Carolina...
Cuando Rafael termino de alistarse, me dijo que si salíamos a una cafetería que le encanta, donde hacen los mejores nachos, pero cuando planeábamos salir junto con su primo (que el iba a otro lado), no nos habíamos dado cuenta de la lluvia, así que nosotros dos vimos una película en la estancia de arriba mientras Ruben estaba abajo jugando al x-box. Cuándo la lluvia ceso, el chico quería insistentemente ir por sus nachos, desde luego accedí, al bajar, su primo siquiera nos miro, decididos a salir, la lluvia volvió a aparecer, estaba vez había truenos junto relámpagos, al ver el cielo me asuste, tome a Rafael en un abrazo, el sabe que me dan terror los truenos, el beso mi cabeza mientras sobaba mi espalda, otro trueno se hizo presente esta vez cubrí mis oídos, apegandome aun más al chico. Al abrir mis ojos, estaba Ruben mirándome de modo sereno, yo le quite la mirada no quería que volviera a mirarme como acostumbra hacerlo. En ese mismo instante entró la hermana de Rafael, apenas oí su voz me separe de Rafael, me gire a saludarla como si nada, traía unas bolsas sobre sus manos, yo le quite dos para ayudarla, ella comenzó a contarme de su embarazo, si así es estaba embarazada, de mi edad. Muy joven es verdad. Apenas podía caminar con normalidad, me contó sobre la sonografía y de lo grande que era su bebe, pesaba ya dos kilos, no pude evitar sonreír. Detrás de mi apareció la -bella- madre de Rafael, junto con su -sarcástico- padre, ambos me saludaron en un abrazo, aquella mujer me contó sobre su nieto, las cosas que compro hoy, sobre una bolsa sobresalía un olor delicioso, "comida china". Conté un total de doce cajas de comida china. Tres para el papá de Rafael, tres para Rafael, supuse que tres para Ruben, una para la hermana de Rafa, una para su mamá y sobraba una.
-Te vas a quedar a cenar, no te iras con este clima- me señalo la mujer pelirroja.
-No, no, cenen ustedes- dije sacando las llaves del carro de mi bolsa.
-Te dije que no Carolina, te quedas- me lanzo una mirada de advertencia.
-Esta bien, esta bien- alce ambas manos en rendición.
-¿Desde cuando tan modesta Caro?- me pregunto la hermana de Rafael, Marina.
Desde que supe la existencia de tu -guapo- primo
-Están en familia, esta tu primo, aparte no debo entrometerme, quizá arruine sus planes familiares- mencione encogida de hombros.
-No digas eso, pequeña- hablo el padre, Marcos.
-Tu eres de esta familia- dijo la mujer pelirroja, Nidia. Me abrazo por los hombros dándome un beso sobre la mejilla.
Un escalofrió recorrió todo mi cuerpo hasta situarse sobre mi nuca, sentí mis manos sudar, esto era mucho, es decir, ¿considerarme de la familia? es mucho. Nidia saco la caja de comida para mi, ella buscaba desesperadamente los palillos chinos, todos habían empezado a comer menos yo, unos palillos aparecieron frente a mi, voltee a ver quien era, Ruben tenia los palillos para mi, con un ademan me indico tomarlos, así lo hice pero sin mirarlo a los ojos, Rafael me tomo de la cintura para llevarme a la sala. Me era sencillo tomar los palillos, su primo se sentó a un lado de Rafa, Marina se sentó a mi lado, yo me burlaba de ella ya que no podía tomar los palillos, su hermano se puso de pie para enseñarle como. Al mirar hacia mi izquierda estaba aquel adorable chico batallando para tomarlos, intento tomar un camarón pero este se le cayó, me corrí por el sillón, tome su mano con las mías, le acomode los palillos como debían de ser, tome los palillos para mostrarle como sujetar un vegetal, el miro con atención, una vez que lo hice, el lo intento, y finalmente pudo llevarse el camarón a la boca. Volvía recorrerme para ayudarle a Marina quien ya se estaba peleando con su hermano.
Al terminar de comer, pasamos al postre, seguido por unas palomitas para ver una película, me levante para mirar por la ventana, pero seguía lloviendo, mire el reloj, ya se estaba haciendo tarde, debía volver a casa. Subí a la recamara del chico, al entrar por mi chaqueta, Ruben estaba entrando al cuarto, baje la mirada para pasar a su lado, me coloque la chaqueta, el se dejo caer sobre la cama, mire sobre mi hombro, estaba mirándome pero se volteo. Al salir venia subiendo mi chico, me tomo la cara para besarme, yo le respondí gustosa el beso, extrañamente quería que nos viera su primo.
-¿Vamos al cuarto de mis papas?- pregunto cerca de mis labios. abrí mis ojos, luego al cuarto, Ruben había cerrado la puerta, yo me reprendí por bruta.
-No- dije.
El suspiro.
-Esta bien- me soltó.
-Sera mejor que me valla- hable despacio.
-¿Enserio te tienes que ir?- pregunto tomando mi cara, dándome un beso.
Desearía que no, pero si no salgo de aquí nunca lo haré
Se separo lento, me planto un beso, seguido para abrazarme. Odiaba que hiciera eso, lo abrace.
-Sabia que te quedarías- menciono quitándome la chaqueta.
Caminamos hasta el cuarto de sus papas, nos recostamos sobre la cama, la lluvia no se escuchaba a que se detendría pronto, los truenos estaban cada vez peor, me gire para quedar sobre el pecho de Rafael, la ventana estaba abierta, el aire entraba frío. -Cerrare la ventana- dijo para despegarme. -No, no, quédate aquí- cerré mis ojos imaginando que aquellos brazos eran los de Ruben.
Esto saldrá mal, todo saldrá mal, ¿que crees que estas haciendo Carolina?, tienes que tomar una desición.
ESTÁS LEYENDO
Una regla/One rule. [Suspendida]
Teen FictionParece simple. Es simple. Daño. Placer. Duele. Enamora. Odio. Amor. Decepción. Esperanza. Fácil. Difícil. Para todo hay una regla: "No te enamores" Carolina -estatura media, piel clara, cabello largo hasta el ombligo, buena cintura, buen cuerpo, s...