Moonlight

Capítulo 8

Levi me está mirando de soslayo, mirándome como si fuera una molestia. 

— ¿Qué?

Levi se burla, chasqueando la lengua. — Lo que sea. Mientras terminemos con esta mierda.

— Lo que sea, ¿qué? Vamos, no empieces a andarte con rodeos ahora.

— Oh, por el amor de Dios. –Dice Levi, frunciendo el ceño. Vuelve a mirar su computadora portátil. — Deberías aprender a decir no, por una vez en tu vida.

— ¿Disculpa? –Digo alzando las cejas.

Levi ni siquiera levanta la vista. Su cabeza se inclina ligeramente, moviendo su flequillo sobre su frente mientras continúa escribiendo. — Lo que escuchaste. Aprende decir que no.

— Se decir que no.

Levi se endereza en su asiento un poco antes de inclinarse hacia atrás, mirándome con atención. Siento que se me eriza la piel, pero no aparto la mirada. — ¿A quién?

— A ti, todo el tiempo. –Me cruzo de brazos mientras me recargo hacia atrás en mi asiento. — Cuando trataste de impulsar todas tus estúpidas ideas, cuando tratas de darme partes de tu trabajo que te da pereza hacer, cuando intentas sugerir cosas estúpidas, cuando...

— Sí pero yo no cuento. –Me interrumpe.

— Oh, estoy bastante segura de que lo haces.

— No, no lo hago. –Dice Levi bruscamente, — Porque no te importa una mierda lo que yo piense de ti.

— ¿A donde quieres llegar? –Digo lanzando mi mirada a través de la sala de estudio.

— Es solo que no te importo, así que no tienes ningún problema en decirme lo que sea que quieras. –El labio de Levi se curva en una mueca. — ¿Sabes por qué nunca me has agradado?

Apoyo los codos en la mesa apoyando mi mentón en mi mano y me acerco un poco a él para burlarme. — Ilumíname con tu sabiduría.

Su ceño se profundiza. — Porque eres una maldita pusilánime. –Dice Levi y yo solamente me río mientras niego con la cabeza, ese es el concepto que tiene de mi ¿En serio? — Veo a la gente acercarse a ti para hacerte preguntas por tu trabajo y dejas que te pisoteen como si fueras un maldito tapete. ¿Recuerdas ese proyecto grupal en tercer año, el que hiciste junto Auruo? Hablé con él y él admitió rotundamente que llevaste todo el proyecto.

— También te dijo que el imbécil no obtuvo nota ya que lo saqué del grupo. –Dije y él me veía atento. — Me gustan que las cosas se hagan a mi manera o no se hacen y aunque aprecio a Auruo es un completo imbécil que no sabe hacer ni siquiera una puta introducción.

— Entonces...

— No soy un puto pusilánime como dices, si piensas que lo soy solo porque acepté el cambio de turno con Lara eres un imbécil.

— Ajá claro y yo soy el tipo más sociable del mundo.

Para este punto ya estaba molesta quería partirle la cara, aquí y ahora. Que se cree este idiota. Iba a decir algo más cuando la alarma de mi celular comenzó a sonar, haciendo que apartara cualquier pensamiento de mi mente.

— Acepte el cambio de turno no para complacer a la gente como crees. –Digo y apago la alarma. — Para ser sincera a mi también me conviene el cambio ya que tengo tiempo para ensayar con mis amigos... Pero puedes pensar lo que quieras me tiene sin cuidado.

Busque la pequeña bolsa donde tenía mis cosas y salí de la biblioteca en camino al baño, no tenía nada de malo inyectarme la insulina ahí pero prefería no hacerlo, odiaba que la gente me viera como que iba a morir o algo por el estilo.