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POV LINA.

Tres meses más tarde...

—Te mentí.

—Y yo te creí.

—Sí. Lo hiciste.

El toque de un dedo alzándome la barbilla es lejano. Dirijo la mirada a los ojos que me observan depredadores. Son una tormenta de nubes que trata de alcanzarme.

—Confié en ti.

Sus labios se levantan, tentadores, en una cruel sonrisa.

El tacto de sus dedos en mi mentón no termina de llegar y es el momento en el que me doy cuenta de que estoy atrapada en un sueño. Así es como sé distinguir entre la realidad y las pesadillas: cuando me fallan los sentidos. ¿Conocéis esa sensación?, la de estar sumida en un confortable sueño y despertarte tan lentamente que eres capaz de forzar a tu mente a seguir soñando por unos segundos más. Son esos últimos instantes de duerme vela semiconsciente en los que puedes controlar el final del sueño. Y en mi imaginación siempre lo termino igual:

apuñalando a ambos.

Abro los ojos somnolienta con la extraña sensación de estar en un lugar desconocido. No ando desencaminada porque en efecto la base no es lo que llamaría 'hogar', y aún me cuesta habituarme a la visión de las paredes de acero y las incómodas literas.

Al menos he perdido el miedo a dormir. Las primeras semanas no podía cerrar los ojos sin que sus rostros me atormentaran antes de que llegaran las pesadillas y una vez que lo hacían se volvían más vívidas que nunca. Sus labios me perseguían en todos y cada uno de mis sueños. Sus lenguas entrelazándose con la mía en una lucha de poder. No sólo sus bocas me aprisionaba sino también sus cuerpos en un reducido espacio que me recordaba a la habitación en la que Leo guardaba la información de todas las víctimas de su obsesión.  En el sueño me ahogaban con su piel, con sus manos y sus labios. Me ahogaban con sus intromisiones en mi garganta y en mi cuerpo.

Era la sensación de haber estado tan ciega la que me hacía sentir asco de mí misma. Cada vez que volvía a tener esos sueños me despertaba sudando, tratando de lavar las huellas que me habían dejado: frotaba tan fuerte mi piel bajo el agua fría de la ducha que duraba enrojecida algunas horas. Mi propio cuerpo me traicionaba volviendo a tener esos sueños lascivos.

Coco se había cansado de despertarme entre gritos.

***

Bajo de la litera comprobando que Coco ya se ha despertado y ha dejado sus cama hecha. Me pongo el simple y aburrido traje de pantalones de camuflaje y camiseta marrón que todos llevan en esta base. Desearía tener aquí mi máquina de coser: podría añadirles algo de estilo si me dejaran...No sé cómo pueden sobrevivir así: sin colores y habiendo perdido toda la identidad personal que te confiere el estilo propio. Aunque entiendo por qué este tipo de organismos militares lo hacen, no lo comparto.

Aún no consigo aprender el camino a la cafetería en este mar de pasillos de hojalata. así que me pierdo un par de veces antes de encontrarla.

Mis amigas ya me están esperando sentadas en la mesa que está más al fondo. Agradezco que en estos meses Mery haya intentado darnos la privacidad que necesitábamos, ahuyentando las miradas curiosas de sus compañeros.

—Hola Bella durmiente —dice Mery empujando un café hacia mí.

Coco pronuncia un saludo inteligible con la boca llena de un croissant que se acaba de meter.

—Gracias, eres mi heroína. No podría sobrevivir a esta ratonera sin cafeína.

—Entiendo el sentimiento, pero ya sabes que esto es provisional.

—Lleva siendo provisional desde hace tres meses. —Eso me ha salido con un tono más brusco del que pretendía.

—Li..

—No me llames así.

—Está bien. Lina, como bien has dicho, han pasado tres meses. Creo que ya te hemos dado tiempo suficiente para que les cuentes a mis superiores los detalles. Eso es crucial para poder actuar frente a Leo.

Su nombre pronunciado en los labios de mi amiga me crispa.

—Mery... —interviene Coco.

—¡No!. Mientras que tú sigues escondiéndote aquí, él sigue ahí fuera, haciendo a saber qué con su organización de mierda. Cuanto antes nos des todos los detalles de tu estancia con ellos, antes podré sacar a mis amigas de aquí.

Me levanto bruscamente del asiento haciendo que todas las miradas se posen en nuestra mesa y salgo dando tumbos, mareada por las palabras de mi amiga.

¿Darles los detalles?, no es tan fácil. ¿Y qué les cuento?. ¿Nuestra infancia, nuestra relación?, ¿Que volver a verles me hizo recordar el sentido que tenía todo?. No tengo detalles sobre su organización que contarles. Sólo nuestros sentimientos. Lo lioso y confuso que todo se volvió.

Me siento estúpida por no haber prestado más atención a ese tipo de cosas. Estaba tan absorta en ellos que pasé por alto todas sus mentiras.

Me siento en la cama de Coco con la cabeza entre las manos cuando siento su presencia reconfortante a mi lado hundiendo el colchón.

—No puedo con esto Coco.

—Sí que puedes. Eres la persona más valiente y persistente que conozco. Puedes con esto y con más. Y piensa que el Karma siempre nos alcanza a todos.

—¿El Karma? ja. No estoy para lecciones Zen.

—Lo sé, pero estoy segura de que lo hará y si no les alcanza lo hará Mery y ahí es cuando desearán que lo hubiera hecho el Karma.

Eso consigue sacarme una media sonrisa.

—¿Por qué no interrogan a Chester?

Coco suspira y dice con la voz entrecortada:

—Ya lo han hecho. Mery dice que no han conseguido nada.

Me fijo en los puños de mi amiga que se han cerrado en un intento por contener lo que sea que quiere expresar. Sus nudillos se ponen blancos hasta el punto en el que siento que necesita un abrazo. Y eso es lo que hago. Hace tiempo que no la abrazaba así.

—Lo siento Coco. He estado tan metida en mi mierda que no me había dado cuenta de que tú también estabas pasando por algo. —Ella me entiende y no necesitamos decir nada más. No hemos hablado del punto en el que estaban ella y Chester pero entiendo que fue algo importante si es que está así ante su sola mención.  Las dos mantenemos el abrazo y sentimos que una tercera persona se une a él en silencio.

Las tres somos muy diferentes y chocamos en discusiones, pero cuando se trata de 'estar ahí' las unas para las otras, eso es lo que hacemos: somos familia.

—Siento lo de antes —dice Mery.

—No... tienes razón, ya es hora de que hable. Pero antes quiero que me hagas un favor.

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Hola de nuevo!!! Estoy de vuelta en este proyecto y no sería posible sin varias personas dos que me han apoyado un montón así que quiero dedicarle este capítulo a dos de ellas :
LafantasiadeLorelai  Y Ktori2Akira
Gracias por todo!!!. Para los que seáis nuevos espero que disfrutéis de la historia. Agradezco un montón el voto y que dejéis algún comentario y si os da algo de vergüenza aún así gracias por estar ahí.

Cuando me encuentres (II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora