-Sí, super sutil vaya.
-Para de quejarte, eres un exagerado.- Me riñe riendo.
-¿Yo exagerado?- Ella asiente. -No he sido yo al que casi se le sale el corazón por un "susto".- Digo haciendo comillas con mis dedos.
-¡Oye! Callate ya.- Dice ella fingiendo estás enfadada.
-Bueno, mejor me voy, ya no quiero molestar más.
Con una pizca de timidez muevo mi cuerpo hasta la puerta, miro hacia atrás y me encuentro con sus ojos, esos ojos que me han hipnotizado desde el primer momento en el que he entrado y la he visto.
-Bueno...yo...te iba a proponer venirte conmigo a dar una vuelta, yo he quedado con unos amigos, pero puedes venir también.- Dice jugando con sus dedos.
-Sí claro, vamos, me apetece conocer este pueblecito.
-Voy a ser tu guía personal.- Una sonrisa se dibuja en su rostro. -Yo a cambio quiero ver tu pueblo.
-Uff...tengo una guía un poco enfadica, pero bueno, me tendré que conformar con esto.- Contesto intentando evitar su pedido.
-¡Oyeee! Yo no soy una enfadica.- Responde cruzándose de brazos.
-Nooo...que va.- Comento con ironía.
-Bueno ya, vámonos.- Voltea los ojos. -Espera, voy a dejarle una nota a Nanala, no quiero que se asuste al ver que no estamos.- Agarra un papel, escribe cuanto palabras y lo deja cerca del bol de la fruta en la mesa. -Ya está, ahora sí, vamos.
Agarra mi mano y estira de ella, mis dedos se enredan con los suyos, sus pies guían a mis pies y donde ella pisa yo piso después.
-Te voy a llevar a un sitio super bonito, seguro que te encanta.- Yo asiento y dejo que sea ella la que ande primero para yo seguirla.
Llevamos andando unos quince minutos, nuestras manos no se han separado, e igual que nuestras miradas se cruzan en más de un momento, también noto como algún que otro aldeano nos fulmina con la mirada.
-¿Queda mucho?- Pregunto estirando de su mano.
-Que no pesado.- Contesta igual que las anteriores cinco veces.
-Es que me has dicho lo mismo hace diez minutos.
-Bueno pues esta es verdad.
-También dijiste eso antes.
-¿Te puedes callar ya?- Pregunta girando su cabeza para mirarme. -Quiero disfrutar del paisaje.
Entonces es ahí cuando me doy cuenta que ya no estamos rodeados de gente, que lo que nos rodea ahora son árboles y más árboles.
-¿Dónde me llevas? No me estarás intentando secuestrar para luego matarme, ¿verdad?
-Secuestrarte no, pero como no te calles si que te voy a matar.
-Que agresiva, ¡madre mía!
-Cierra el pico, agarrate fuerte y cierra los ojos.
-Ni de coña cierro los ojos, ¿que quieres que me parta la cabeza?- Ella se para en seco y me mira.
-Confía en mi, te va a gustar.
-Como pretendes que confíe en alguien que me ha dicho hace dos segundos que me iba a matar si no me callaba.
-Por favor, ya verás que en cuanto abras los ojos vas a agradecérmelo.
-Por dios, te pido por favor que no me sueltes la mano.- Ella sonríe victoriosa.
Cierro los ojos como ella me ha pedido y camino agarrando su mano lo más fuerte que puedo. Caminamos unos pocos metros más y para en seco, con la consecuencia de que me choque con su cuerpo y su espalda quede totalmente pegada a mí pecho.
-Ya, ábrelos.
Cumplo sus órdenes, y abro mis ojos lentamente, dejo que se acostumbren a la claridad, parpadeo un par de veces y observo mi alrededor, estamos rodeados de árboles y a nuestro lado hay un riachuelo.
-¿Te gusta?- Pregunta moviendo la cabeza lo suficiente como para mirarme. -¡Di algo por dios!
-Esto es muy, pero que muy bonito. Es naturaleza pura.
-Te dije que te iba a gustar.
-Perdóneme usted señora Barreiro, no desconfiaré otra vez de usted.
-Señorita por favor, me ofende que pienses que soy mayor.- Contesta fingiendo estar ofendida.
-Bueno, no sé tu edad exacta, seguro que ronda por los cinco o así.- Digo riendo.
-¡Oh no! Te has equivocado, esos son los que tienes tú mentalmente.- Ahora es ella la que se ríe y hace que una mueca de seriedad aparezca en mi rostro. -Quita esa cara de muermo, anda. Tengo dieciocho aunque en septiembre cumpliré los diecinueve, ¿y tú? ¿cuantos añitos tiene el bebito?- Dice acariciando mi cara como si fuera un bebé.
-Tengo diecinueve y en diciembre cumplo los veinte, así que el bebito aquí eres tú.- Le contesto pellizcando sus mofletes.
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•Gracias por leerlo 💗.
•Espero que os guste tanto como me ha gustado a mí escribirlo.
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Indeleble.
RomanceQuizás para ellos el amor era indeleble, adjetivo que describe algo que nunca podrá ser borrado u olvidado. Porque... ¿Qué culpa tenían ellos, de que la vida no les diera amor eterno? Y si la susa dicha si les hubiera dado un amor para siempre, ¿Ell...