Indeleble.

21.

-Hugo, no caigas en sus redes, te está engañando, lo está haciendo para que te distraigas y te pueda quitar el balón.

-No les creas, es mentira.- Me dice Eva poniendo morritos y ojitos de corderito.

-Esta es peor que las arpías.- Escucho hablar a Bruno.

-Hugo pásame el balón antes de que te convenza.

Y eso mismo hago, no lo pienso más de dos veces y se lo lanzo a Flavio.

-¡Oyeee! Eso no vale...

-Sí que vale, lo que no vale es lo que tú haces, me estabas intentando engatusar.

-Eso no es verdad...

-Sí que lo es, y ahora vamos a seguir jugando.

Ella nada hasta llegar junto a las chicas y planear una nueva técnica para ganarnos. Se supone que tienen que quitarnos el balón, pero su principal problema es que no lo han tocado aún.

-Este juego es aburrido, no tocamos el balón nunca.

-Es que si no sabéis jugar pues claro que es aburrido.

-Juguemos a otra cosa, como a...

-A salirse y tumbarse a descansar.- Sigue Javi la frase de Anaju.

-Eres un aburrido de verdad.

-Estoy cansado, os recuerdo que no me habéis dejado descansar cuando hemos acabado de comer.- Se queja Javier.

-Eso de quejarse viene de casa ¿verdad? Porque Hugo es igual de quejica.

-Ya me ha caído a mi y ni siquiera he abierto la boca.

-Es lo que toca amigo, ves acostumbrandote porque esto no se acaba nunca.- Me advierte Flavio.

-¡Ay Dios mío! ¿Porque me he metido yo aquí?- Pregunto mirando el cielo.

-¡Oyeee!- Eva se cruza de brazos y se hace la enfadada.

-Evaa, que es broma.- Digo acercándome a ella por la espalda.

-Me da igual, eso ha estado feo.

-¿Te vas a enfadar otra vez?

-Yo no me enfado, y lo sabes.

Hemos acabado fuera del lago, yo andando detrás de ella mientras ella camina sin rumbo alguno.

-Mira, cuando se te pase la mañacada me avisas, yo ya me he cansado de ir detrás de ti.

-El mañaco eres tú, que hace esas bromitas tontas.- Dice señalando me con el dedo índice. -Y si te piensas que voy a ir detrás de ti, ya puedes seguir pensando porque te equivocas, yo también me canso.

-Pues nada, mira, ni tres horas hemos durado bien, me encanta eso.

-La culpa es tuya por hacer esas bromas, que no tienen gracia.

-Que tu no las entiendas, no significa que no tengan gracia.

-Dime quien se a reído y te doy la razón.

-Mira Eva de verdad, ya está, es así como quieres estar, pues nada así estamos.

La morena no contesta, ni sé mueve, así que soy yo el que vuelve con los demás.

Cuando nos queremos dar cuenta ya es hora de volver, sino nos pillará el anochecer y no veremos nada, y dudo que en medio del bosque de noche sea divertido perderse.

-Tío, deberías de decírselo.- Me dice Javi mientras hablamos detrás del todo.

-Ya da igual.

-No da igual, claro que no da igual.

-Sí Javi, estamos todo el rato discutiendo por tonterías, si no es porque uno hace algo, es porque lo hace el otro.

-Hu...

-Sigo pensando que deberías decirle que eres de los Cobo.

-¿Eres de los Cobo?- Esa voz me hace pararme en seco. ¡Mierda, joder!

-Eva, déjame que te lo explique.

-¿Me has estado mintiendo todo este tiempo? ¿Esto es enserio?

-Escuchame, tiene una explicación.

-¿Tampoco te llamas Hugo? ¿Ni eres rubio? ¿Que más mentiras me has soltado sin piedad alguna?

-¡Joder Eva, escuchame por Dios!

-¿Para que? ¿Para que me mientas? Mejor no.

Ella camina rápido sin mirar a donde va, le doy mi mochila a Javi y la sigo.

-Os lo explicaré, pero ahora necesito que ella me escuche.- Hablo casi gritando mientras los demás me miran como camino con prisa detrás de Eva.

La morena empieza a correr entre los árboles, y cada vez se me hace más difícil seguirla.

-Eva por favor, para, necesito hablar contigo, te contaré la verdad.

-¡Vete Hugo! ¡No quiero verte nunca más!

-Lo hice por qué no quería que me echarás de tu casa.- Paro en seco con el aliento entrecortado. -Se la mala reputación que tiene mi familia en este pueblo, y me avergüenzo de ello, por eso no quise decir que era uno de los Cobo.

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•Gracias por leerlo 💗.

•Espero que os guste tanto como me ha gustado a mí escribirlo.