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Carolina

Cuándo desperté estaba sobre el sofá, me dolía la cabeza por tanto llanto, mis ojos seguro estarían tal cual sapo,  note el terrible dolor muscular. Al abrir los ojos realmente no te das cuenta nada pero apenas tu cerebro comienza a funcionar, es cuando te das cuenta de tu miserable situación, apenas lo recordé, y quise echarme a llorar. Ninguna de mis amigas estaba. Soledad hermosa soledad tu nunca me fallas.

Opté por tomar una ducha caliente, hacerme un muy buen desayuno, y... volver al sofá. Comencé a ver "el diario de una pasión" verdaderamente cursi pero un gran clásico, muy buena. Tome mi celular para ver los: 40 mensajes de Rafael, 3 de Aideé y 1 de mi mamá, ¿Cuál abriré primero?, abrí los de Rafael, claramente tuvo una noche muy extraña. Apenas iba a contestar cuando llego otro de el mismo.

"Necesito verte chaparra" 

"Quiero regalarte algo" 

Tras verlo unos diez segundos, respondí:

"Regalarme que??" 

La curiosidad inundo mi ser.

"Es algo tuyo y mio, solo nuestro, siempre" 

Eso me dio un ligero mal presentimiento mezclado con un escalofrío que no salia de mi cuerpo, mis manos temblaron  como si ya supiera que seria.

"Por que me lo quieres dar?" 

"No seria sorpresa el regalo entonces, voy camino a tu casa, llego en cinco" 


Deje el celular sobre la sala, camine al baño para lavarme los dientes, mirarme una vez más en el espejo, claramente me veía fatal, cerré las puertas de los cuartos, mientras recogía un poco, pero cuando logre caer en la cuenta de que ya faltaban dos minutos, mi corazón comenzó a latir tan fuerte, mis manos sudaban, no paraba de preguntarme: ¿Por que? ¿Por que ahora? ¿Qué es? luego hice un silencio para decirme: "No puedo hacerlo aún no..." me mire sobre el espejo por encima del comedor, perdí color. La puerta sonó, la mire como si esta fuera a tragarme, me acerque despacio, note como Rafael estaba pasivo, yo era la única alterada, abrí la puerta insegura, el me miro con un extraño brillo en los ojos, me quede en silencio, pero este fue corrompido cuando con ambas manos el tomo mi rostro, se acerco aún sereno, me beso, de un modo lento suave y delicioso. Tomo mi cintura para llevarme directo al sofá sin despegar sus labios de los míos, le bese con todo mi ser, me dejo caer sobre el sofá para luego el colocarse suavemente sobre mi, ¿en que estaba pensando en un principio?, sus besos bajaron hasta mi cuello, mis manos fueron las rápidas ahora, me deshice de su playera, el imito mi gesto, como de costumbre el apretó mis caderas pero esta vez se deshizo de mis pantalones, al principio me congele pero luego lo demás se fue. 

Cuando menos lo pensé el estaba sobre mi, no sentía prenda alguna sobre mi cuerpo. Su cabeza reposaba sobre mi pecho, note el sudor sobre mi nuca, ambos estábamos recostados sobre el sofá, apenas tome la razón pero ya era tarde, era realmente tarde. Le mire nuevamente parecía estar dormido, me moví para salir de su agarre, tome mis prendas para meterme al baño nuevamente, abrí la llave fría para sumergirme en esta. Hay estaba yo en una bruma, no lograba pensar nada. Al salir de la ducha, el seguía sobre el sofá pero esta vez con los pantalones ya puestos, camine un poco incomoda, le mire tan seria como una tumba, el se acerco para plantar un beso sobre mis labios, me atrapo entre sus brazos y su desnudo torso, lo abracé pero claramente no me sentía aún capaz de decir algo. 

-¿Como te sientes?- pregunto con su nariz en mi cabeza.

-Diferente- susurre sentí como unas lagrimas se asomaban sobre mis ojos.

-¿Bueno o malo?- pregunto esta vez mirándome.

-Ambas- dije con un suspiro.

-Vi una nueva pizzeria por ahí, vamos por una, luego venimos para ver una película, ¿no?- sonrió como solo el sabe hacerlo.

Tome todo lo que tenia que ver con Ruben, lo sucedido, mi sentimiento por el, los arroje al fondo de mi mente, para tranquilamente cerrar los ojos, respirar, sonreír y tomarlo del cuello para besarle nuevamente.

-O podríamos quedarnos aquí...- rugió apretando mi cuerpo al suyo.

La propuesta no sonaba nada mal, pero me sentía incomoda aún... Y el hambre se me abrió.

-Me gusta como piensas pero..... tengo hambre- mencione acariciando su espalda.

-Si sigues haciendo eso lo único que me voy a comer es a ti- menciono con una mirada pilla.

-O mejor te comes la pizza con migo- dije dándole otro beso.

Me miro un segundo, hice una mueca de incomodación, creo que fue suficiente para hacerle entender, el acaricio mi espalda.

-Ya entiendo ya entiendo.. vamos por la pizza- agito las llaves del jeep sobre mi rostro.

Sonreí divertida, el entrelazo mi mano, inevitablemente mi cuerpo tembló. Cuando uno dice que sera espacial se equivoca tienes la introducción desarrollo y clímax en un segundo. Al salir a la calle, me sentí extrañamente nueva, el sol se abrió paso de entre las nubes, mire a Rafael quien me miraba con una sonrisa sincera. 


¿En que acabo de meterme? 




Una regla/One rule. [Suspendida]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora