Capítulo 15

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Los rayos del sol entraban por la única ventana de la habitación, los cuales me causaban molestia en la cara, lentamente abrí mis ojos para darme cuenta de que ya estaba amaneciendo.
Siendo sincera no me quería levantar, pero debía porque tengo que llegar antes que mamá...

¡Mierda mamá!

Me senté tan rápido que por un momento toda mi vista se volvió oscura y sentí un leve mareo. Miré a mi lado en el cual seguía Alex durmiendo de lo más feliz.

—Alex despierta— le susurré en el oído para no despertarlo de mala manera ya que teníamos que irnos.

Pero el muy dormilón nada que se levantaba..

—Alex... me tengo que ir a casa..— le volví a susurrar pero nada que se levantaba.
Soltó un -mmmm- como respuesta, creí que se iba a levantar pero no, ni modo me tocó a la mala.

—¡ALEX QUE TE LEVANTES YA!— en ese momento Alex si se despertó y por el susto casi se cae de la cama, pero por suerte no se cayó.

—Pero qué te pasa, ¿no me puedes despertar como una persona normal sin gritos?— dijo mientras se frotaba los ojos.

—Pues te llamé pero no me oías, así que me tocó gritar— le coloqué cara de angelito.

Hizo un gesto colocando sus labios rectos y se levantó dirigiéndose al baño.
Yo mientras tanto me colocaba la ropa, que por cierto menos mal se secó porque estaba mojada y no había traído más.

—¿Lista?— me preguntó  una vez saliendo del baño.

—Si, vallamos— le dije bajando las escaleras para dirigirnos a la salida.

—Muchas gracias por su visita, los estaremos esperando luego— nos dijo el Sr. Scot una vez que salimos del lugar.

Ya montados en la Baby nos dirigimos a casa, estaba más tranquila ya que había visto un mensaje que mamá me mandó diciendo:

Mamá: Hola hija, llegaré a casa a las 6:00 am porque me tocaron horas extras. Te amo

Por lo qué había visto la hora y eran las 5:45 , el amanecer había llegado rápido y por esa razón el sol salió temprano, ya eran indicios de que se acercaba el verano.

—Vale dulzura nos vemos— me dijo Alex una vez que llegamos a mi casa— por cierto, no sabía que en las mañanas te levantabas de mal humor— dijo entre risas.

—No estoy de mal humor, solo que pensé que mamá estaba en casa — le dije riéndome y despidiéndome con un beso corto y tierno.

Una vez que se fué entré a mi casa y subí lentamente las escaleras sin hacer ruido para ver qué hacían a estas horas los chicos.
Pero al abrir la puerta me encontré a ambos durmiendo.
Adrien estaba acostado boca abajo mientras abrazaba a una de mis almohadas y Meliza igual, pero con una pierna encima de Adrien y los brazos estirados a sus lados...

Ah, y Bolitas encima de ellos acostado meneando su colita.

Menos mal que a mamá le dieron horas extras, porque en cambio estos dos no me fueran avisado nada ya que están felices durmiendo.

—Holaa Bolitas, cómo está el sobrino consentido de la tía— le dije al gato una vez que me senté en la cama y comencé a acariciarlo.

—¿Cuando llegaste?— dijo Meli entre dormida y despierta mientras se frotaba los ojos.

—Acabé de llegar, mamá debe de estar en camino.

—¿No era que llegaba en la madrugada?— dijo medio confusa.

Mi oscuridad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora