Moonlight

Capítulo 29

— Te conteste mal. Yo, yo no debí haberlo hecho.

— Probablemente no debería haber preguntado. –Digo y estoy aliviada de que esté hablando de esto y no del beso, incluso si ambos acordamos olvidarlo. — Aunque en mi defensa, tú empezaste a contarme un poco más, y luego llamaste durante una tormenta, y supuse que era una señal de que podía... Que podías hablar conmigo.

¿Por qué pregunte? ¿Por qué intente saber más? ¿Por qué me comporte de esa manera en primer lugar?

— No fue mi intención arruinar lo que ya llevábamos. –Murmura. — Fue mi error. Me puse a la defensiva.

Me quedo callada, aceptando la disculpa. Mi mente divaga, retrocediendo a esa noche bajo la luz de la luna, con Levi tratando de disculparse, lo lindos que se veían sus ojos y luego sus manos deslizándose por mi mejilla. No, basta es suficiente.

Él suspira. — No quiero lástima. No necesito simpatía, y no quiero que me vean diferente. Es por eso que no le digo a la gente esta mierda.

— ¿Crees que te vería diferente?

— Todos lo hacen.

Está esquivando mi pregunta. — ¿Soy todo el mundo?

Sus ojos se mueven para encontrarse con los míos. Lo miro fijamente, desafiándolo a que me corrija. ¿De verdad cree que lo juzgaría? Debe haber lidiado con algunas personas de mierda si le toma tanto tiempo confiar en alguien.

Finalmente, miro hacia otro lado, mirando de nuevo al cielo anaranjado. Es un poco más bonito cada vez que lo miro, con el naranja ardiendo un poco más profundo cada vez.

— No me gustan las tormentas por cómo murió mi madre.

Parpadeo tratando de asimilar lo que me dijo. Parece que esa es la única acción de la que siento que soy físicamente capaz. Todos mis pensamientos han sido succionados directamente de mi cuerpo, dejándome sentada aquí, inmóvil y sin pensamientos, esperando que Levi continúe.

Por un tiempo, no lo hace. Él simplemente esta sentado a mi lado en silencio. Eventualmente, dice: — Estaba débil, frágil. No podía levantarse de la cama. Fue por causas naturales y esas cosas, pero murió cuando estaba lloviendo. Los teléfonos no funcionaban, y yo solo tenía cinco años, así que no, no creo que podría haber descubierto cómo usarlo incluso si hubiera querido.

¿Tenía cinco? Oh, mierda...

— Mi tío vino después de la tormenta, quería ver cómo estábamos. –Murmura Levi, con voz tranquila. — Me mudé con él después. Era un pedazo de mierda. Lo sigue siendo...

Quiero hablar, quiero hacer preguntas, brindar consuelo, algo, cualquier cosa. Pero no puedo averiguar cómo.

— Me crie prácticamente solo, muchas veces él idiota me olvido en la escuela. Ya que siempre estaba trabajando. Como sea, fue en ese tiempo que conocí a Farlan y con esa actitud estúpida que tiene nos hicimos amigos y ni siquiera se cómo. Al poco tiempo conocí a Isabel y pues aquí me tienes...

— Es bueno que tuvieras a Farlan a tu lado. –Murmuro.

Él asiente, su mirada va hacia los columpios. Así que la sigo, mirando a ese par. — Sí. Tuve suerte.

Sin nada más que decir, me quedo callada y Levi no dice nada más. Los dos estamos en silencio, escuchando el crujido de los columpios y la charla apagada de Isabel mientras habla con Farlan. Los dos son más importantes para Levi de lo que nunca ha dejado creer, hasta ahora.

Se ha abierto a mi. Más de lo que esperaba. Casi siento que se espera que yo también diga algo, algo que nos iguale a los dos.

— ¿Es eso lo que querías? –Dice en voz baja. — ¿Es eso lo que querías oír?