33. "Ve con cuidado"

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Diana.

  Es increíble cómo este hombre hace conmigo lo que quiere. Más increíble aún, yo me dejó hacer, por el simple hecho que él me gusta demasiado.
  Lo sucedido esta tarde en la piscina, reafirma la relación que estuve obligada a dar a conocer. Aunque siendo sincera; no me desagrada nada. Pero igual, maldito sea Danny.

  Preparé mi baño. Vertí en la bañera esencia de lavanda, y regué varios pétalos de rosas sobre el agua espumada.

  —Hoy estás inspirada. —La voz de Bonnye me sacó de mis pensamientos.

  —¿Justo ahora apareces? Hace días que intento contactarte y ahora interrumpes mi momento de relajación.

  —Lo lamento. He estado un poco ocupada. Pero ya que estoy aquí. ¿Qué es lo que querías comentarme?

  Me senté en la banca al lado de la bañera. —¿Sabes algo sobre Livius?

  —Lo que pude averiguar es que lo capturaron. No he podido dar con la gente involucrada en esto. —Suspiré

  —La persona que dirige las brujas y hechiceros de Europa es Angye.

  —¿¿Qué?? —Se alarmó—. ¡¡No puede ser!! ¿Esa chica no estaba muerta?

  —Al parecer fingió su propia muerte.

  —Ella es quien debe estar detrás de la salida de las Kayro y las Salem.

  —Sé de una fuente confiable que ellas tienen un golpe maestro; que incluye a un hechicero.

  —¡¿Livius?! ¿En serio?

  —Es lo más probable.

  —Esas brujas se están pasando.

  —No entiendo. ¿Por qué reaccionas así? —Comenzaba a tener mis dudas sobre esta chica. Aún muerta es una bruja muy fuerte y la incertidumbre que esté trabajando con su gente, me ponía muy nerviosa—. Incluso me informas de todo esto. En definitivas, tu madre es Mónica.

  —No me lo menciones. —Volteó la cara al momento que hablaba—. Hay muchas cosas que ellas hacen con las cuales no concuerdo.

  —Bueno...

  —¿Y todo está bien contigo? —Cambió de tema.

  —¿Por qué lo preguntas?

  —Estás... diferente, como... más alegre.

  —No sé a qué te refieres. —Se me ha hecho un hábito dar esta respuesta.

  —Será ese chico quizás... —Colocó un mechón de cabello detrás de la oreja y abrazó un poco sus piernas—. Sí que es lindo... —La miré mal.

  »—No hace falta que me veas así... —sonrió—. Solo te demuestro que el chico te gusta y mucho. —Desapareció.

  Sonreí. Es cierto, Danny me gustaba mucho, y comenzaba a ser muy notable.
  Me desvestí y me metí en la bañera.

††

  Todos estábamos en el comedor, cenando, con Peter a la cabeza. Cuando Will detuvo sus movimientos y nos miró a todas, supe que todo lo que yo quería decir, ya no eran suposiciones.

  —Chicas. Tengo algo que contarles —dijo ella nerviosa, y decidí intervenir.

  —¿De qué se trata? —Preguntó nuestro padre

  —¡Livius! —Mis hermanas y Peter estaban asombrados por la mención de ese nombre. Will me miraba más asombrada aún.

  —¿Qué?

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