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Rebeca...



Como era de esperarse el miércoles en la mañana amanecí enferma, me convencí que para el jueves podría sentirme mejor, pero no, me levante quizá aún peor, apenas me levante cuando comencé a llorar, tenia un dolor de cabeza horrible, mi garganta ardía, no me sentía con la habilidad de caminar, caí sobre el suelo de senton, a lo que la morena se levanto rápidamente, al mirarme sobre le suelo, me ayudo a devolverme a la cama, ella se fue, pero volvió quizá unos cinco minutos más tarde, con una taza sobre sus manos, me tendió la sustancia café, pero olía bien. Tome un sorbo, ¡dulce!, se metió en su papel de pre doctora, según a mis síntomas, lo califico como: gripe. Me dio unas pastillas, que hicieron efecto una hora más tarde. Al levantarme, ya mejor, sobre la cocina había caldo de pollo, las chicas estaban sobre la sala, al mirar sobre -la enorme- ventana de la estancia, ya era tarde, parecía que llovería... de nuevo. Mire con desagrado al cielo, pero ello no quito mis ganas de comer. Al servirme un buen plato de caldo, volví a recostarme, la morena me obligo a beber nuevamente el té, seguido por las pastillas. Obedecí.


Me sentía de cierto modo culpable por no haber ido con Esteban, es decir, copito paso el día encerrado en la casa, seguro el chico hizo lo que tenia que hacer, y no lo cuido. Llegaría mañana a una tienda para mascotas, compraría algunas galletas para el cachorro, comenzarlo a educar, así no batallo, tampoco el chico. Me sentí energética por la mañana, le di los buenos días a Carolina y Katia, la morena... se fue a su tan esperado campeonato de boxeo. Prepare desayuno para mi, seguido tome un baño, intente arreglarme un poco. Cuando finalmente me sentí "lista", salí por la puerta, llegue a la tienda de mascotas, tome diez galletas pequeñas, cuando termine de comprarlas, al girarme sobre una de las rejas estaba un Akita negro, era muy tierno, su pelo casi no dejaba divisar sus pequeños ojos, pero era muy tierno, apenas me acerque cuando comenzó a llorar para que lo tomara, le sonreí como si este pudiera hacer lo mismo. Una de las empleadas se acerco diciendo que estaba en adopción. Tenia cuatro meses (como copito), su mamá estaba desaparecida, a sus hermanos ya los habían comprado menos a el, y no entiendo el por que si es muy tierno. Agradecí por la información, tenia que tenerlo, tendría que hablar con las chicas. Un perro guardián siempre es una gran idea.


Al estar sobre la calle del chico, trate de respirar con normalidad, me sentía contenta, empezaría del final al inicio, el nuevo horario me parecía completamente mejor. El cielo estaba despejado, ninguna nube asechaba, respire despreocupada. Toque suavemente. Mire por la ventana de en medio de la puerta. Toque nuevamente pero esta vez mi celular sonó, mire de nuevo por la ventana, alce el celular hasta mi oreja.


****

-¿Si?- pregunte sin perder de vista el interior de la casa.


-Hola hija- dijo la voz de mi madre, su tono era frió.


-Hola- dije esta vez más concentrada.


-Tu padre y yo queremos ir a verte- dijo esta vez con autoridad.


-¿Cuándo? sabes que tengo trabajo, y llego tarde- dije en el mismo tono.


-Planeábamos ir hoy, a las siete- dijo, oí la voz de mi hermano al otro lado.


-¿Es cesar? ¿como esta el enano?- pregunte con una sonrisa.

Una regla/One rule. [Suspendida]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora