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-Lo hice por qué no quería que me echarás de tu casa.- Paro en seco con el aliento entrecortado. -Se la mala reputación que tiene mi familia en este pueblo, y me avergüenzo de ello, por eso no quise decir que era uno de los Cobo.

Eva va bajando el ritmo poco a poco, estamos a unos cinco metros de distancia, y aunque no está tan lejos, la siento como si ella estuviera en Galicia y yo en Córdoba.

-¿Cómo se que es verdad?

-¿Que quieres que haga para que sepas que es verdad?

-No quiero que hagas nada, solo quiero que no me mientas, ya no sé si puedo confiar en ti, me haces dudar Hugo, te comportas como un chulo, que le gusta gustar a las tías, pero yo no puedo hablar con un tío.

-Tengo miedo.

-¿De que Hugo? ¿De que? Si no hablas, si no me cuentas lo que te pasa yo no lo sé, no soy adivina.

-Tengo miedo de perderte por no estar preparado para tener una relación seria, tengo miedo a que te canses de que no tengamos una etiqueta, de que lo nuestro no sea real y quieras irte con otro.

-¿Y quien te ha dicho que me vaya a ir?

-No necesito que alguien me lo diga, Eva. Se lo difícil que soy, y por mucho que lo intente no puedo cambiarlo, lo intento, pero me cuesta un mundo entero.

-¿Y porque no pides ayuda? ¿Porque no me lo dices? Dime qué tienes miedo, los mismos miedos que tienes tú, los tengo yo, no eres el único que está asustado.

Nos vamos acercando poco a poco, cuando consigo rozar nuestras manos, una leve sonrisa se dibuja en mi rostro.

-Quiero que quieras quitar esos miedos conmigo, quiero que si te pasa algo, pienses en mí para poder solucionarlos, quiero que no te eches para atrás por tener miedos, porque juntos podemos afrontarlos.

No digo nada más, tan solo agarro su cara por sus mejillas y la beso como nunca lo he hecho, un beso que trasmite amor y cariño, ese mismo beso que deja que nuestras lenguas vuelvan a buscarse, a rozarse. La cosa empieza a subir de intensidad, y lo que empieza siento un beso suave y delicado, está siendo una lucha desenfrenante de lenguas y caricias.
Aupo a Eva para que enrosque sus piernas en mis caderas, y como puedo voy quitándole la camiseta que lleva puesta, ella hace lo mismo conmigo, mientras que separa sus labios de los míos y los pega a mi cuello.

-Eva, sino paras vamos a acabar comprobando si hacerlo en el agua da más placer.

-No quiero parar.

-Pero tenemos que parar, no es el momento ni el lugar para hacerlo.

Ella hace oído sordos y sigue su jugueteo con la lengua en mi cuello, yo aprieto su culo con mis manos, ya que no lleva nada más que el bikini.
Busco sus labios y los vuelvo a devorar, no podemos parar y eso es un gran problema, no quiero que nuestra primera vez sea por una pelea y en medio de un bosque, donde si por algún casual alguien pasa nos ve de pleno.

-Eva, cielo, lo deseo tanto como tú. -Ella sonríe, porque se que puede notar mi nota le bulto entre las piernas. -Pero no quiero que sea así, no la primera vez.

-Osea que va haber más de una vez.- Me mira pícara.

-Solo si tú quieres.

-Yo quiero ahora.- Me mira pícara, pasando sus manos por mi abdomen desnudo, hasta llegar al inicio del bañador.

-Eva, ahora nos puede ver cualquiera.

Al parecer no le importa lo que le digo, ella sigue jugando con el borde del bañador hasta bajarlo un poco.

-No, no, no.

-¿Porque no quieres hacer nada conmigo?- Me pregunta mientras baja al suelo.

-Eva, ¿esto es por lo que ha dicho Nia antes?- Ella se calla y mira hacia bajo. -Cielo, no pasa nada, no me importa cascarmela solo, como ella dice. Si tu no estás preparada, no te voy a forzar a hacer algo que no quieres.

-Pero si que quiero, lo que no quiero es ir demasiado rápido y que esto que tenemos se destruya.

-Por eso esperaremos el tiempo que sea necesario.

La morena asiente y me da un dulce beso.

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•Gracias por leerlo 💗.

•Espero que os guste tanto como me ha gustado a mí escribirlo.

Indeleble.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora