Leonora Troconis

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LELE POV:

Estaba en casa jugando con mi prima de 6 años, en realidad ella jugaba y yo pretendía que la cuidaba. Ya estaba cansada, llevaba desde las 7 a.m cuidándola y esto no era lo mío. Odiaba cuidar mocosos, pero lo irónico de la situación era que yo quería tener 3 bebes cuando ya tuviera mi carrera.

Ef siempre decía que estaba loca, que no iba a poder ya que si no aguanto a mi prima no podré con tres niños corriendo por la casa. Pero nada costaba soñar.

-¡Quiero galletas de chocolate!- Exigió mi prima.

-Veré que hay.

Me levante del sofá y fui a la cocina a buscar galletas, no había nadie en la casa así que si nos daba hambre tendría que cocinar yo.

Abrí los gabinetes y habían muchas chucherias. Chupetas, barquillas, cereales, caramelos, chocolate y galletas. De estos dos últimos había por montones, el problema era que no habían galletas de chocolate.

-¡Lili, no hay galletas de chocolate!- Grite desde la cocina.

Escuche un golpe y luego unos pasos viniendo a la cocina. Era Lili.

-¿Por qué no tienes galletas de chocolate? Mama tiene muchas en casa.

-Bueno como veras esta no es tu casa y aquí no hay. ¿No quieres nada mas?

-Tal vez, mmm, ¡Chupeta de fresa!

Saltaba como un grillo mientras gritaba que quería la chupeta. ¿Que los niños no se les acaban las baterías?

Alcance la bolsa y la abrí para sacarle una chupeta de fresa. Se la entregue y salió corriendo de nuevo a la sala.

Metí la bolsa en el gabinete y lo cerré, me voltee para ver que había en la nevera y por suerte había malteada de oreo. Mi hermano la debió haber hecho.

Me serví un poco y busque un pitillo para tomarla.

El sonido de mi teléfono hizo que saliera una sonrisa de mi rostro, sabia que era Taylor quien estaba llamando. Le había puesto un tono especial.

-¿Alo?- Conteste.

-Hola Leonora.

-Hola Taylor ¿Que pasa?

-Bueno, quería saber que hacías esta noche.

Lo pensé y no tenía nada productivo que hacer mas que ver televisión y comer.

-Nada ¿Que tienes en mente?

-Un amigo de la costa me invito a su casa que va a dar la gran fiesta y se me ocurrió si querías ir.

-Suena bien, pero ¿A qué hora será? Tengo que ir al gimnasio dentro de un rato.

Rió -Como a las 9, te pasare buscando.

-No creo que sea un buen plan. Sabes lo sobre protectora que es mi mama. Pásame la dirección y le diré que me lleve.

-Vale Lele, espero con ansias la noche.

Sonreí -Yo también.

Tranque y empece a sonrojarme y sonreír aun mas.

Mi madre no era una loca o algo así, bueno algunas veces se podía debatir ese punto, pero mi seguridad y mi vida siempre le había preocupado en un nivel muy alto. No me dejaba salir sola a caminar por ningún motivo, costaba un poco que me dejara ir a fiestas y cuando le conté que salía con Taylor la charla sobre la protección y el sexo fueron como de 3 horas y cada vez que le decía algo de él volvíamos a la misma charla.

Intentalo de nuevoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora