Capítulo 35

206 29 77
                                        

————
Levi
————

— ¡Ay, Levi!

He estado en la puerta durante dos segundos y ya quiero girar sobre mis talones y volver a salir.

Hange salta a la sala de estar. Hay alrededor de tres bolígrafos diferentes que sobresalen de su cola de caballo; debe de haber estado estudiando.

— Estabas trabajando en ese proyecto con Fey, ¿verdad? ¿Cómo te fue?

¿Cómo me fue? ¿Cómo me fue?

No puedo dejar de pensar ni un solo segundo en ella, no podía dejar de mirarla, no podía dejar de desearla, de querer tocarla, abrazarla, de querer besarla.

Y luego cuando lo hice. Dios y ella estaba tan.. tan..

— Oh, Dios mío, ¿te estás sonrojando? –Exclama Hange.

¿Qué? No. Yo no... eso es imposible, esto es ridículo. — Vete a la mierda, no lo estoy. –Me quejo, mientras me siento en uno de los sofás, meditando si debo lanzarle algo para que se calle.

— Oh vamos. –Hange se deja caer en el otro sofá. — ¿Ustedes dos no se han estado llevando bien?

No me gusta a donde va esto. No me gusta el interrogatorio, Qué es lo que sabe, no está preguntando esto por que si. — No. –Respondo bruscamente. — Ahora vete a la mierda.

— ¿Puedo decir algo?

— No.

— Tengo una teoría...

— Basta ya de jodidas teorías, Hange.

— No, no, esta es buena, lo prometo. –Hange se inclina hacia adelante y su mirada se desvanece de maníaca a algo más suave. — Odio y amor... Creo que ambos nacen de lo mismo. Son el mismo sentimiento.

— Estoy bastante seguro de que el odio y el amor son antónimos, idiota.

— Cállate Levi, deja de ser estúpido idiota por un momento y escúchame.

— ¿Estúpido idiota?

Hange me arroja una almohada y yo la desvío. — Lo digo en serio, Levi. Vamos, solo escúchame un segundo.

Hace una pausa. Entonces, finalmente termino cediendo. Me cruzo de brazos, esperando que diga lo que sea que vaya a decir.

Hange suspira. — Gracias a Dios, finalmente te callaste. Está bien. El odio y el amor son básicamente lo mismo. Es el mismo nivel de pasión, la misma obsesión por algo, como si no pudieras dejar de pensar en él o ella.

— Esto es estúpido.

— Eres estúpido. Vamos, Levi, en serio. –Hange se inclina hacia adelante. — Tu corazón late más rápido, cada encuentro te da adrenalina. Se te retuerce el estómago. Sientes tanto por una persona, y piensas que es odio, que la odias tanto que te hace sentir así, pero la línea se vuelve borrosa. Es una línea realmente borrosa, entre el amor y el odio. Y es difícil saber cuándo la has cruzado.

Abro la boca para responder, luego la cierro ya que no tengo nada.

Hange tiene razón, en mucho, pero no en saber cuándo se cruza la línea. Porque eso lo sé perfectamente, por mucho que lo niegue, se que crucé esa línea hace meses.

MoonlightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora