al priemer camellon que vi, el gritaba mi nombre detrás de mi pero para mi el no existia, ya no más.

Aideé... 

Nunca nada sera igual, así que a las seis de la mañana tome mis cosas, camine a recepcion para pedir un taxi, llego en quince minutos, sabia perfectamente lo que hacia renunciar, solo eso. Me detuve a ver como bajaban mis compañeros al gimansio, sin ser vista sali afuera. Al adentrarme al taxi, le pedi al chofer que me llevara  a culquier lugar... Sentí arder con furia mis ojos. Que estupida me dije mil veces. Mi celular tenia dos mensajes, ambos de Antonio, uno del novato y una llamada perdida de Tom. Lo arroje lo más adentro de mi maleta. 


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⏰ Última actualización: Oct 03, 2015 ⏰

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Una regla/One rule. [Suspendida]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora