Capítulo 28

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Cuando llega el día, estoy estacionada frente a la residencia de Levi y me remuevo inquieta en el asiento del conductor. Estoy nerviosa y no tengo por qué estarlo.

Mi teléfono suena con un mensaje de texto rápido de Levi. "Fer, ya salgo solo dame un minuto" Suspiro para mi misma, y pego mi cabeza en el volante.

Todo estará bien. Solo iremos por el pastel, convivo con los chicos y listo. Nada raro o sumamente incómodo va a suceder. Solo soy yo pensando de más las cosas.

La puerta del auto se abre en el lado del copiloto así que me acomodo en mi lugar y volteo a ver a Levi.

— Haremos una parada para tomar el té en el camino. –Dice mientras cierra la puerta.

— Sin argumentos de mi parte. –Digo, poniendo el auto en reversa.

Retrocedo del camino de entrada y luego avanzo a la carretera. Sin ni siquiera tener que preguntar, Levi me dice a dónde ir una vez que llegamos a la cafetería. Cuando me acerco a la ventanilla de pago, Levi me entrega su tarjeta de crédito sin pestañear. Dudo por un momento antes de tomarla, usándola para pagar las bebidas antes de devolvérsela.

— Gracias. –Digo mientras me alejo. — Por el té.

Se encoge de hombros. — Estás conduciendo. Es justo.

Aprieto los labios, no muy segura de qué decir a eso. — Entonces. –Digo con indiferencia, disminuyendo la velocidad por el semáforo en rojo. — ¿Qué tan malo eres para dar direcciones?

Levi frunce el ceño. — ¿Cómo puede alguien ser malo dando direcciones?

— ¿Alguna vez has conducido con Hange?

— Sí.

— ¿Condujiste mientras ella daba las indicaciones?

— No. Pero ya puedo imaginar el caos.

Me río, presionando el acelerador cuando la luz se vuelve verde. — Fueron muchas instrucciones dadas un segundo demasiado tarde. Estaba pasando un semáforo y decía. "Se suponía que debías doblar allí" como yo supusiera que debía saber telepáticamente.

— Suena como Hange. –Admite Levi, sacudiendo la cabeza.

— Lo peor fue cuando de repente gritó, "¡Gira a la derecha!" e hizo que tanto yo como el peatón que iba pasando, diéramos un brinco del susto.

Levi resopla, casi como una risa. Eso hace que sienta una extraña presión en el pecho. — Tomaré nota de nunca subirme a un vehículo con Hange como copiloto.

— Tampoco exageres, tiene buena música.

— Los pros son la buena música. Los contras son las malas indicaciones y casi provocarle un infarto al conductor.

— No puedo discutir a eso. –Digo mientras me río.

Levi echa los hombros hacia atrás. — Ojalá sea mejor que esa loca. –Murmura, viendo su teléfono. — Vas a tomar la siguiente a la izquierda.

— Ya estás a pasos agigantados. –Digo mientras entro en el carril de giro a la izquierda. 

Completo el giro y Levi dice: — No te muevas.

Frunzo el ceño — Cómo, no conduzco, o...

— No, idiota. Conduce, pero quédate quieta.

Por el rabillo del ojo, puedo ver a Levi inclinarse hacia mi, con la mano levantada. Mi respiración se atasca en mi garganta mientras me obligo a permanecer completamente inmóvil, con los ojos enfocados directamente en el camino abierto frente a mi. El pulgar de Levi roza mi mejilla y siento como si mi rostro estuviera en llamas.

MoonlightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora