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Katia...


Tome una ducha rápida para poder alcanzar a mi mamá en nuestro nuevo trabajo, para mi sorpresa al llegar, no hay clientes, la señora aparece de la cocina con pay en mano junto un chocolate caliente, le miro con una sonrisa, sobre una de las mesas del negocio deja el plato junto con la taza, ella me indica el asiento, ella se sienta sobre el otro, se cruza de piernas para mirarme fijamente, me remuevo incomoda sobre la silla, ella señala mi plato entiendo que quiere que coma, es cuando tomo el tenedor , tomo un trozo de aquel apetecible pay, me doy cuenta al instante que es de arándano, mientras me concentro en el sabor de la masa, ella desaparece... Me concentro en comer el desayuno, tenia mucha hambre, la campana de la puerta se hizo presente, no le di importancia, alguien se sienta frente a mi, pienso que es la señora, pero para mi sorpresa es Luis. El estaba cabizbajo siquiera esta mirándome, devuelvo la mirada hacia el pay, tomo la taza sorbiendo un poco de chocolate.


-Se que estabas viéndome- dice lento.


-Te voltee a ver, es diferente- digo sin apartar la vista del pay.


-Discúlpame...- susurra, sentándose derecho sobre la silla.

-No tienes por que disculparte- digo sin importancia.


-Me refiero a lo de ayer...- suspira tomándose la nuca.


Al alzar la mirada, el mira hacia la ventana, noto sus lagrimas. Dejo el tenedor para buscar su mirada.


-Oye, no... no... hiciste nada malo- digo tratando de mirarlo.


-Si... quizá no contigo, es que el era mi amigo- me mira con aquella mirada de arrepentimiento.


-¿Que fue lo que paso?- pregunto interesada.


-Eramos amigos desde la primaria, el año pasado intento robarle a mi abuela, ella es mi mamá no puedo permitir que le hagan una cosa así, es decir, muy apenas puede mantenerme a mi y al negocio, así que explote, le dije que no lo quería aquí, desde luego mi abuela nunca supo de este incidente, se lo comente esa misma noche de la pelea...- respingo.


-Yo creo que todos merecemos una segunda oportunidad, ¿no crees?- le comente alzando las cejas.


-Estas en lo cierto, pero mi orgullo me cegó- agacho la cabeza, colocando ambas manos sobre la mesa.


-Yo entiendo, pero... estas reconociendo tu error eso es algo bueno- le dije poniendo mi mano sobre la suya.


-¿Sabes que es lo que más me impresiono?- dijo mirando mis ojos, su mano estaba fría pero a mi tacto se calentó.


-No lo se... ¿por que no me lo dices tu?- pregunte quitando mi mano, pero el la tomo con ambas manos acunando la mía.


-Al estar envuelto en mi enojo, llegaste tu, me tomaste la mano eso me impresiono, pero cuando me miraste con aquel brillo en tus ojos, yo... no se que paso, todo se disperso como si nunca hubiese estado enojado, me transmitiste esa tranquilidad- comenzó a sonreír - fuiste mi complemento en ese instante- finalizo apretando mi mano.


¿Por que me dice este tipo de cosas?.... Sentí arder mis mejillas, me dejo sin palabras, no había alguien que me dijera algo así, es decir con tanta sinceridad,no se que esta pensando pero no soy lo que busca, no se... no puede ser... no se... quizá no debemos o quizá si, podemos ser amigos. O no se... quizá... quizá...


-Luis, me alegra que haya podido ayudarte- quite mi mano con esfuerzo.


-¿Pero...?- pregunta decepcionado.


-Pero tal vez no seamos lo que busca uno del otro, ¿no crees?- sonreí falsamente más para mi misma que para el.


-¿Puedo seguir intentando, Katia?- pregunta apretando los labios.


No lo pensé dos veces cuando me oí susurrar...


-Si, si se puede Luis- digo seria.


-Bien... ¿me compartes de tu pay?- pregunta señalando mi pay.


-Nunca, nunca te metas con mi comida, ¿entendido?- le señalo con el tenedor.


-Quieta... tomare nota- alza ambos manos pero me guiña al instante el ojo.


-Aprendes rápido- digo avergonzada sin quitar la mirada de mi pay.


Oigo su risa. No puedo evitar sentirme contagiada.




Tal vez....


Una regla/One rule. [Suspendida]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora