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Carolina...

A veces mi cabello se ve bien otros días no, aveces es.... un desastre, como hoy, creí que con un baño podría acomodarse pero por lo visto no es así. No puedo evitar estar viendo desesperadamente el reloj. Oí un ligero golpe sobre mi puerta, me giro con una mirada asesina.

-¿Como te fue hoy?- pregunto Aidé, quien estaba recargada sobre le marco de mi puerta.

-Bien- respondí fría.

Ella sonrió para luego pasar a mi cuarto, comenzó a tomar mi cabello para hacer una hermosa trenza.

-Gracias- sonreí. Ella solo arrugo un poco su nariz, continuo peinándome cuando entro Rebeca comiendo un chocolate, se sentó sobre mi cama, ambas me miraron, yo solo me quede cabizbaja. Al mirarlas nuevamente ellas continuaban mirándome. Me rindo...

-Si, si iré con Rafael- solté un suspiro.

-¿Que estudiaran... anatomía?- pregunto divertida Aidé.

-Química...- sonreí.

-¿En la cama?¿en el sillón? ¿en la mesa?- pregunto Rebeca sin quitarle la mirada al chocolate.

No pude evitar sonrojarme, me cubrí los ojos con ambas manos, Rafael es un chico de veintiún años -cuatro años mayor que yo-, con el que me e estado viendo por más de un año, solo salimos, somos una clase de amigos con derecho, cuando estoy con el no puedo evitar sentirme tan tranquila pero el saca en ocasiones ese lado que no quisiera que saliera nunca a flote, no pasamos de un faje, no es por el exactamente... no me siento del todo preparada para ello, y lo que más amo es que el lo respeta. Su madre cree que el es mi tutor, si lo es... a veces. La gran parte del tiempo no la pasamos acostados, jugando, saliendo para ver algún partido, salimos de fiesta con algunos de sus amigos, pero normalmente vamos a casa de su tío para hacer reuniones como hoy. Todos en la familia sospechan algo, pero nosotros somos muy discretos. Salimos atrás -en el enorme jardín con alberca- para tener nuestra intimidad.

-No les importa- dije con los dientes pegados.

-Si claro que si, no quiero un equipo de americano corriendo por ahí- dijo Aidé divertida.

-Que tierno, minis carolina, junto minis Rafael- menciono Rebeca con ambas manos en la cara.

-¡NO! ni lo mande Dios- me tome el pecho.

-Ahora las pestañas- dijo Aidé con el rizador en mano.

-¡Hay no!- susurre.

Aidé es buena con el maquillaje junto con los peinados pero no es lo mio, es decir, traigo puesto un jersey, unos jeans, y unos tennis. ¿Eso es femenino? no, odio eso, el maquillaje arruina la cara, aunque admito que te hace muy bien el favor, los vestidos, tacones, blusas cortas, faldas.... no es para mi. Obvio los he usado en alguno momento antes cuando vivía con mi mamá, ahora soy más libre de usar lo que quiero. Tengo mi estilo y lo amo.

Finalmente la morena termina con mis pestañas -que son larguísimas- mis ojos... se ven hermosos. Me sonrió a mi misma al ver mi reflejo, estoy definitivamente lista, tal vez hoy sea el momento de dar el siguiente paso.... me sonrojo. Enserio quiero tanto a Rafael, que con el no me arrepentiría de nada. Creo. Mis amigas me miran como si supieran lo que estoy pensando, la morena se cruza de brazos mientras Rebeca me mira retadora, sobre el marco de la puerta entra Katia junto con Rafael -alto, piel blanca, cabello negro como sus cejas, ojos claros los enmarcan unas pestañas negras, sonrisa sincera, labios rosados y definidos, espalda ancha así como sus hombros, mirada calculadora pero de galán- esta tarde se ve diferente, se parece a alguien que conozco o tal vez que vi. Al verme el sonríe.

Una regla/One rule. [Suspendida]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora