Indeleble.

7.

-Bueno, Flavio y Samantha no me han mirado muy bien en cuanto he llegado.

-Que va, no es nada contigo, ellos dos son muy buenos amigos de Eva, por no decir los mejores amigos, y la protegen como si fuera su bebé pequeñito.

-A vale, pensaba que había dicho algo que no les había hecho mucha gracia, o que simplemente no le he entrado por el ojo.

-No te rayes, en cuanto hablen un poco más contigo ya se les pasa, ya te digo a mi me has caído muy bien.

-Muchas gracias, tu a mí también me has caído genial.

Seguimos andando durante unos minutos más.

-¡Aaaah! ¡Ya hemos llegado!- Grita alegre Eva.

-Venga entra.

-Yo quiero uno de plátano y fresa, por favor.- Pide la morena con una sonrisa.

-Yo uno de vainilla y oreo, por fa.- Sigue pidiendo Mai.

Seguimos pidiendo todos los demás y nos sentamos en una mesa en la terraza que tiene la heladería.
Me siento entre Eva y Bruno, por ahora es con Bruno con el que más he conectado y he hablado.

-¿Quieres?- Le pregunto a Eva ofreciéndole de mi helado.

-No puedo, lleva lactosa y yo soy intolerante.

-Ay, ha salido especialita la niña.

-Calla anda viejo cascarrabias.- Ella ríe mientras yo le hago alguna que otra cosquilla. -¿Quieres? Es de fruta.

-Mmm...bueno vale.- Ella me da a probar de su cuchara.

-Esta rico.- Digo sonriéndole mientras la miro a los ojos.

-¿Si?- Pregunta ella clavando sus ojos en los míos, haciendo que quede hipnotizado.

-Sí.- No puedo mirar algo más que no sean sus ojos o sus labios.

-Amigos, ¿verdad?- Dice Sam volviendo a interrumpir el momento.

-Sí Sam.- Le responde Eva.

-Bueno Hugo, ¿eres de aquí?- Pregunta Bruno evitando el momento incómodo que se ha creado.

-No no, nací en Córdoba, estuve viviendo allí durante ocho años, y mis padres decidieron venir aquí a vivir, aunque vivo en un pueblo cerca de este.

-¡Ehh! Colega yo soy de Cádiz, pero igual que tú, mis padres decidieron venirse a este pueblo cuando yo tenía doce.

-¡Ostiaa!

-Ya decía yo que ese acento no me sonaba muy gallego.

-Bueno no es tan marcado como el de la Eva, pero por ejemplo a mi hermana si que le sale ese acento cuando se enfada.

-¿Tienes una hermana?- Me pregunta Anaju.

-Sí, tienes tres años, es un bicho revoltoso.

-¡Aayyy! ¡Pero si es un bebé!- Contestan a la vez Nia y Mai.

-Yo dije lo mismo.- Dice Eva sonriendo.

Estuvimos un par de horas hablando, paseando, riendo...
Sobre las nueve decidimos que ya era hora de volver a casa, así que acompañe a Eva hasta su casa.

-¿Vas a volver a casa?- Pregunta ella.

-Supongo que sí.

-Entonces no nos volveremos a ver nunca más, porque seguro que mueres nada más llegar.

-Que va, dudo que les importe.- Digo haciéndome el chulo. -Y eso de vernos depende de ti.

-Bueno...no sé yo si quiero seguir conociendo al viejo cascarrabias que tengo delante ahora mismo.

-Seguro que te sorprendes.- La reto con la mirada.

-Bueno, está bien, sabes dónde vivo y me debes una vuelta turística por tu pueblo, así que espero volver a verte.

-Me verás.- Ella se da la vuelta para irse pero antes de que entre a casa la cojo del brazo y hago que rote sobre si misma, y sin que ella se lo espere dejo un beso cerca de la comisura de sus labios. -Chao.

-Hasta luego.- Sonríe la morena tímidamente.

Entonces si, ella entra a casa y yo empiezo a caminar hacia casa.
La senda es maravillosa, algún día tengo que traer a Eva aquí, se que le gustaría.
Cuando me quiero dar cuenta las puertas de mi casa están justo enfrente mía, giro para no entrar por ahí, y voy hacia la ventana de mi habitación, allí la salto y consigo entrar en mi cuarto sin que nadie se entere.

Cuando ya me he puesto el pijama y me he aseado, me dirijo a la cocina, necesito picotear algo.

-¿Hugo?- La voz de Javi hace que me sobresalte, pensaba que todos estarían durmiendo. -Tío, ¿dónde has estado?

-Fui al pueblo de al lado.

-Hugo, ¿sabes a lo que te arriesgas yendo allí?

_________________________________________

•Gracias por leerlo 💗.

•Espero que os guste tanto como me ha gustado a mí escribirlo.