Maneje por unos 10 minutos, estábamos a unos pocos metros de la tienda pero el semáforo nos detuvo.
Me voltee a mirar a Nick y lo vi un poco agitado, no entendía por que. No manejaba mal, un poco rápido si, teníamos la música a todo lo que da pero no creo que sea por eso porque Nick cantaba conmigo las canciones.
-Oye Nick. ¿Qué te pasa?
-Es sólo que.. - Dijo distraído y suspirando. Pasaba sus manos por sus piernas como quitándose el exceso de sudor de ellas -Nunca he ido de copiloto, salvo por una vez y no terminó bien.
El semáforo se puso en verde y llegamos a la tienda en segundos.
-Nick, tranquilo ya paso y soy una conductora muy buena.
-Si ya lo veo, sólo las 800 personas que nos pitaban la bocina por la velocidad y como los pasábamos no pensaban lo mismo.
Reímos y la risa se prolongo más recordando como un viejo nos sacaba el dedo del medio cuando lo pasamos y como no me iba a quedar así le tuve que decir: -De ese tamaño tienes tu polla cabrón.
-Bueno al menos la policía no nos vio.
-Y si nos vieron seguro se dieron por vencidos de que no podrían alcanzarnos- Dijo Nick y reí
-Ya vale, manejo un poco rápido. Pero a que no te divertiste?
-Si un poco- Dijo serio para luego terminar en risas -Vale si, fue divertido.
Nos bajamos del auto y vi como un auto negro lujoso se estacionaba justo detrás de mi. Pero luego recordé que eran los guardaespaldas de Nick.
-Y en toda esta tienda ¿Como vamos a encontrar algo?- Dijo Nick cuando entramos a Sport Center.
Sport Center era una una tienda departamental gigante, pero me encantaban las tiendas por departamentos. Y entre tantos días de compras ya tengo bastante experiencia. Y aquí estaban las mejores cosas para hacer ejercicio, balones, ropa, y de todo. Era una especie de paraíso para los atléticos. Y yo no soy de esas personas, pero una tienda es mejor que nada.
-¿Nunca haz venido a Sport Center?
-No.
-Wow Nick, bueno los balones están por aquella parte. Vamos.
Le dije haciendo señas hacia la derecha. Y fuimos caminando hasta el pasillo de los balones.
-¡Effy!- Escuche la voz de alguien que me llamaba.
Me voltee a ver y vi que era Margaret. La chica que me ayudaba en Dior cuando no encontraba un vestido de mi talla.
-¡Margaret! ¿Qué haces acá, no trabajabas en Dior?- Le dije mientras recibía un abrazo.
Yaiks, odio los abrazos. O por lo menos en público.
-Bueno no puedo vivir sólo con un sueldo, así que en mis días libres de Dior vengo acá- Dijo Margaret
-Ah ya. Vale- Asentí -Bueno me dio gusto verte, y espero que estés ahí mañana ya que tengo una fiesta el viernes y no tengo un vestido que usar.
-Claro que si preciosa. Ahí te esperare.
Nos despedimos y seguí mi camino hacia buscar un jodido balón de voleibol.
-Veo que haces muchas compras. Hasta las vendedoras te conocen.
-Si bueno. Comprar me distrae de las cosas que pasan al rededor.
-Ya veo.
-Ahí esta.
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Intentalo de nuevo
Romance-Ya no se lo que es la vida, no puedo distinguir que es lo real y que es imaginación. Ya no puedo seguir con esto, me he absorbido tanto en mis pensamientos estas últimas semanas que ya no recuerdo que es la felicidad- Dije frente al espejo, esperan...