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Y ahí estaba, llorando el suelo de mi habitación, realmente me arrepentía por haber enviado ese mensaje.

Quería desbloquear a Nancy, decirle que lo sentía.

Eran tantos pensamientos a la vez, que se empezaban a sentir como millones de personas hablando a la vez.

Estaba haciendo lo correcto?

Lo que más me dolía, era pensar en qué estaba haciendo Nancy en este momento o mejor dicho, pensar en lo mucho que estaba sufriendo y todo por mi culpa.

-Avaaaaaaaa -dijo Sara mientras abría la puerta de golpe- dice mamá que--

-Sara te he dicho que antes de entrar llames a la puerta -dije mientras me limpiaba las lágrimas-

-Estabas llorando?

Podía notar la preocupación en sus ojos y la verdad para qué iba a mentirle a mi hermana, qué sentido tenía?

-Si, Sara, estaba llorando, ahora, te puedes ir?

-Ha sido Daniel? Por que puede que me caiga mejor que tú, pero tú eres mi hermana, así que si ha sido el, dímelo que voy ahora mismo a su casa y lo reviento.

-No Sara, no ha sido él y aunque hubiera sido él, mamá jamás te dejaría salir de casa a las nueve de la noche!!

Sara simplemente se dio la vuelta y abandonó la habitación de un portazo, agradecí a todo lo que se puede agradecer, pero la gratitud duro poco...

-Ava, me ha escrito--- espera estás....

-Si mamá, estaba llorando.

-Estás bien?

Honestamente, yo no solía contarle estas cosas a mi madre, como ya he dicho, nuestra relación no estaba bien, al menos desde que llegamos a España.

Pero era mucho presión y mucho dolor como para cargarlo yo sola, creí que podría, pero no, necesitaba a alguien que me dijera si había tomado la decisión correcta.

Finalmente respondí entre lágrimas...

-No mamá, no lo estoy..

Mi mamá se acercó hasta donde estaba sentada, yo incline mi cabeza en su hombro, luego de unos minutos, ella finalmente habló...

-Si quieres contármelo aquí estoy y si lo único que quieres es no decir nada, esta bien, también estoy aquí.

-Es Nancy -interrumpí-

-Ella está bien?

-Si, no. No lo sé

-Qué pasa Ava?

Le conté toda la historia a mi madre, desde el día en el que conocí a Nancy, hasta hoy, el día en el que se había acabado todo, le conté lo pesado que se estaba volviendo vivir en un ciclo y en una rutina constante, que ya no me sentía bien, que había decidió priorizarme por una vez en la vida, que aunque quería creer que era lo correcto no podía, me dolía y me sentía culpable.

-Ava se que ahora no lo verás, sé que pasaras las peores semanas de tu vida, que vas a sentir que se te acaba el mundo, vas a sentirte bien en el día y que probablemente llores por las noches hasta dormirte, pero también sé, que llegará un momento en el que veas que esto era lo mejor.

-Pero es que, cómo puedo estar segura de que me va a dejar de doler? De que esto es lo correcto?

-Ava, te ví, ví tus cambios... Recuerdo el día en el que llegamos, los primeros meses, en los que estabas súper apagada, pero también recuerdo, cuando empezaste a sonreír otra vez, cuando volvías a ser la Ava contenta y animada, pasó lo de Stef y con el tiempo lo lograste superar y te veía cada día más sonriente, pero luego te empezaste a apagar, dejaste de sonreír, ya no eras la misma.

-No sé que me quieres decir mamá.

-Nancy, necesitaba ayuda, energía y tú se la diste aún cuando no tenías ni para ti misma, llega un punto Ava en el que has dejado tanto de ti en una persona que sin darte cuenta te pierdes. No es la primera vez que discutes con Nancy por lo mismo, no es la primera vez que le planteas a Nancy lo que sientes y tampoco es la primera vez que ella reacciona mal y ambas lo sabemos. Nancy puede tener sus problemas y es entendible, créeme, yo no tengo ningún tipo de odio hacia ella, tampoco me cae mal, sin embargo no hay justificación alguna para utilizar a una persona y para utilizar su salud mental.

-Nancy no me utilizaba -dije entre sollozos -

-Que no lo hacía? Ava, Nancy aparecía cuando necesitaba desahogarse y tu ahí estabas para ella, cuando ya no te necesitaba para hablar, desaparecía, ni siquiera aparecía para preguntar cómo estabas. Ser el psicólogo de una persona es un mal hábito, jamás sales ganando.

Mamá tenía razón, dolía, pero no sólo el hecho de haber perdido a Nancy, si no también el saber que estuve tanto tiempo para ella y no lo valoro, siempre que intentaba decirle como me sentía, terminábamos discutiendo y yo pidiendo perdón. Estuve tanto tiempo para ella, deje todo de mí en la relación y había recibido muy poco.

-No te vas a quedar sola, me tienes a mí, a tu padre, a tus hermanas y a Dani. Y si en algún punto te faltamos todos nosotros, sé que saldrás adelante, eres fuerte, eres capaz de lograr lo que sea y no dejes que una mala racha como esta te haga pensar lo contrario.

-Gracias mamá -le sonreí-

-...Estuviste mucho tiempo al lado de Nancy, ignorando el hecho de el daño de te hacía, no creas que no encontrarás a más personas, por que lo harás, aunque ahora te cueste verlo, llegará un día en el que encuentres a una amiga, que te escuche, respete y que así como ella recibirá de ti, tu recibirás de ella, entonces recordarás los momentos dolorosos con Nancy como los momentos en los que aprendiste a respertarte a ti misma y en los que aprendiste a priorizarte.

-Gracias, de verdad, por todo, no sólo por esto...

-Ven aquí -hizo una seña para que me acercará a abrazarla-

Mamá me dió un abrazo, uno de esos en los que te sientes protegida, en los que sientes que nada malo te puede pasar..

-Por cierto -dijo mi madre rompiendo el abrazo- me ha escrito Daniel, que si estabas bien, por eso es que he entrado -sonrió-

-Ah vale, ahora le respondo -sonreí-

-Si me necesitas estaré en el salón, vale?

-Vale mamá

-Te quiero

-Y yo a ti, ma

Las palabras de mi madre se me quedaron grabadas..

"Momentos en los que aprendiste a priorizarte y a respertarte a ti misma"

Pero entonces, si era lo correcto, porqué la culpa me inundaba?

Una vida normalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora